sábado, 3 de diciembre de 2016

Valora el espíritu

En Sueño Profético decían:

Valora el espíritu y después valora el cuerpo, que el espíritu es el documento que tienes que presentar en el Tribunal del Cielo.

Aquí no viene el cuerpo por no haber pecado ni suelo.

La Tierra es para el cuerpo, para el espíritu el Cielo.

El pecado está en la Tierra siempre persiguiendo al cuerpo, ofreciéndole el deseo de lo que sabe que por pocos es despreciado, que este ofrecer puede ser que te haga pensar: “Yo, con este vivir, estoy de Dios retirado. Yo estoy prefiriendo el cuerpo y el cuerpo al final me da mal pago”.

Dijo uno:

El espíritu que contempla a Dios, siempre está prohibiéndole al cuerpo, porque el cuerpo siempre está fuerte para la Tierra y cansado para lo que es para el Cielo.

Yo siempre ponía á mi espíritu primero y le daba preferencia, porque sabía que nunca sería muerto.

Yo veía, al que no mandaba en su cuerpo, que estaba de Dios retirado, porque con el contacto de Dios, tu espíritu le manda a tu cuerpo y te enfrentas y le puedes a las tentaciones o consejos que te están atormentando.

Desperté, oí:

Ponían el cuerpo, los espíritus de la Gloria, en segundo lugar; y el espíritu en primero.

Querían que el hombre pensara que el cuerpo sin el espíritu era caja vacía, zapato sin cuerpo, corbata sin cuello.

En cambio, el espíritu sin cuerpo, empieza a vivir vida como cuando Dios lo mandó al cuerpo.

Y jamás tendrá sepultura ni se nombrará por muerto, si tú quisiste la Gloria cuando el cuerpo estaba sano, y más la querías cuando llegó enfermedad que la muerte te traía.

Coge el cuerpo como ejemplo de tu espíritu.

Y que tu espíritu lo lleve con cariño o con mal trato cuando veas que de Dios se está retirando.

El cuerpo con Mando del Espíritu de Dios, se destaca y Amor de Dios va pregonando.

Pon el espíritu lo primero, y que le mande al cuerpo como empleado, con fuerza, hasta que haga su mando.

El que así trate a su cuerpo, tiene en la Gloria contacto.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C5

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