miércoles, 8 de mayo de 2013

¡Lo que no puede el cuerpo, puede el espíritu!

En Sueño Profético decían:

¡Lo que no puede el cuerpo, puede el espíritu!

¡El espíritu del mal quiere eliminarte. Y el espíritu de Dios quiere triunfos darte! Y que te está dando.

¿Quién duerme, y se despierta en la Gloria, ya sin cuerpo, a recibir la Enseñanza que sólo es al espíritu? Luego, cuando llega al cuerpo, ya espíritu y carne forman un acuerdo con la Libertad que el espíritu lleva del Cielo.

¡Habrá Premio mayor que éste que día a día te da el Cielo!

Dijo uno:

Yo creo que el hombre sufre porque ve que es verdad Esto, y que ni él tiene poder para dejarlo en secreto, ni saber para hacer un escrito igual a Éstos.

Si aquí no fuera Mando de Dios, su caminar ya hubiera tenido paro. El camino cansa al cuerpo. Y el espíritu de Dios cansa al camino. Porque el camino no puede poner impedimentos aunque quiera ponerlos.

El espíritu no tiene distancia, ni las murallas le pueden impedir el paso. Las palabras no las necesita, ni la luz del Sol.

El espíritu es Luz Divina la que lo hace persona. Y ya sin cuerpo, llega altura u hondura, que es Sabiduría del Cielo.

Desperté, oí:

El cuerpo no puede
caminar sin espíritu.

El espíritu sin cuerpo
te hace grandes servicios,
si el contacto es del Cielo.

Te quita del mal espíritu
y te enseña a conocer
a los espíritus que persiguen tu cuerpo.

Para que en tu acción vean
que estás en contra del Cielo.

Para que lo que es cuadrado,
redondo te vean hacerlo.

¡Qué mal quedan los espíritus
que al Elegido se enfrentan!

Porque Dios le da Saber
y rechazan la Luz Divina
que lleva de Gloria.

Aunque presenten ser buenos,
no son espíritus de la Gloria.

Son espíritus contrarios,
que el cuerpo tapa y adorna.


***

Libro 19 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo III - Pág. 26-27-28

2 comentarios:

  1. Si el espíritu cansa al camino y predica con la conducta lo mismo que con los labios, no hay espíritu del mal que lo detenga porque la Luz Divina lo asiste.

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  2. Fácil lectura para aprender, debemos retirarnos, de las personas que no retiran del Cielo.

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