lunes, 31 de diciembre de 2012

¡Cómo se dejó matar!


En Sueño Profético vi una fuente, y unas manos acunaban el agua. Me acerqué sin tener sed, pero algo me acercaba.

Ya dijo una voz:

Es la Mano de Dios, que quiere que bebas agua para que repartas misericordia y no rompan su Cruz hasta subir al Calvario, que allí ya queda la Cruz. Tuvieron los clavos que traspasar la Carne de Dios Vivo para que vieran que estaba clavado. Tuvieron que nombrar a otro, para cambiar la muerte de Jesús, para que a gritos se oyera: “¡No! Queremos la muerte de Jesús de Nazaret”, para que más supieran que no era Dios los que no Lo amaban y los que no creían a lo que bajó a la Tierra.

Son las cosas de Dios; de fácil cambian a imposible el comprenderlas.

Nunca puede ver el ciego el color que el que tiene vista le dijera, si no confiara en el que el brazo le diera. Pero si va confiando, lo va apartando de sitios, porque llegan los obstáculos y el ciego ni pregunta. Esto es ir confiando en el que anda con vista.

Pues piensa que así son las cosas de Dios para el que a Él se acerca o se retira.

Desperté, oí:

Tan sólo con escribir
lo que le hicieron a Dios Hombre,
te llega algún sufrir.

Y te hace que pienses:
¡Cómo se dejó matar,
para enseñar a los hombres
a no responder mal por mal!

Les deja la Libertad
y el camino sin obstáculos,
para el que quiera vivir 
sin Gloria y sin su Mando.

Si no traspasa la Carne
la ira de aquellos clavos,
dicen que no fue verdad
que Dios fue crucificado.
         
¡Es difícil comprender:
Poder de Dios
y dejar crucificarlo!

Pero pon primero Amor,
y ya, todo lo verás claro.


***

Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pag. 85-86-87

domingo, 30 de diciembre de 2012

En la enfermedad del espíritu, a más enfermo, menos cuido


En Sueño Profético decían:

La enfermedad de la carne, a más difícil vea el hombre su curación, más cuidados le pone, más busca para curarla y más lástima le tiene al enfermo.

La enfermedad del espíritu, a más enfermo, menos cuido, menos lástima y más abandono a su curación.

Dijo uno:

El hombre no sabe cuando su espíritu está enfermo, o cuando se está enfermando porque de él no se ocupa: pastor que cuida la lana y abandona a las borregas.

La enfermedad del espíritu la hay de muchas maneras, pero todas vienen de retirarse de la Palabra de Dios. El hombre, a estas enfermedades, les da su nombre y quiere buscarles el medicamento sin Dios. Esto es fracaso de generación en generación, locura de la carne sin haber lesión que produzca esta locura.

La enfermedad del espíritu puede hasta dejarte en un sillón de ruedas; puede tenerte día y noche llorando; puede hacerte que lo azul lo veas rojo, lo fácil, imposible, y lo que no tiene importancia, que tú lo lleves al crimen. Todo esto es enfermedad del espíritu.

El espíritu que está sano puede curar a estos espíritus y apartarlos de los diablos, que son los portadores de estas enfermedades. Son personas que en su vivir le hacen servicio a Satanás introduciendo pecado; apartando de Dios, diciendo: “esto no es malo”; quemando los sentimientos del espíritu que ya lo están enfermando.

Desperté, oí:

No se puede decir que no es cierto
que cuando enferma la carne,
a más gravedad,
más cuido le pone el hombre.

Y también, nunca se oye:
“Es que está enfermo de espíritu,
y a Dios ni busca ni oye”.

“Hay que buscar el remedio
para curarle el espíritu
y que mejore la carne”.

¡Cuando veas que el enfermo
admite recuperarse!

Si esto lo hiciera el hombre
como hace 
con la enfermedad de la carne,
los demonios no crecerían.

Si la carne trabaja y no se alimenta,
será más fácil que enfermedad llegue
o que la carne se muera.

Si al espíritu lo tienes 
siempre alimentándolo 
con lo que está en contra de Dios,
se harán amigos tuyos los diablos.

Pero el hombre, al saber esto,
debería, el que tiene fuerza,
hacer por curarlo.

Que la fuerza ya la manda
el que no quiere pecado.

En humildad, en Amor, en perdón
y con ruegos a esta Gloria,
se los arranca al diablo.

¡Ponle gran cuido al espíritu
cuando veas que está enfermando!

¡Y a más gravedad le veas,
ponle más grandes cuidados!


***

Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pag. 29-30-31-32

sábado, 29 de diciembre de 2012

Esta Literatura es nueva


En Sueño Profético decían:

Las Comunicaciones de Dios y las Palabras de Dios siempre son las mismas. Pero según el avance del hombre, Dios hace que actúe el Comunicante. Dios no puede permitir que la literatura del hombre, que también es de Dios, sea preferente a la que Dios dicta. Cuando Dios se comunica al hombre, siempre ves que es Dios. El hombre, por insignificante que tenga un movimiento o reacción, es por Dios visto y permitido. Pero cuando Dios actúa, ves que no es el hombre. El hombre tiene un saber que puede tenerlo cualquier hombre. La Sabiduría de Dios es Infinita, sin poderle el hombre echar delante, porque el saber del hombre ha pasado por las Fronteras de Dios, viendo Dios que es un saber infantil.

Desperté, oí:

Estos Escritos no pueden tener igual, como no sea otro que diga: “Dios también me dicta a mí”.

Todo lo que hay escrito mandado por Dios, tiene poca diferencia: es Palabra de Dios, pero muy igual.

En ella, Dios, ha querido ser igual, pero con una gran abundancia de Palabras y de Sabiduría.

Esta Literatura es nueva. Abras por donde abras las Libretas te encontrarás con frases y ejemplos asombrosos.

En estos Escritos ves y sientes a Dios. Estas Palabras ves que no son del hombre.

Si fueran del hombre, no eran de Dios.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. capitulo 3

viernes, 28 de diciembre de 2012

Si tratas con caridad al inferior a ti, puedes quitarle los defectos


En Sueño Profético yo decía:

Señor, todo lo que yo dé, sea bien dado; no me importan los defectos, yo busco la necesidad. Si salario no tienen y además tienen enfermedad, yo sé que Tú quieres que sean visitados por mí y por todos los que Te amen.

Apareció un hombre con dos muletas, y dijo uno:

Éste tenía grandes defectos, y fue por muchos despreciado, pasó por humillaciones, y hubo quien después de ampararlo, lo maltrató.

Viendo esta escena, pasó uno –uno que a Dios amaba– y le tuvo compasión. Le preguntó:

   –Dime, ¿por qué te maltratan?

Le contestó el pordiosero:

Nunca oí tal palabra; 
siempre viví viendo mal ejemplo, 
malos tratos y malas palabras, 
pero ya desde este momento 
no quiero ni recordarlas. 
¿Sois a caso de esos enviados 
que dicen que aquí Dios manda? 
Porque yo siento en mi cuerpo 
algo que antes no me pasaba.

Le ofrecí un buen refugio, 
le di pan y le di cama,
pero le di palabras de Amor,
palabras que a Dios agradan.

Desperté, oí:

Si tratas con caridad al inferior a ti, puedes quitarle los defectos.

Yo, Juan de Dios,
al ver el trato tan mal
que a este pordiosero daban,
a Dios le pedí por él,
para que lo reformara.

Da de comer al hambriento,
y a su espíritu
dale palabras de Amor.

Y también viste al desnudo,
pero vístelo por Dios.

Y defectos y pecados,
esto déjaselo a Dios.  

Que si tú con Amor lo tratas,
él ya llamará a Dios.

Y una vez que ya Lo llame,
es para pedirle perdón.

Perdón que éste recibe
de Boca del mismo Dios.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 160-161-162

jueves, 27 de diciembre de 2012

Sembrador que tiene buena semilla


En Sueño Profético decían:

La Palabra de Dios es igual al sembrador que tiene buena semilla, buena tierra y que no tiene cosecha. No tiene cosecha porque no sembró. Aquí está el ejemplo –y me hizo ver el campo, un pedazo grande estaba de medio metro de altura, y al lado la tierra sin el tallo asomar–. Había un hombre con un celemín lleno de trigo, y otro dijo:

Igual que este trigo fue el que a mí me dieron, y el mismo día. Éste lo guardó, y yo lo sembré. Cuando el dueño nos lo dio, dijo antes de alargar la mano dando el trigo:

 “Doy trigo y tierra para que yo vea el fruto y vosotros tengáis el beneficio en la recolección. Esto, como veréis, es satisfacción para mí y provecho para vosotros. Si no hacéis siembra, no doy trigo”.

Esto, que lo compare el cristiano, y verá puro Evangelio y auténtica parábola.

Desperté, oí:

Si el sembrador no daba el trigo mientras no lo sembraran, ¿cómo quiere el hombre que Dios hable para que callen su Palabra?

Si el sembrador quería el beneficio para ellos, ¿qué querrá Dios para nosotros?  

Dios, cuando habla en un Lugar, quiere que este Lugar no calle, y sí hable y publique.

Aquí se compara con el sembrador, en que si siembras, recoges.

El sembrador guardó la semilla, pero el que Dios habla en él no puede guardar su Palabra.

El que dio la semilla no sabía que no sembraba, pero Dios sabe que no calla.

Dios hace siembra y a ti te da la cosecha.

Reverencia la siembra de Dios y no escondas la semilla que el Lugar te repartió.

Si no dejas de sembrar, no falta recolección.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pag. 74-75-76

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Alegría espiritual


En Sueño Profético hablaban de la alegría espiritual, del contento del espíritu.

Dijo Teresa de Ávila:

La alegría del espíritu tiene tal fuerza, que anula las penas que la vida material te presenta, mayoría de veces para que te retires de Dios. 

No hay quien sienta el Amor de Dios, y lo viva con pena. No hay quien diga veo a Dios, con gesto de pena. 

Yo siempre estaba contenta, 
y contento yo iba dando. 
Era un contento de Amor, 
que aunque me vieran llorando, 
no era llanto sin Amor. 

Yo creo que nunca lloré 
sin sentir a Dios a mi lado. 
Yo creo que si sufrí, 
fue un sufrir de tal grado, 
que no puedo describir. 

Aunque parezca sencillo, 
es difícil el decir, 
que queriendo a Dios tanto, 
puedas aguantar oír: 
Teresa no será Santa. 
Teresa quiere decir, 
que Dios la lleva a la Gloria, 
y con sus gestos de orgullo, 
Dios tenga Misericordia. 

Antes de yo contestar, 
a Dios sentía a mi lado, 
y ya eran mis palabras, de fuerza, 
de sentencias de este Dios 
que el hombre tiene olvidado. 

Cada uno que me oía, 
que sin oír me había juzgado, 
comprendía mi lenguaje: 
unas veces, con Palabras 
que mi Dios en mí decía; 
y otras, que yo las buscaba 
para poder contestar 
a tantos dichos que oía.

Desperté, oí:

Lo que sí siempre me vieron, 
fue alegría con contento.

Alegría de sentir
a este Dios en los momentos.

Alegría, que si lloras,
no puedes decir que es pena,
porque el llanto te lo manda 
el sentir de este contento.

La pena que no está Dios,
es sufrir con desconsuelo,
pero yo iba llorando,
sintiendo a Dios por dentro.

¡Ay alegría de Dios,
que la va juzgando el hombre,
haciendo ofensa a Dios!

¡Ay alegría de Gloria,
que va despreciando el hombre
siempre escribiendo en la Historia!

Siempre escribiendo en la Historia
esta risa y este llanto,
y este contento de Gloria.

Si el hombre llorara un día,
sentiría risa de Gloria.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 137-138-139

martes, 25 de diciembre de 2012

El hombre, a Dios no Lo quiere Vivo

EnSueño Profético decían:

Al hombre le molesta que Dios esté presente en todos los actos.

Al hombre le molesta que Dios sea Vivo.

Al hombre le molesta que Dios se comunique al campesino o al rey que en su palacio vive.

Al hombre le molesta, y si pudiera lo prohibiría, que alguien pueda hablar de esta Vida, donde no hace falta cuerpo para que tengas Vida; donde te encuentras en un Lugar que explicarlo no podrías, si en ti no hablara Dios para decir: “Esto es Vida”.

Si el hombre saber quisiera, por Amor a Dios o por miedo al momento de la muerte de su cuerpo, el hombre buscaría donde dijeran: “Allí hay Huella de Dios”.

El hombre peca con el desprecio a lo que Dios manda para su Salvación.

Dijo uno:

Si el hombre pensara en el momento de su muerte, en que ya nada le sirve para comprar la Gloria, nada más que un “Sí” de Dios, el hombre se ofrecería a Dios y lo cundiría para que muchos este “Sí” recibieran.

Desperté,oí:

Está el hombre confirmando
que a Dios no Lo quiere Vivo.

Está el hombre demostrando
que molestan los Elegidos.

Si a estos Mensajes no acuden,
que es vergonzoso
si piensan en la vida del Elegido,
¿qué quieren que Dios responda
cuando les salga el ¡Dios mío!?

El aire, la lluvia y la Tierra
demuestran querer a Dios,
y con el hombre se enfrentan.

El hombre lejos de Dios,
responde pidiendo cuentas.

Dios le deja Libertad,
pocas veces, al aire,
a la lluvia y a la Tierra.

Esta Creación de Dios
pocas veces se subleva.

Se ha puesto de personaje la “Creación”,
para que el hombre comprenda.


* * *

Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pag. 67-68-69

lunes, 24 de diciembre de 2012

Hormiguero humano con inquietud


En Sueño Profético veía todo lo de la Tierra muy chico y con gran movimiento, o sea, visto desde gran altura. Y uno dijo:

“Esto es espíritu con materia, hormiguero humano con inquietud”.

Se veía a unos deprisa por querer llegar a sitios que otros ya habían despreciado. Y continuaban diciendo:

Éste es el vivir de la Tierra:
un vivir trabajoso,
un vivir de quimera.

Unos hacen los castillos
para otros que después vengan,
y van y vienen deprisa,
y el castillo luego queda
para que muchos visiten
y se paren en cada piedra
ajustando la raíz
del que puso la primera,
y se pasan rato y rato,
después de tanta carrera
para arriba y para abajo.

Éste es el hormiguero de ese mundo.
Luego queda en cementerio
de todo lo que se ha visto
con ese gran movimiento.

Luego es castillo ruinoso
sin que vayan visitantes,
sin que nadie te recuerde,
porque aquí valor no hay.

Es materia que sirvió
como sirve cualquier traje
que el hombre le dio valor
y despreció lo que vale.

Desperté, oí:

Ése es el mundo del hombre,
que Dios los deja de dueños.

Los deja y les hace ver
que ahí nunca estará lo Eterno.

Les deja la Libertad
para el que quiera ser bueno
antes del traje dejar.

Que éstos son los grandes méritos:
vivir sin querer pecar.

¡Cómo se veía el mundo,
nada marchando en su igual!

Ninguno en el mismo acuerdo,
en el subir y el bajar.

Todos buscando inquietud,
por no querer la Verdad.

El que estudie este Escrito,
vive espíritu y Verdad.

Porque en el vivir de la Tierra,
unos vienen y otros van.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria - Tomo II - Pag. 9-10-11

domingo, 23 de diciembre de 2012

Valiente para contestar

En Sueño Profético hablaban varios de los que cuando estuvieron con materia fueron Elegidos. Nombraban el Amor, el interés y el buscar a Dios; ponían comparaciones con las cosas materiales.

Dijo Catalina de Siena:

Es peor aún la cobardía. El hombre es valiente para defender las injusticias que hace el hombre, y es cobarde para decir: “Es verdad, es de Dios”. El cobarde no puede en silencio decir: “¡Dios mío!”. El cobarde nombra a Dios en público porque Libertad de Dios tiene. Ya, sin voz, no puede nombrar: “¡Dios mío!”, porque Dios responde a su cobardía y le deja remordimiento.

Yo, cuando contaba lo que me ocurría de esta Gloria, y en diferentes formas lo cogían, lo peor que yo pasaba era la cobardía del que no sentía Amor y Amor de Dios no quería. Pocas cuentas tenía que ajustar el que lo oía, porque ya sabía quién era. Pero los cobardes hacen mucho daño con su justicia hacia Dios y libertad para el diablo. Esta palabra “justicia” es muy del cobarde. A mí me interpretaron de carácter varonil, de poca humildad; no había sitio que dos se juntaran, que mi nombre no saliera; Catalina ya se oía, y nunca era yo buena.

Otro dijo:

Pero Catalina de Siena, como a lo lejos se oía, era valiente para contestar, llevando siempre su Verdad por encima de los hombres que con sus escasas razones querían desmentirla. Más de una vez se enfrentó con poderosos y con altas jerarquías. En Roma mucho se habló de esta Elegida por Dios y de la valentía en la defensa que Dios le encomendaba. Catalina de Siena, como le decían los que vivían más lejos, dejó en el mundo material escritos de valiente, escritos con resonancia de Dios.

Desperté, oí:

Si piensas y estudias bien
el que Dios le da el Mensaje,
tiene que hablar sin callar,
aunque sepa que lo maten.

Aquí ves la diferencia
del hablar sin que Dios hable.          

Que temes que te oiga otro
y quedes sin contestarle.

Todos los que Aquí vienen,
no vienen ellos de carne.

Vienen traídos por Dios,
y luego, ya con la carne,
por fuerza tienen que hablar,
por quedar dicho el Mensaje.

El que recibe de Dios,
en su Gloria y con sus ángeles,
la cobardía no conoce,
por llevar a Dios delante.

Esta es la diferencia
de que sea el hombre cobarde:
que si dice la verdad,
el cargo pueden quitarle.

Coge el consejo que da
Catalina Aquí en la Gloria.

Que si estudias la Verdad,
la Verdad verás de sobra.

Y ya, con esta Verdad,
la cobardía te sobra.

CATALINA DE SIENA


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Libro 8 - Dios No Quiere Permite - Tomo I - Pag. 91-92-93

sábado, 22 de diciembre de 2012

Sufre por no perder el Amor

En Sueño Profético hablaban dos mujeres. Ya una subió la voz con estas palabras:

¡Que falta hace que mucho se hable del Amor a Dios! ¡Qué falta hace que el hombre ame!

Aquí refiero yo un hecho por si sirve de Enseñanza. Es el hecho de aquel día que juntas fuimos por agua:

Estando yo llenando el cántaro, tenía yo esta conversación:

   –¿Qué haría yo para que nunca se me quitara este Amor tan grande que siento por Dios? Hay veces que siento miedo; hay veces que digo no, no quiero lo que en la Tierra pudiera robarme tu Amor. Esto hay veces que me pone apenada, pero antes de quedar vacía mi imaginación, otra vez me viene: “¿Qué haría yo?”. Estando en este relato, fue cuando tú miraste para atrás y el Maestro estaba con los Discípulos a dos pasos. Esto se oyó de Él:

   –Mujer, con no querer dejar de amar, ya no te dejará el querer. El querer es la Fuerza de mi Padre, que es el Dios que ahora ves. Cuando llegues a tu casa, suelta el cántaro y busca para enseñar a Amar. Todo el que beba de ese cántaro, no querrá dejar de amar, porque de Amor lo has llenado. ¡Anda mujer..., y enseña al hombre a que viva sin pecado!

Despierta, oí:

Este Arrobo es de Amor,
y luego es de Enseñanza.

¡Qué Amor tiene esta mujer,
que sufre por no perder
el Amor que está aumentando!

Tan sólo con desear,
ya Dios le manda su premio:

Que sirva su inteligencia
para pensar en el Cielo.

Antes de ocupar el sitio
las cosas de la materia,
otra vez ella decía:
“Señor, que tu Amor me crezca”.

Dios se presenta en la fuente
y de Amor a ella la cubre.

La manda para que vaya
hablándole a los hombres.

Hablándoles de Dios Hijo,
hablándoles de Dios Padre.

Y el cántaro se lo llena
de lo que no lo ve nadie.

Que luego ya lo verá
el que quiera a Dios Padre.

Que allí veían al Maestro,
y en el Cielo era el Padre.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 91-92-93

viernes, 21 de diciembre de 2012

El Hotel Wellington de Madrid, colabora con la obra social de la Fundación Ana García de Cuenca



Saludos a todos los lectores y lectoras del Blog, gracias por seguirnos a diario.

Queremos dar las gracias al Hotel Wellington de Madrid http://www.hotel-wellington.com/esp/index.php, por su generosa donación de mantas y productos de higiene, a la obra social de la Fundación Ana García de Cuenca. Gracias a esta aportación, muchas familias necesitadas podrán disfrutar de algo de calor en estas gélidas noches de invierno en Madrid.


Gracias por todo

Pide consejo al que no sabe leer, pero enseña para el Cielo

En Sueño Profético decían:

No te importe publicar que este Caso hoy es único. Que no podrán presentar un Arrobo escrito a diario de la Enseñanza que te da este Cielo.

Es Arrobo al Sueño y Mando a la materia, con Poder Divino, para que quede escrito al Dictado. Entonces, actúa el Poder de Dios en los sentidos, y los sentidos dan movimiento a la mano, obedeciendo que quede escrito lo que le están dictando.

Este Caso no tiene tope, diciendo: “ya terminó la Enseñanza”.

Dijo uno:

Después del Arrobo sigue el Dictado, y ya queda Iluminación. Si así no fuera, no tendría seguridad el Comunicante y la materia actuaría aparte del espíritu, y ya daba vivienda a espíritus que no son de la Gloria de Dios.

Este Caso es de gran estudio para aprender. Cogerlo para no aprender es peligroso, dado a las innumerables pruebas que Dios al hombre le ha dado y hoy continúa dándole con el Ejemplo.

Ella, a los ojos del espíritu y a los ojos de la carne tiene constantemente la Huella de Dios.

Termina el Mensaje como el empiezo: “Este Caso hoy es único”. Y el silencio no le va. Nadie podrá presentar una Enseñanza como ésta: sin que en ella haya intervenido el hombre.

Desperté, oí:

¡Qué palabras tan seguras
dicen a espíritu sólo!

Que luego, al escribirlas,
ya no hay profesor
que reformarlas te diga.

¡Cómo no ven los talentos
el valor de estos Dictados,
si lo ve el analfabeto!

Porque el espíritu
es el que entiende,
como les pasa a los niños.

La sabiduría del hombre,
si no busca lo Divino,
lo de Dios jamás lo entiende.

Pobre puede ser un rico,
con el dinero a montones,
si no vive en el recinto
que Dios les habla a los hombres.

Hombre que de Dios se aparta
porque cree que sabe todo,
míralo sin aprender.

En cambio, pide consejo
al que no sabe leer
pero enseña para el Cielo.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pag. 110-111-112

jueves, 20 de diciembre de 2012

Ten cuidado con el sufrimiento

En Sueño Profético decían:

A más ames, mejor comprendes la Palabra de Dios. A más ames, más difícil será que peques. Hay veces que se ama y se peca, pero dentro de la línea de Dios. 

A esto una mujer contesta ciertas palabras dichas con Voz de Gloria:

Yo amaba mucho a Dios y siempre Le pedía castigo antes de ofenderlo. Me vino un sufrir grande de enfermedad. Mi marido quedó un día sin poder mover las piernas: era de cintura para abajo venda mojada. Él era de un carácter bastante activo, y nunca sus pasos se veían aplacados, ni por el mismo sitio le gustaba cansar sus piernas. Él decía que Dios todo lo había hecho bien, pero que tenía que haber dado al hombre como a los pájaros: alas; que él sería feliz medio día en cada pueblo.

Dijo la misma:

He dicho el vivir de mi marido y su carácter, para que piensen mi sufrir cuando una cuarta de terreno no podía andar. Cuatro hijos teníamos: de 15 el mayor, y el pequeño de 7. Todo lo que necesitábamos lo teníamos, pero el carácter de mi marido sin poder utilizar sus piernas me hizo pecar de ira. Un día dije: “¡Dios mío, no me ha podido venir peor castigo!; mejor mudo, ciego, manco, todo menos las piernas; que con sus piernas buenas se vaya aunque ya no vuelva más a mi casa”. Fue decir esto, y se me presentó una Visión con mis cuatro hijos palpando, sin ver. Di un grito de Perdón, y oí:     
“Así puede salvarse; ciego o mudo, no. Tu Amor a Dios no lo habías demostrado”.

Desperté, oí:

Tanto se volcó en amar 
a Dios esta mujer, 
que el marido Paz siente. 

Su oración era decir:
“el demonio fue meterse 
y no pude echar de mí”.

Yo creía que mucho amaba, 
y me faltaba el sufrir.

Con el Amor que agrandó, 
no se volvió a discutir.

El marido había soñado, 
y dice que fue Visión: 
los hijos mudos y ciegos; 
que esto fue lo que pidió.

Esta Visión, al marido, 
feliz lo hacía sin andar.

Cuando veía a sus hijos sanos, 
y siempre a mayor y chicos: 
“Papá, nos sorteamos 
el día que nos faltara mama”.

“Siempre nos verás contentos, 
aun dejando de jugar”.

Todo lo consiguió la madre: 
en el sufrir y en el amar.

Ten cuidado con el sufrimiento, 
y entonces haz por amar 
con más fuerza a esta Gloria, 
que manda para salvar.

El castigo no es de Dios, 
es culpa de Satanás.


***

Libro 9 - Dios Habla en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 144-145-146

miércoles, 19 de diciembre de 2012

La prueba más grande del Amor es no cansarse de amar

En Sueño Profético yo decía:

Señor, cuando están hablando y no pronuncian tu Nombre, yo me canso de estar en presencia de ésos, veo todo lo que no sea tuyo peor que infantil, porque lo infantil es Tuyo, pero el no amarte es del hombre.

Salieron hablando unos y decían:

La prueba más grande del Amor es no cansarse de amar, y al no cansarte de amar, no puedes dejar de hablar de este Amor.

Hay quien ama cuando espera recibir, éste no ama. El Amor siempre es sin cambio; el Amor brota y estos brotes forman ramas, y estas ramas ya descubren donde a Dios no Lo aman.

Desperté, oí:

Ella, el no estar hablando de Aquí,
es como fuente sin agua,
como río sin corriente,
como noche sin estrellas,
como polluelos sin llueca,
como niños sin sustento,
como cordero perdido,
que si no encuentra a su dueño,
muere de necesidad,
por no destrozar la vida
de otro cualquier animal.

Al revés, si fuera lobo,
que disfruta con matar
a tantos corderos vea
camino de su “camá”.

Si dices que a Dios amas
y amas en cantidad,
no digas que amas tanto,
que el que ama lo sabrá.


***

Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 153-154

martes, 18 de diciembre de 2012

El hombre empieza a querer saber de Aquí cuando el Elegido ya no tiene materia

En Sueño Profético hablaban de la seguridad y firmeza que encuentran en el Elegido, esto el oyente, si quiere ve actuación de Aquí.

El Elegido habla con una fuerza que nadie puede parar. Dios le da una inteligencia que no está en los libros del hombre. Dios le da inteligencia sin estudio. Dios, en menos que el hombre pone punto y coma, le enseña la Carrera que no tiene final, Carrera del espíritu, que todo hombre debía de saber algo.

El hombre empieza a querer saber de Aquí cuando el Elegido ya no tiene materia; entonces empieza el hombre a liar la Grandeza de Dios con la vanidad del hombre, y siempre saben de esta Gloria, no por el que Dios trae, lo saben por lo que el hombre quiere decir.

La Publicación tiene que hacerla el que ve la Gloria de Dios y Dios le manda que escriba el Dictado. Esta Publicación es con obediencia a este Dios. Si no hay obediencia, no hay Amor verdadero.

El Comunicante repite lo que Dios en él resuena. Esto da a conversar con distintas opiniones, que hacen enfadarse a Dios.

Desperté, oí:

No hay más verdad para Dios,
que obedezcas porque quieras.

Si publicas, obedeces.

Si no callas, obedeces;
obedeces porque Dios 
no habla para que dejes
los Mensajes que dictó,
que son suyos y no del hombre.

El hombre, que no publique
lo suyo de ahí de la Tierra,
que Dios lo deja de dueño
hasta que acabe la cuerda.

Pero lo dicho en espíritu
y explicado sin materia,
¡qué sabrá el hombre decir
cuando esta carne esté muerta?

Este Dictado termina
diciéndole al Instrumento,
que dé la Publicación
dando él el visto bueno.


***

Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 90-91

lunes, 17 de diciembre de 2012

Cuando el pecado te deja y cuando tú dejas pecado

En Sueño Profético hablaba Agustín de Mónica. Hablaba del pecado, de la gravedad que tiene el que peca y sigue pecando.

Dijo Agustín:

Yo quité a muchos de pecar con contar mi arrepentimiento. Y otros que iban a pecar, no pecaron.

¡Cuántos me confesaron sus tentaciones! ¡Cuántos me abrazaban llorando! Yo me quería hacer el fuerte, pero cada vez que oía: 

Agustín, el Perdón yo no merezco.
¡He hecho tanto mal a mi alma...!
¡He hecho tanto mal a mi cuerpo...!  
¡He dejado tantas veces 
a mis hijos sin alimento...,
que no debería buscarte,
pero si me mato el cuerpo,
ya nunca podré salvarme.

Esto oía de unos.

Otras veces me buscaban,
mujeres que vivían amancebadas,
para oír estos consejos:

¿Tú crees que Dios desde Allí,
tan alto como está el Cielo,
Él va a saber quién es el malo o el bueno? 

¡El dinero no lo gasta 
el que no tiene dinero!
¡Y la belleza, que sea
“pa” el que la pague a buen precio!

Esto me lo contaban
entre sollozos y tapándose la cara.
Avergonzadas, esperaban mis consejos.

Yo creo que a mí me venían
para que este sufrimiento
me recordara mi vida,
y más llamara yo al Cielo,
y más pidiera el Perdón,
y a más malos hiciera buenos.

Cuando ellos terminaban,
yo les hablaba de este Reino,
al que ellos pidieron Perdón,
sabiendo que Dios perdona
cuando tú dejas pecado,
no que el pecado abandona.

Desperté, oí:

No sé si debo aclarar
estas palabras ya dichas,
que son de esta Gloria:

Es más grave en el pecado,
cuando el pecado te deja,
que cuando tú dejas pecado.

Cuando tú dejas pecado,
buscándote a ti el pecado,
es cuando sientes a Dios
y te sientes perdonado.

No es la misma gravedad,
habiendo los dos pecado,
que el pecado a ti te deje,
a que tú dejes pecado.

Hay quien cuando ya no puede pecar,
por falta de la materia,
pide Perdón y exigencia.

Esto no tiene el valor 
de aquel que pecando igual,
se despoja de sus bienes
y a Dios se pone a buscar
sin que lo demás le importe.

Yo diré de Magdalena.
Y otro, que diga de mí.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 81-82-83-84

domingo, 16 de diciembre de 2012

Abriga tu privilegio

En Sueño Profético decían:

¡Qué pena tiene que ser
que otro luzca tu aderezo!

¡Qué pena tiene que ser
que cojas lo malo por bueno!

¡Qué pena tiene que ser,
querer recoger el agua
que tú dejaste caer!

Todo esto va para el hombre,
para que cosa que haga,
piense en hacerla bien,
y cuando tenga la silla,
no haga descanso en pie.

Dijo Santiago:

Aquí refiero unas Palabras que dijo el Maestro a un grupo de hombres que salieron un día al encuentro de nosotros.

Dijo el grupo:

   –El año que viene Te oiremos algún día en la montaña, pero este año la faena es mayor que el deseo de oírte, y el tiempo falta y la faena sobra.

En este grupo iba un primo de Santiago. Y estas fueron las Palabras del Maestro:

  –Puede que cuando no tengas faena, no tengas ni faena ni Maestro. Pues al que quiere oírme, Yo le acorto la faena y le alargo el tiempo. Mis Palabras, aquí tienen resonancia, y enseñándolas, llegan a todos los rincones, pero mi Presencia es privilegio para pocos. Si tú no abrigas este privilegio, para qué te voy a dar la ropa.

Todas las miradas fueron buscando el Rostro de Dios Hombre.

Desperté, oí:

¡Da que pensar el empiezo,
de no querer lo que tienes,
y estar siempre despreciando!

¡Primo de Santiago era
el que le faltaba el tiempo!

Y éste mismo convencía, con hechos,
de que le faltaba el tiempo.

Las Palabras del Maestro,
más que Amor, sembraron miedo.

Miedo, porque fue con pena,
cuando dijo privilegio.

¡Cuántos pueblos hubieran dado
el sudor por conocerlo!

El sudor era el salario,
que brotaba de su cuerpo.

Otros, lo hubieran seguido,
olvidando la materia.

¡Cuántos miraron al Cielo,
cuando lo anunció la estrella!

Y éstos que allí lo tenían,
un año se echan de sentencia,
sin oírlo noche y día.

Cuando el año pasó,
al Maestro no veían,
porque cogió otro camino,
que lo amaban y lo querían.

Si Dios te da un privilegio,
abrígalo con Amor,
que Dios no sienta desprecio.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 72-73-74

sábado, 15 de diciembre de 2012

El Grande Amor del herrador


En Sueño Profético decían:

No hay pensamiento mejor, que pensar en Dios del Cielo.

Dijo una mujer:

Yo viví mi vida con un sufrimiento grande, y de no haber estado pensando siempre en Dios, no hubiera podido vivirla. Esta enseñanza era de mis padres, que a bien decir, mi padre fue el que llevo a mi madre al camino de Dios. Mi padre era un hombre tan justo, en amar y cumplir lo que Dios mandaba, que contagiaba al que lo oía. Su profesión era herrador. Todos lo conocían por Manuel, el que calza con amor a las bestias. Cuando llegaba alguno y entraba al animal pegándole, decía:

   –¡Así no lo enseña! ¡Así aprende a esperar los palos! Yo, mi táctica es acariciarlos. Verá... –y le cogía las manos delanteras con un primor, que el animal le contestaba cabeceando.

Nunca le molestaba nada que le pidieran que fuera para favorecer a otro. Decía:

   –¡Si yo lo hago por Dios! ¡Si yo vivo pensando en Dios! Este pensar es el que me da la felicidad. ¿Tú has visto alegría mayor, que vivir siempre sintiendo su gran consuelo?

Esto era mi padre, y dicho por todo el pueblo.

Desperté, oí:

Grande Amor tiene a Dios
el herrador que hoy cuentan.

Se lo contagiaba a todos.
La hija en Gloria lo cuenta.

Ella tenía un gran sufrir,
y como pensaba en Dios,
del sufrir no echaba cuentas.

También le dieron su fama
cuando la veían llorar,
y rápido se le oían estas palabras:

¡Es que Dios permite al hombre!
¡El hombre es el que no ama!

Ya tengo a Dios presente.
¿A que se ha cambiado mi cara?

No quiera Dios que lo culpe,
mil veces muerta
y despreciada por mis hijos,
que sin ellos la vida,
vivirla, no pudiera”.

Todo lo vives con Dios,
porque de Él vienen las fuerzas.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 133-134-135

viernes, 14 de diciembre de 2012

Una inspiración de Dios derrumba todos los talentos

En Sueño Profético decían:

Si quieres ser un poco bueno, tienes que pensar en la muerte y traerte a la memoria a todos los que ahí vivieron que contaban con títulos, con cargo y con dinero.

Otros, con algo que hacían, que otros hombres los subieron, dándole gran importancia a aquello que iba en contra de Dios, como son esas pinturas que conservan los museos.

Otros tienen gran estatua porque su doctrina era negar la Existencia de Dios.

Al inventor de armamentos de guerra lo consideran talento los que son rudos para Dios.

Piensa en éstos que murieron y de nada les sirvieron sus inventos, sus títulos y su dinero. Sus cargos no le impidieron a la muerte que los dejara más tiempo.

Si esto lo pensara el hombre un segundo cada día: traerse a la memoria los vivos que ya están muertos, que cuando estaban vivos creían asustar a la muerte con sus talentos, sus cargos y su dinero... Ellos se creían precisos y adoraban su talento. Se miraban desde lejos para ponerse más precio.

Dijo uno:

Estos hombres, mayoría tienen olvidado el Cielo. Al revés que los pastores, que lo tienen como techo. Y a veces hasta se agachan para no ensuciarlo con su pelo.

Esto se lo oí yo a un pastor que se irritó con un cordero, que le tuvo malos modos y el cordero estaba muerto.

Este pastor me hizo llorar de ver cómo le pedía Perdón a Dios y al cordero. Se puso en aquel sembrado, de siembra que manda el Cielo, de rodillas. Y cuando se puso en pie, entonces miró al Cielo y a mí me dijo:

“He visto al Cielo bajarse, y me he puesto de rodillas porque me creo ensuciarle. Siempre que algo no hago bien, veo al Cielo bajarse, y me pongo de rodillas. Esto me enseñó mi madre: “Cuando hagas algo mal, verás al Cielo bajarse. Tú te pones de rodillas, y el Perdón viene a buscarte”.

Desperté, oí:

Esta Enseñanza era grande,
y no venía de títulos
ni de talentos de las universidades.

Los padres de este pastor
tenían sencilla enseñanza,
pero era la más grande:

Olvido a lo de la Tierra,
adoración a lo que nunca se acaba.

Él no mimó a la cordera
por dudar que estuviera mala.

Pero tampoco gritó
con ira ni mala cara.

Se la llevó en sus brazos,
y la piel, que era chica,
la puso de almohada.

Piensa un poquito en la muerte,
y verás que lo que ahí valora el hombre,
Aquí no sirve para nada.

Por eso es necesario
pensarla para enseñanza,
si quieres hacerte bueno.

Los corderos Dios los pone
como símbolo
de lo noble y de lo bueno.

Y el que cuida el rebaño
tiene inspiración del Cielo.

Una inspiración de Dios
derrumba todos los talentos.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo II - Pag. 31-32-33-34