lunes, 28 de febrero de 2011

La Luz de Dios - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag.132-133


En Sueño Profético decían:

La Luz de Dios te alumbra aunque estés a oscuras. La Luz de Dios alumbra al que Luz quiere.

Dijo uno:

Hablemos del que la Luz de Dios lo alumbra. Son estas personas que aquí nombramos: la que no le atormenta el espíritu del mal; la que en la contrariedad siente el consuelo de Dios; la que pide a Dios porque sabe que recibe; la que nunca dice: “Señor, óyeme”, por creer enfadar a Dios, porque tiene la certeza de que antes de pedirle ya lo tiene concedido, porque sabe que Dios espera que tú Le pidas porque Él quiere darle a sus hijos.

No hay espíritus de Dios que vivan en las tinieblas y caminen en la oscuridad. Dios manda la Luz en sus Palabras, y ya puedes cerrar los ojos, porque te alumbra el Espíritu de Dios en tu materia. La Luz Divina no le falta al que quiere que Dios se la mande.

Hay ciegos que le dan el color de las cosas al que vista tiene, y quitan oscuridad, dando Luz al que Luz no tiene, aunque tenga el Sol delante, porque la Luz desconoce.

Todo es Misterio de Amor de este Dios, al que no ama el hombre; todo es saber vivir, sabiendo que Dios puede poner la noche con sol, y el día dejarlo en noche; todo es pensar en Dios, y ya, resplandor te viene.

Desperté, oí:

Si piensas en las personas
que viven con esta Luz,
ves claro lo de esta Gloria.

¡Qué verdad con más Poder,
que el ciego viva con Luz,
si este ciego a Dios adora!

¡Cuántos ciegos tienen Luz
de noche y a cualquier hora!

¡Cuántos ves cruzar la calle,
que al que a oscuras va, le asombra!

El hombre dice enseñanza.

Enseñanza puede ser
cuando la Luz no le falta.

Pero el ciego es que ve
con la Luz que Dios le manda.

Que es la Luz que no hay tinieblas.

Si vives sin Luz de Dios,
nunca verás los colores
del mismo color que son.

Y cuando cruces las calles,
cambiarás de dirección.

Porque la luz de tus ojos
no llevan la Luz de Dios.


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domingo, 27 de febrero de 2011

Dios tiene mi sufrir para que no me condene - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag.178-179-180-181


En Sueño Profético decían:

“El Amor a Dios, cuanto más lo practicas, más Amor sientes”. Estas palabras son de Teresa de Ávila. Y éstas son de Agustín de Mónica:

El pecado, cuanto más lo practicas,
más te invita a que hagas pecados
y menos pecados crees que tienes.
Pero si piensas en Dios,
pensando: “si Dios no quiere,
yo no hago los pecados,
porque puedo tener muerte”,
esto es una forma de pensar
del que peca y miedo tiene.

Luego hay otro pensar,
que no es pensar en la muerte,
es un pensar tan fijo,
que te ves tonto, inocente;
tan sólo si piensa el hombre:
¡bueno…!, ¿por qué no quiere Dios que yo peque,
si la Gloria sigue igual
y Dios vive sin el hombre?

Si Dios tiene mi sufrir
es para que no me condene,
mi sufrir porque nos deja
vivir la vida del hombre.

Pues Dios podría decir:
“si tú eres hombre de pecado,
condena tendrás Aquí”.

Ya dijo Agustín:

Fijas son estas palabras dichas por mí,
pero falta otro pensar,
cuando piensas y a la vez dices:
¿pero qué me pasa a mí?,
¿cómo puedo pecar tanto?,
¡qué sufrir tendrá por mí
el que tiene que juzgarnos!
¡Yo ya no peco por Él!;
y te quitas del pecado.

Esta es la razón
por la que luego te dicen Santo.

Desperté, oí:

Era mi sufrir mayor,
oír Agustín el Santo.

Era mi mayor tormento,
el pensar en mis pecados.

Había días que pensaba:
¡pero ya no estoy pecando!

Este pensar me ponía
desde la Tierra adorando
al que yo fijo sabía
que me había perdonado.

Si has sido pecador
y ya no haces pecados,
busca al que aún los hace
porque de Dios no le hablaron.

Es mejor que ya no peques
por Amor y no por Mando.

Pues si sientes el Amor,
fue por ti antes buscado.

Cuando buscas al que peca,
ya estás odiando el pecado.

Porque el Amor ya prohíbe
que le den a Dios enfado.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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sábado, 26 de febrero de 2011

Estas Palabras, sin Amor, no pueden ser comprendidas - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 288-289-290


En Sueño Profético decían:

Leyendo estos Escritos, sabes que la respuesta que des, la das a Dios.

Leyendo estos Escritos, te olvidas del saber del hombre.

El que lea estas frases y frene sus injusticias, ve que Esto lo dicta Dios.

Enfada menos a Dios decir “no amo a Dios”, que decir “esto no es de Dios”.

Enfada menos no leerlos, que leer y desmentir.

Dijo uno:

El hombre no conoce la Gloria viviendo ahí, porque tiene que anular su saber.

El hombre que ha estudiado Teología sabe que Ésta no es del hombre.

En esta Teología encuentras en cada Palabra una lógica aplastante, que es la que el hombre quiere desmentir.

Dios es entendido porque sus Palabras siempre son las mismas.

Dios habla del mismo Tema, y es el Mismo Dios el que se comunica al hombre.

Si a Dios no amas, nunca comprenderás por qué se hizo Hombre; nunca comprenderás por qué quiere que tú lo ames; nunca comprenderás por qué deja que tú lo juzgues.

El Amor enseña sin palabras, y las palabras, donde no hay Amor, se olvidan.

El Amor a Dios te recuerda las Palabras que Dios dejó en la Tierra para el hombre de buena voluntad.

“Haceos niños y entraréis en mi Reino”.

Estas Palabras, sin Amor, no pueden ser comprendidas. Pero es menos comprendida la actuación de Dios Hombre ante Pilatos:

Dios que deja ante un público que lo condenen, saliéndole de condena: “No tiene delito”. Y esto coge el hombre de argumento y lo Mata.

¿Puede ser comprendido que Dios dejara que los Criminales tocaran su Carne? Pues esto es Dios: Dios que deja al hombre Libertad para juzgar al Mismo Dios; Dios que quiere que el hombre se quede sin escondrijo, que utiliza para el Mismo Dios.

Desperté, oí:

Claro te dice el Mensaje,
que claro se ve
que esto es de Dios.

Pero más claro te dice
la forma de actuar
del que no ve lo que Dios habla.

Dios no mandaría Mensaje
si nadie amara en la Tierra.

Porque el Mensaje de Dios,
perturba la inteligencia
del que sabe sin Amor.

Si echas el trigo sano,
a sabiendas de que no nace,
no digas que haces siembra.

Pues Dios, si manda Mensaje,
es porque tiene firmeza
de que tiene que publicarse.

El que lea estos Escritos,
tiene que hablar sin callarse,
porque Dios no siembra trigo
donde tallo no vea nadie.


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viernes, 25 de febrero de 2011

Da ejemplo - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 53-54


En Sueño Profético hablaban de dar ejemplo. Dijo uno:

Siempre le oí a mi padre estas palabras:

Si dices que amas a Dios, antes de decirlo, da buen ejemplo.

El buen ejemplo ahorra preguntas.

El buen ejemplo enseña sin palabras.

Las palabras se dicen fáciles. El ejemplo cuesta trabajo cuando a Dios no se ama.

Cuando se ama, va el ejemplo junto con la palabra.

Cinco hermanos sois, y ¿qué podéis decir de mal ejemplo en esta casa? Tu madre y yo, procuramos que todo se haga con el nombre de Dios por delante.

Esto me lo decía a mí que era el mayor. Dieciséis años tenía. Mis padres trabajaban sin descanso. Yo creo que el Amor que le tenían a Dios les hacía no cansarse. Mi padre era tratante de ganado. Y mi madre tenía un puesto de leche; en la misma casa hacía queso, que mis hermanos, los dos que me seguían, vendían voceando por la calle. Mi madre, siempre, cuando oía contrariedades, decía:

Acepta lo que te venga,
y así achicas el sufrir.

Hay sufrimientos que vienen,
que tan sólo Dios ha de oír.

Acepta lo que te venga,
y da ejemplo en el sufrir.

Siempre vi en mi casa ejemplo,
y consejos repartir.

Desperté, oí:

No cabe duda ni admite
quitar y poner palabra.

No cabe duda, que amando,
amor, ejemplo reclama.

Estos padres te demuestran:
predicar con el ejemplo.

Con padres que a Dios no aman,
hace el hijo el crecimiento
sin saber esta Enseñanza.

Si el hombre da buen ejemplo,
vive vida cristiana,
y le da la palabra adorno
a la vida que éste haga.

El hombre cree que el ejemplo
no le hace falta a la palabra.

Da ejemplo, que te conozcan,
y sabrán si a Dios Lo amas.

Porque la palabra sola,
no puede enseñar palabra.


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jueves, 24 de febrero de 2011

Nunca quise el camino que mi espíritu me trazó - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 206-207-208


En Sueño Profético decían:

No hay descanso mayor para tu espíritu, que nunca haberlo abandonado, que siempre haber hecho lo que tu materia no ha querido.

Dijo uno:

No habrá mayor sufrimiento,
que ver que te estás muriendo
y pensar lo que aquí digo:

Nunca quise el camino
que mi espíritu me trazó.

Nunca cogí los Consejos,
por ser Consejos de Dios.

Nunca creí que la muerte
viniera estando joven aún yo.

Esto es el pensar de un joven.
Ahora, el de un mayor:

¡Qué lejos veía la muerte!
Nunca hice caso de Dios.
Mi carne me protestaba
pidiéndome lo mejor;
mi materia, avariciosa;
mi ira, aún mayor;
mi vanidad me quitaba
de que me acercara a Dios.

Voy a ver si recuerdo
haber hecho caridad:
sólo me viene a mi mente
el haber tratado mal.

Otro cogerá el dinero
y luego lo gastará,
y hará hasta buenas obras,
y no se condenará.

Yo tendré que condenarme
por nunca a Dios buscar,
y cuando Él me llamó,
yo no quise contestar.

Desperté, oí:

Dios llama aunque no llame,
aunque tu no oigas llamar.

Dios llama cuando tú Lo ofendes,
y Él deja sin castigar.

Dios llama cuando te deja
que sigas ofendiendo más.

Dios llama cuando te manda
quien te pueda enseñar.

Aquí tienes varias formas,
para que puedas estudiar
cómo el espíritu quiere
que tú tengas Eternidad.


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miércoles, 23 de febrero de 2011

No sabe más de Dios el que más sabe, sino el que más ama - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Pag. 219-220


En Sueño Profético decían:

“No sabe más de Dios el que más sabe, sino el que más ama”.

Estas Palabras fueron dichas por Dios Hombre en un Sermón, donde todos oyeron estas mismas Palabras:

“No sabe más de mi Padre el que más saber tenga de Tierra, sino el que más ama. Puede que el rudo enseñe de mis Palabras al que sabio se crea en la Tierra. El que se cree que sabe y se retira de mi Enseñanza, ya ve el que ama, que no sabe. No hay saber sin conocer lo que dice en Mí mi Padre”.

Y señalando a uno de sus Discípulos, de los que el hombre tenía como gañanes, dijo:

“Uno de vosotros puede enseñar al hombre que más sabe, pero que no conoce el vivir de mi Gloria”.

Y terminó el Sermón con estas Palabras:

“El saber de la carne queda enterrado en tierra, el del espíritu es Sabiduría para enseñar a los sabios de la Tierra”.

Desperté, oí:


Es atrevido creerse que sabes,
cuando tu saber sea corto.

Cuanto tú pienses y digas:
de allí del Cielo,
en verdad, todo lo ignoro.

Yo sé que Allí hay un Dios,
lo sé porque lo dijeron.

Lo dijeron hombres buenos,
que yo les pondría de apellido:
“buenos, pero analfabetos”.

Esto es lo que piensa el hombre
que se siente saber vano.

Éste es saber sin Dios,
aunque a Dios quiera engañarlo.

Aquel día fue el Sermón
dedicado a hombres sabios.

Y Dios quiso que a los rudos,
los fuera el hombre buscando.

Y ya el sabio de la Tierra,
que sea sabio, pero amando.

Si no pone lo primero,
lo último Aquí dictado,
que no pregone el saber,
que ya está tierra esperando.

Del Saber de Aquí del Cielo,
nadie te quita este Mando
de Enseñanza de su Reino.

Por mucho que ahí te den,
creyendo que tú más sabes,
otro tuvo ese saber,
y después habrá millares.


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martes, 22 de febrero de 2011

"Id haciendo el bien y publicadlo, para que por vuestras obras Me vean a Mí" - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 161-162-163


En Sueño Profético me decían cómo dar a conocer el Lugar donde Dios habla al hombre:

Este Lugar tiene que ser reconocido por el hombre a través de sus obras. No bastará con el que reciba. Tendrá más valor la palabra del que sepa su actuación y lo vea; tendrá más precio su palabra cuando lo diga el piadoso y el indiferente; cuando lo diga el pobre y el rico; cuando lo reconozca el bueno y el malo; cuando lo material te lo dé con Palabras de Vida para el espíritu; cuando el ansia de espíritu supere a la carne; cuando las Palabras del Lugar hagan transformación en el pecado; cuando el Lugar sea buscado para oír la Palabra de Dios. Todo esto tiene que ser publicado para conocer a Dios.

Dijo uno:

No había mayor ofensa para el Maestro, que no conocieran a los que Lo seguían. Y ya para sus Discípulos siempre eran las mismas Palabras:

“Id haciendo el bien y publicadlo, para que por vuestras obras Me vean a Mí, y con el ejemplo vayáis pregonando mi Doctrina, dicha por mi Padre en Mí, y que Yo os estoy enseñando”.

“No calléis el bien, que el bien es amigo del día, y el mal es amigo de la noche”.

Desperté, oí:


Este Escrito bien te aclara
lo que quiere Dios que hagas.

Este Escrito cita hechos
que Dios dijo con Palabras:

“Id haciendo el bien al hombre,
para que él aprenda,
y luego, él vaya”.


Dios nunca puede enseñar
con secreto esta Enseñanza.

Porque todo está a la vista:
el sustento y las palabras.

Pero lo que ya le da nombre,
es la Fuerza que Dios manda.

Una Fuerza que confunde
cuando oyes sus Palabras.

Que te quita el confundir,
si lees cuando Dios habla.

Este Dios, que sólo ama,
tuvo que decirle al hombre,
justas, estas mismas Palabras:

¡Nido de víboras!
¡Sepulcros blanqueados!
¡Fariseos!


Y estas Palabras fueron dichas con pena,
y oídas con llanto:

¡Hombres que no amáis,
ni queréis ser por Dios amados!

¡Hombres, que bajo a la Tierra,
por ser por Dios enviado,
que la Palabra soy Yo,
y el Padre es enviado,
porque todo es el mismo Dios…!

¡Hombres que no merecéis
que Dios no haga de Dios!


Todo esto lo oyó el hombre,
por no querer a este Dios.


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lunes, 21 de febrero de 2011

Ese mal terrible de la desconfianza - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 231-232


En Sueño Profético hablaban de la Confianza en Dios. Decían:

Cuando falta Confianza, antes ha faltado Amor. Dios, al que Lo ama, no lo deja caer en ese mal terrible de la desconfianza.

Dijo uno que mucho amó:

Nunca desconfié de Dios cuando mi vida en la Tierra. Y si contara todo lo que el hombre me hizo para que sufriera, no comprenderían como seguía amando, porque para comprenderlo tienes tú que amar igual. Pues con todos los contratiempos que tuve por culpa del hombre, nunca perdí la Confianza en Dios. Seguro que Él sufría más que yo; seguro que Él sabía que iba a la condenación. Pero Dios, sus Palabras son sin movimiento; te da Libertad y te da Gloria, que ahí puedes vivir Gloria o Libertad; Aquí sólo Gloria.

Yo siempre decía: “Si el mal me lo ha hecho el hombre, ¿por qué culpar a Dios?”. Y si el sufrimiento viene de Dios: o no hay sufrimiento o no amas a Dios. En este sufrimiento, si amas, más confianza te hace que tengas, porque ya no es sufrir del hombre, es sufrir de tu materia, que puede que sea gozo para tu espíritu y gozo para esta Gloria.

¡Son cosas de tanta hondura las cosas de Gloria en Tierra, que esta hondura tan sólo la puede buscar el Amor que a Dios Le tengas!

Desperté, oí:

El hombre, a Dios siempre culpa
de lo que otro hombre mal le haga.

El hombre culpa a este Dios,
porque no piensa y se para:
Dios nos dio la Libertad,
y Dios respeta sus Palabras.

Yo he perdido la Confianza en Dios,
no es palabra del que ama.

Porque siempre el mucho Amor,
mucha Confianza manda.

La Tierra y el poco Amor,
llevan a la desconfianza.

Pero amando, nunca dudas
de aquello que si te pasa,
te pasó porque Dios supo
el mal que sería mañana.

Que por mucho que te expliquen,
no entiendes si a Dios no amas.

Al que ama no le hace falta
que le expliquen con palabras,
porque en viniendo de Dios,
“Amén”, siempre es la palabra.


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domingo, 20 de febrero de 2011

Dios está siempre entre el hombre - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag. 25-26


En Sueño Profético decían:

El Espíritu de Dios baja a la Tierra y vive en el hombre. Dios puede vivir en cualquier hombre de éstos. Y me hizo ver un sitio con mucha gente. Había indios, negros, chinos, japoneses, latinos y varias mezclas. Esto lo iban explicando.

Estando todos éstos de rodillas apareció Dios Hijo, como si saliera de una nube que baja del cielo, y al llegar a aquel gentío, unos dos metros antes de tocar tierra, desapareció. Y una voz dijo:

Dios está siempre entre el hombre, pero ahora es que vive en el hombre. En el hombre que vive, sólo lo sabe Dios Padre, que es el que Lo envía. Una vez que empieza a actuar, ya Lo ve el hombre, porque Dios hace que el hombre Lo vea, con sus Prodigios y Sabiduría. Dios ha entrado su Espíritu en la carne del hombre para enseñar. El hombre verá que habla el hombre, pero que no habla la carne de aquel hombre, que habla Dios en cualquier hombre. Dios, de toda esta muchedumbre, ya sabía dónde el Padre Lo mandaba; ya había elegido sitio para hablarle a los pecadores y premiar a los justos.

Desperté, oí:

Aquí ve el hombre que Dios no habla sólo para el pecador, ni sólo para el justo.

Dios habla a los pecadores y quiere que, los enseñen a no pecar, los justos.

Dios habla a los justos porque hay pecadores.

Dios, cuando habla, tiene que oírlo el justo y el pecador que quiera salvarse.


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sábado, 19 de febrero de 2011

Rosa Torre, creadora del Blog "El Escaparate de Rosa", ha fallecido


Hoy, como de costumbre, he entrado al Blog del "El Escaparate de Rosa" para ver sus últimos trucos, consejos y diseños para blogger. Me he llevado una desagradable sorpresa cuando he leído varias noticias en diferentes Blogs acerca del fallecimiento de Rosa Torre, creadora del Blog, el día 17 de Febrero.


Muchos blogs están de luto. La verdad es que no podría contar las veces que he entrado en su Blog para aprender y buscar nuevos añadidos que pudieran hacer de este Blog un sitio más accesible y mejor diseñado. He tenido la ocasión de compartir varios comentarios en los que le pedía ayuda y ella muy amablemente me la daba.

Desde aquí quiero darle las gracias por su esfuerzo; un esfuerzo altruista e incondicional con el que yo y otros tantos creadores de Blogs hemos aprendido mucho.


Un fuerte abrazo Rosa. Que Dios te tenga en su Gloria.

Facebook (en memoria de Rosa)

Galeria Abrigo de Piel de Cordero: Foto 7


Abrigo de Piel de Cordero del que brotan gotas de agua, formando en ocasiones, charcos de agua y marcas de diferentes formas y tamaños. Existen noticias y reportajes fotográficos de la época en la que comenzó a suceder allá por el año 1980. Varios especialistas acudieron a comprobarlo pero no lograron encontrar ninguna explicación científica para ello. También se le conoce como "El Milagro del Abrigo".

Dios ama a todos igual - Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 129-130


En Sueño Profético hablaban del Amor a Dios. Decían:

Dios te deja que no Lo quieras, pero no que Le quites su Gloria. Dios te ama tanto, que te da aunque tú no Lo ames. Dios ama a todos igual, y deja que todos Lo amen en la misma cantidad. El hombre es el que no ama igual. El que mucho ama a Dios, éste Lo siente, Lo siente y Lo busca donde puedan hablarle de Él. Dios siempre ocupa un Lugar donde pueda comunicarse al hombre y el hombre vea que habla Él. Son innumerables las personas que Dios habló en ellas.

Dijo uno:

Cosas Sobrenaturales están constantemente pasando, pero el hombre no está enseñado a comprender estas Comunicaciones sencillas, y difíciles de comprender cuando el hombre se tapa los oídos.

¡Es pena tener que oír ofensas a aquel que diga: “Dios me habla”!

El hombre debería cambiar las ofensas, por inclinar las rodillas delante del que diga: “Dios Aquí me trae”. Éste que esto dijera será conocido en el momento que el hombre a Dios quiera ver.

El que Dios habita se conoce por su presencia, por su acción al Prójimo y por el sí de consuelo que da.

Desperté, oí:

Este Sí es el de Dios: Sí de Amor, Sí de Confianza y Sí de Perdón.

Del que Dios vive en él, si refieres su actuación al que a éste no conozca, ya sabe que Esto es de Dios.

El hombre no puede actuar igual que éste, ni con este Amor y esta entrega por salvar a pecadores de pecados que con Dios no pueden estar.

Si estudias al que repite Palabras dichas por Dios, verás como el que las dice no es él, las dice el mismo Dios.


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viernes, 18 de febrero de 2011

Sabiduría creciente y no menguante - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 149-150


En este Sueño Profético hablaba Tomás de Aquino y otros. Decían:

El Maestro preparó a los Discípulos para que fueran cundiendo su Palabra. Éstos repetían lo que el Hijo recibía del Padre. Estos Discípulos no sabían lo que muchas veces su presencia hacía. Él los preparaba y les daba Sabiduría no del hombre, y esto era lo que a la muchedumbre le hacía pensar que su Maestro era Dios.

Decía más fuerte:

Yo, Tomás de Aquino, te digo con la autoridad de Dios, que la Sabiduría es el grado que Dios da de más elevación, y que ante esta Sabiduría, el hombre tiene que aceptar. Sabiduría creciente y no menguante. No menguante, porque cuando dice Dios “Yo soy Dios”, el hombre no le puede quitar a Dios ni el “Yo”.

Desperté, oí:

Nosotros, los Discípulos, en nuestro caminar, dábamos con gentes distintas en espíritu y materia. Pero al ponerse enfrente de nosotros, unos huían, y otros nos daban cobijo sin atreverse a andar de espaldas.

Siempre surgía alguna pregunta para conocernos como Discípulos suyos. Estas preguntas eran frecuentes:

¿Venís de parte de Jesús de Nazaret?

¿Vosotros habéis visto al Maestro? Sentaos y contad cómo es el Hijo del Hombre.

Y ya, el que mucho Lo amaba, decía: ¿Tú eres Dios?

Todo esto lo decían porque con el aliento que nos daba de Sabiduría, salían relumbrones Divinos de nuestras palabras y actuaciones.

Cuando Dios coge para enseñar, lo que a éste enseña, no hay hombre que lo iguale.

No hay quien lo iguale, porque Dios habla para enseñar al hombre.


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jueves, 17 de febrero de 2011

El querer conocerme, ya te entra en mi Reino - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 183-184-185


En Sueño Profético hablaban de Dios Hijo.

Dijo uno:

Yo viví con Dios Hombre, y en mi primer trato no sabía que era Dios.

Estando yo un día parado en una plaza, esperando a unos amigos –pues estos ya me habían dicho que me llevarían a conocer al Maestro–, pasaron unos por mi lado y se quedaron mirándome. Uno de ellos se acercó a mí y poniéndome la mano en el hombro, pronunció estas Palabras:

–Ya no hace falta que esperes a quien te lleve a que conozcas al Maestro. El querer conocerme, ya te entra en mi Reino. Estas Palabras son de mi Padre: “El que no quiera conocer al Hijo, no sabrá lo que el Padre dice en el Hijo”. Todo lo que Yo digo es de mi Padre.

Marcharon, y yo quede en espera de mis amigos, y cuando llegaron pronunciaron todos a la misma voz:

Desde el principio de la plaza
deslumbra el redor de tu cuerpo.
Queríamos saber de dónde
podría ser el resplandor,
y ya vemos que es tu cuerpo,
que tiene Rayos de Dios.

Ahora ya me lo explico
por qué me miraban "tos",
y se tocaban el brazo,
pero ninguno me habló.

Pues ahora ya veréis
de qué viene el Resplandor:
He conocido al Maestro,
porque Él me conoció
los deseos que tenía
de que me tocara Dios,
de que me tocara el espíritu,
y el espíritu me tocó.

Pero me tocó este hombro,
y fuego me siento yo,
y de la Mano que me puso,
de ahí sale el Resplandor.

¡Qué Palabras tan serenas
y dichas con tanto Amor!,
que cualquiera las diría,
pero dichas así, no.

Desperté, oí:

Él quería conocerlo,
y Dios mismo se acercó,
se acercó, le tocó el hombro,
y se formó Resplandor.

Resplandor que todos veían,
y decían: ¡Esto es Dios!

Se cundió por "toa" la plaza
que allí había estado Dios.
Le dejó un Certificado,
con firma de Resplandor.

Él quería conocerlo,
y Dios el premio le dio.


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miércoles, 16 de febrero de 2011

Pájaros y Corderos - Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 225-226


En Sueño Profético vi el campo, había muchos borregos, y volaban gran cantidad de pájaros por aquel manchón. Los pájaros no dejaban de trinar, mientras que los corderos pastaban con la humildad y primor del que molestar no quiere. Salió un pastor de en medio de los borregos y dijo:

“Estos borregos enseñan humildad al hombre, y a la vista proporcionan Paz. En un metro de terreno se abrigan unas a otras, dándose sus cabezas y lateral de su cuerpo, queriéndose meter una dentro de otra para más quererse, y sin querer ninguna tener preferencia, siendo ejemplo de obediencia. Si las miras detenido, verás que una avanza y todas la siguen. Ha habido veces de que una bajó la montaña y todas siguieron este peligro. Cordero: símbolo de la humildad, estampa que calma el alboroto”.

“Los pájaros te enseñan a que tengas alegría; ellos, con su trino, se unen a los cantos de la Gloria; te enseñan a tener confianza en Dios; te enseñan a que Dios es Padre y Él te procura la comida”.

Cuidará de tu alimento
como la madre al lactante,
como la loba al cachorro,
como el pájaro al nido,
que le lleva el alimento
como todo ser que nace,
que cuidan y va creciendo,
que luego, él hace
lo que a él le están haciendo.

Esta es la confianza
que piden Aquí en el Cielo.

Desperté, oí:

El hombre no tiene Paz
porque piensa en el mañana,
que si pensara en amar,
el mañana no llegaba.

Si la humildad del cordero,
el hombre fuera copiando
desde que nace al final,
Aquí vendría ya enseñado.

Y el chirrío del pajarillo
siempre tuviera en sus labios.
Esto sería agradecer
sin tener a Dios enfadado.

Para hacer esto que digo,
tienes que amar a Dios tanto,
que amando como yo digo,
amas sin hacer trabajo.

Si el pájaro lleva al nido,
y la loba a los cachorros,
¡qué hará este Dios contigo?

En amando, Él te manda
lo que no ve el que no ama.

Haz como los pajarillos
y,¡cómo no!, los corderos,
y cuéntate cuando hables
con esto que hay en el Cielo.


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martes, 15 de febrero de 2011

Risa, pena o miedo - Libro 8 - Dios No Quiere Pemite - Tomo I - Pag. 75-76-77


En Sueño Profético decían:

Este Dictado te da aclaraciones sobre dudas que albergues:

No es de razón humana, pensar que Dios hable en un Lugar, y el hombre quiera ponerle silencio. Si piensas esto, te da risa, pena o miedo; risa al Instrumento; pena al que ame a Dios; y miedo al que no Lo quiera. Éstas son justas Palabras que salen dictadas por Dios de esta Gloria.

Al que diga “Dios me habla”, que lo siga primero el hombre a larga distancia, que es donde no llega la hipocresía; y luego, que se acerque al Lugar y con él tenga íntimo trato; y sin palabras se podrá llevar un escrito de actuaciones de Dios. Ya, el hombre, que junte las actuaciones con las palabras, y si sabe fijo que hay Dios, Dios Aquí habla.

El que siga la vida entera de un Lugar que siempre dice las mismas palabras y tiene las mismas actuaciones, que piense si éste puede fingir que Dios le habla. Haciendo esta vida, sobran las palabras que el hombre quiera decir: “que miente al repetir lo que Dios le manda”. Haciendo la caridad por Dios y preguntando al que recibe, destapas el engaño que hubiera. No puede hacer Caridad siempre ocultándola. En el que Dios le habla, Dios mismo publica la Caridad, porque Dios habla para enseñar. Si Dios oculta, no enseña.

Qué poco son estas Palabras recordadas: “Id en mi Nombre, publicad y enseñad con el ejemplo. El que se avergonzara de Mí, yo lo avergonzaré delante de mi Padre”.

Desperté, oí:


Según el hombre, Dios hizo mal con decir a los Discípulos estas Palabras: “Id en mi Nombre”.

Al hombre le hubiera gustado que los Discípulos hubieran dicho: “Nosotros no conocemos al Maestro”.

Que piense el hombre letrado, si Dios hubiera continuado dándoles sus Palabras, ¿por qué les diría Dios: “Id en mi Nombre, publicad y enseñad con el ejemplo”?

También, según el hombre, esto está mal.

Si Dios quería silencio, ¿cómo da firmeza de Dios con estas Palabras?:

“El que se avergüence de Mí, Yo lo avergonzaré delante de mi Padre”.

Este Mensaje es de pena y miedo, que tan sólo le da risa al que Dios llama Instrumento.


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lunes, 14 de febrero de 2011

“Al que mis Palabras no le lleguen, ¿cómo le van a llegar las del hombre?” - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 43-44


En Sueño Profético decían dos Discípulos de Jesús el Salvador:

¡Qué justas son las Palabras de Dios! ¡Qué medida tan bien llena! ¡Qué palmos más iguales! ¡Qué comparaciones te ponía, que tú hasta veías relieve!

Cuenta la Parábola que les puso aquel día a unos que Le hicieron esta pregunta:

–Maestro, si yo busco a otros para que me hablen del Reino de tu Padre, ¿peco contra Ti y contra Él?

Esta fue la contestación:

–No hay dueño de casa, que dé la llave de su puerta para que se sirvan de su casa, desprecien la llave, y luego intenten entrar. Esto podría cambiar el Amor del dueño, en persecución por robo. Pues, ¿cómo quieres que Yo acepte que no oigas las Palabras de Dios Padre en Dios Hijo, y vayas en busca de ese que en contra de Mí está? Tú no es que pecas, tú es que vienes a que estos que me siguen puedan pecar también con las falsas palabras de esos que están en contra de Mí por ser el Rey del Cielo. Al que mis Palabras no le lleguen, ¿cómo le van a llegar las del hombre?

Desperté, oí:

“Al que mis Palabras no le lleguen, ¿cómo le van a llegar las del hombre?”

Estas Palabras fueron las últimas, y ya quedó grande silencio.

Estos que preguntaron iban a oír a unos que le ponían contra a lo que Dios hablaba.

Y no estando muy seguros de no condenarse, buscaban al Maestro.

Dios Hijo les contesto “no”, como Dios.

Si hubiera usado el Dios, quedan “los lejos” y “los cerca”, en el mismo momento, sin movimiento.

“Los lejos”, sí quedaron así.

“Los cerca” los dejó para que llevaran las Palabras.

Dios, con los que tenía delante, hace de Hombre. Y a los de lejos, les manda el Poder.

¡Qué Parábola les pone, que todos fijos en Él, veíamos a Dios de Hombre!


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domingo, 13 de febrero de 2011

No es lo mismo "veo a Dios", que decir: "Dios me está hablando" - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 37-38-39


En Sueño Profético decían en muchas voces:

“Quiero a Dios Padre,
quiero a Dios Hijo,
y quiero al Espíritu del Padre,
que todo es el mismo Dios”.

“Quiero rogar por los vivos”. Esto lo decían otras voces al terminar las primeras.

Explicaban las adoraciones que tenían a este Reino. Explicaban el gozo del espíritu sin pecado; el sufrir del espíritu que tiene contacto con lo sobrenatural; la resistencia que le ponía el pecador a este espíritu.

Hablaban de cómo el hombre quería darle preferencia a lo que va en contra de Dios; de cómo el hombre intenta pisar el Coto de Dios: Veda que Dios le pone al que no es suyo.

Explicaban para el espíritu, y para el espíritu y la materia. Decían:

Esto es Enseñanza sin Mensaje. Y esto, Mensaje para Enseñanza. Todo lo escrito es para el hombre. Y la Enseñanza de espíritu es para el Elegido por Dios, Enseñanza de la Gracia Divina, Visión que sólo ve el que Aquí vive o Dios trae para que piense lo que el hombre tiene olvidado, para que el hombre que ama no deje que el que no ama, cambie las cosas de Dios.

Desperté, oí:

¡Qué grandeza el que oiga
hablar en Tierra de Gloria!

¡Qué “Quiero a Dios Padre”,
dicho por espíritus de Gloria!

¡Qué adoración a los vivos,
para que nunca sean muertos!

Debería, el que ama a Dios,
no poder cruzar palabra
sin defender la razón.

Esta razón se ve clara,
porque no hay quien viva Gloria
si de la Gloria callara.

El que Dios entra en su Reino,
transforma al que con él habla.

No es lo mismo decir “veo a Dios”,
que decir que Dios me habla.

El verlo, Lo puede ver,
el que limpia tenga el alma,
y Lo busque en el mar,
en el aire y en la montaña.

Que son bravuras que Dios
no le deja al hombre el mando.

Pero decir “me habla Dios”,
es Dios el que va empujando
a que busque al Lugar
el que de Dios vive hablando.

El hombre puede decir:
“¡El no oírlo no es pecado!”,
pero Dios contestará
a la hora de juzgarlo.

No es lo mismo “veo a Dios”,
que decir: “Dios me está hablando”.

Esto me dicen que es como la grabación de unas palabras.


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sábado, 12 de febrero de 2011

El fracaso del hombre - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 127-128


En Sueño Profético decían:

Es pensar, y sufrir, que el hombre no busque donde hable Dios.

Dijo uno:

Yo creo que el hombre siente miedo cuando le dicen: “Yo veo a Dios”. La mayoría cambian de tema sin hacer más preguntas y se retiran del Comunicante ofendiéndolo, bien de palabras, bien en silencio. El hombre tendría que pensar que todo lo de la Tierra va de Aquí, que nada puede ocurrir sin pasar antes por Dios. El hombre no inventa nada ni manda en nada, ni tiene poder sobre su mismo cuerpo: un simple dedo que un día quede sin movimiento, no puede mandar que le haga servicio, ni con palabras ni con castigo que al dedo le diera; ese dedo no lo haría volver a su normalidad nada más que Dios.

Pues si el hombre estudiara el Poder de Dios, Lo buscaría para todo pedírselo, para no mover un pie sin mirar al Cielo. El hombre actúa al revés, haciéndolo todo sin consultar con Dios; sin querer saber de Dios, por si Dios hubiera. Aquí demuestra, primero, no amarlo. Y después de no amarlo, no quiere que de Él le hablen, por temor.

¡Que espere este Dios Hijo, este Dios que vieron de Hombre, este Dios que primero fue conocido como Dios Padre, que desde que hizo el mundo ya eran Tres y sólo Uno!

Desperté, oí:

El fracaso del hombre es por creerse él poderoso.

Siempre lo verás queriendo prescindir de Dios.

Siempre le verás miedo a que le confirmen que Dios está Vivo, que Dios lo tiene presente.

Que sabe el que Lo adora y el que desprecia su Gloria.

Que sabe el que pregunta: “Dime, cuéntame, ¿cómo es el vivir de la Gloria?”.

Éstos son los hombres buenos, los hombres que Dios los premia sintiendo vivir la Gloria.

El hombre oculta a Dios, y Dios alarga la Historia.


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viernes, 11 de febrero de 2011

El Tren - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 221-222-223


En Sueño Profético vi un tren y uno dijo:

Este tren simboliza el Viaje Eterno. Este tren ya llegó a su final, y Aquí termina el viaje.

Antes que este tren, vinieron muchos, pero con vía distinta, que no llega a la Eternidad. Fue dejando viajeros donde ellos habían sacado su billete. Este billete es sacado por el mismo viajero, que antes pagó contento con monedas del demonio. En este viaje se piensa poco y no se tiene el equipaje preparado.

El que Aquí viene, ha pensado en el viaje, ha preparado su equipaje y ha esperado el tren, y hoy vive en esta Eterna Gloria; Aquí vive sólo al Mando de Dios. Estos viajeros que quisieron hacer viaje Final, son los que Dios manda a comunicar a la materia, porque ya son de Dios, sin poder tener el hombre mando en ellos. Esto es Dios filtrándose al hombre; Dios Poder en Extracto, Poder en Sabiduría, Poder en ver lo que aún no ha nacido, por ser el Mismo Dios, Nacimiento.

Desperté, oí:

Este símbolo del tren
te ha explicado el viaje
de ese nada, terminado,
hasta llegar Aquí a la Gloria.

Te enseña a que no olvides
que el maquinista te acecha,
y si no hay equipaje,
al maquinista contentas.

Si este Mensaje lo aprendes,
ahora dicho en esta forma,
verás que Dios Lo que quiere
es que te venga a la memoria,
que esperes con alegría
el tren que viene a la Gloria.

Este viaje es seguro,
el venir Aquí a la Gloria.

Pero tienes que querer
y preparar tu equipaje,
aunque el hombre no vea bien.

Tú tienes que prepararlo
con Amor, y valentía a la vez.

Pues al viajar sin equipaje,
puedes otro tren coger,
que no llega hasta el Final,
y en la Gloria no te ves.

Porque en el tren de Infierno,
equipajes no se ven.

Debía pensar el hombre
en equipajes tener,
y Dios no tendría sufrir
de ver vacio el tren.

Dios Lo podría llenar,
pero serían viajeros
“amarraos” sin amarrar.

Como siempre, Dios es Dios,
dando Él la Libertad.


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jueves, 10 de febrero de 2011

“El que cree en Mí, Me oye en el Profeta” - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 32-33


En Sueño Profético decían:

“El que cree en Mí, Me oye en el Profeta. El que creyó en mi Padre, Me oyó a Mí”.

Si cuando Dios se comunica, oyeran al Comunicante, todos sabrían hablar de su Gloria.

Que Dios es Bueno se ve cuando el hombre es malo. Que Dios es Dios se ve en los muchos que perdona y que en nada te humilla. Perdona con tal contento, que te sientes perdonado.

Desperté, oí:

El Amor nace, y luego se aprende.

Se aprende amando más y más, hasta que Él se comunica.

La Comunicación de Dios es sencilla, puesto que Él la quiere.


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miércoles, 9 de febrero de 2011

Día y noche eran día - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 11-12


En Sueño Profético decían:

Dios Hombre –y “Nuestro Maestro”–, repetía insistentemente: “Id por todos los rincones del mundo”. Estas palabras eran para nosotros. Y “Por vuestras obras verán que sois míos”, Él quería que vieran a Cristo en cada uno de los Once.

Había quien nos conocía por la forma de caminar. Llevábamos un caminar cansado, contento y ansioso de que conocieran las Palabras de Dios Hombre.

Desperté, oí:

Faltábamos a las exigencias del hombre, pero cumplíamos el Mensaje de nuestro Maestro.

Este caminar, Dios, a todos nos encomendó, pero Dios sabía que los menos aceptarían.

Para aceptar la Voluntad de Dios, tienes que estar muy lleno de Dios.

De este “lleno” tienes que llenarte tú.

Cuando conoces al Profeta, te llenas sin trabajo.

Para nosotros, los Once, día y noche eran día.


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martes, 8 de febrero de 2011

Mis Palabras son aire, sol y agua, que cada uno coge la medida que quiere - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 29-30-31


En Sueño Profético decían los Discípulos de Dios hombre:

Bien dijo el Maestro a la orilla del Jordán cuando unos le preguntaron que si lo entendería más el que mejor preparación tuviera por el hombre.

¡Buenas Palabras se oyeron para nuestra Enseñanza! Éstas son las Palabras:

“Habrá quien oiga sin oír, y habrá quien vea sin ver. Luego, el que tenga vista, no verá; y el que oiga, será sordo para mis Palabras; y su lengua quedará torpe por el mando de su inteligencia”.

“Es el Amor el que me oye, y ya el Amor enseña. Si fuera enseñanza del hombre, habría muchos Dioses. Pero Dios es Poder y Sabiduría Infinita, Única y Eterna. Dios, Único Dios, que mando en Cielos y Vivo en Tierra; que de Padre estoy en mi Reino, y de Hombre estoy en la Tierra, porque quiero que los Vivos me sigan a Vida Eterna”.

“Yo haré al que me ame, que todo me lo comprenda. Yo haré de Dios para todo el que me quiera. Yo levantaré mi Brazo apartando. Yo diré a mi Padre lo que me hicieron en la Tierra, que mi Padre ya lo sufre por ser mi misma Materia”.


Y ya, todos sentados, dijo con afirmación:

“Si el que no está preparado por el hombre, no entendiera las Palabras que mi Padre dice en Mí, Yo no bajo a la Tierra. Mis Palabras son aire, sol y agua, que cada uno coge la medida que quiere, por entender que no tiene precio que pagarle al hombre”.

Desperté, oí:


Grande contestación da el Maestro
para el que quiera enterarse.

¡Cómo te aclara el misterio
del culto que oye a Dios,
y queda sin enterarse!

¡Cómo te enseña que digas,
que en amando, ya comprendes!

Dios te dice, “Yo soy Dios”,
por querer a rico y pobre.

Por juntarse, a sabiendas,
que son grandes pecadores.

Pero que al buscar a Él,
su Padre ya les responde.

Le responde con Perdón,
que el mismo hombre no comprende.

El hombre que busca a Dios,
su cuerpo, de Amor se enciende,
y Dios le da su Perdón
a sabiendas que no miente.

Si practicas el Amor,
a Dios sabrás entenderle.

Porque el Amor te separa
del saber que tiene el hombre.


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lunes, 7 de febrero de 2011

Oración para quitar de pecar - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 22-23-24-25


En Sueño Profético decían:

El que está siempre practicando la Palabra de Dios, éste nunca peca.

El que sabe cómo es Dios, éste nunca peca.

El que cree cómo ama Dios, éste no peca.

El pecado siempre arrastra a aquel que el Amor no le llega.

Aquel que dice: “¡Dios mío!, que no me quede en tinieblas”, a éste no le falta Luz, que los ángeles le llevan.

Dijo una mujer:

Vivía yo con materia
cuando este caso ocurrió:
Había dos vecinas mías,
una de grandes pecados,
y otra de grande oración;
las dos eran de hermosura,
de hermosura dada por Dios.

De la que no hacía pecados,
su hermosura era mayor.
Esto a la vista del hombre.
Pues sin duda que salía
del espíritu el valor.
A esta última nombrada,
nunca el pecado siguió.

Un día estaba llorando la pecadora,
y estos gritos se oyeron:
“Señor, ¿qué haría yo para no pecar
y que ya no me buscaran
los que yo hago pecar?
Señor, quiero dejar ya mi cuerpo
“pa” los gusanos pastar,
como pastan los corderos,
pero éstos sin pecar.
Yo he pecado hasta veintisiete.
¡Mañana no peco más!
¡Mañana…! ¡Pero ni hoy!
Esta noche voy a rezar
a la Ermita del Socorro,
y allí me voy a juntar
con lo que veo a diario,
cuando paso “pa” pecar.

Desperté, oí:

La que vivía pecando,
al pasar por la Ermita,
veía a la otra rezando.

Miraba con la conciencia,
y la vista retiraba.

Iba a hacer pecadores,
pecadores que esperaban.

Unos eran ya mayores,
otros “casaos” y con hijos,
y otros que con su belleza
se los llevaba al peligro.

La que estaba en oración
en la Ermita del Socorro,
cuando la veía pasar,
una oración en su nombre
la decía “pa” su mal.

¡Señor, quítame este mal!,
que sea la última noche
que yo pase “pa” pecar.

La oración sirve
para quitar de pecar.
Y el que pide a Dios Luz,
fijo y seguro
que Dios se la da.

Las dos mozas se juntaron
en la Ermita “pa” rezar:
una, libre de pecado;
y otra, jamás “pa” pecar.


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domingo, 6 de febrero de 2011

Aquí tuvo Dios que contestar - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 197-198-199-200-201


En Sueño Profético hablaban de la Justicia de Dios, de lo que Dios manda cuando el hombre Le pide:

Mayoría de veces el hombre le pide a Dios que le haga Justicia, le pide el que peor se comporta, el que hace lo contrario que Dios manda, y con este mal comportamiento está pidiendo que Dios le haga Justicia, a la que el hombre le pone el nombre de “Dios te ha castigado”. Hay veces que el desafío del hombre hacia Dios es tan grande, que Dios responde.

Dijo uno:

Yo cuento aquí un hecho en el que Dios tuvo que contestar: “Trabajaba yo en el campo con un  hombre que era carne de santo. Era el que cuando aventajaba su trabajo, acudía al tuyo, pero sin ningún interés. Pues la mujer de este santazo también trabajaba en las faenas de recolección, y con tres hijos que tenían, allí vivían mientras duraba la faena. Mi mujer, que también iba conmigo, tenía una gran amistad con ella, ya que hijos no teníamos y estos chiquillos nos consideraban familia. Pues enfermó este buen hombre y no hubo remedio para la salvación de su carne, y murió. Esta mujer, que no se sabía si el marido era santo por ella, o ella santa por el marido, otros y yo acordamos ir al encargado de repartir las faenas para que la dejara trabajando siempre, y así sería su dolor consolado, ya que sentía al marido como un pedazo de su carne que le hubieran arrancado. Ella sabía que si sus hijos allí seguían, no pasarían hambre, y su marido tendría Gloria con  el bienestar de sus hijos. Pues todos los planes fueron inútiles, rotundamente dijo que no, que era un cargo que a la larga le pesaría, porque siempre estarían faltos de algo; y la despidió del caserío, que llanto nos costó la despedida. Hubo quien le dijo al encargado: “puede que tú pases por el mismo camino”, y le contestó con desprecio: “Mujer, no pienso tener, ni hijos; no se me puede morir nadie”; y siguió con la frialdad del que no ama a Dios. No se contó un mes, cuando se oyeron grandes gritos, y fueron del encargado que todos conocían como dueño, por su mando; unas compuertas de un granero le cortaron los dos brazos; los médicos los amputaron ante el peligro de poder curarlos.

Desperté, oí:

Aquí tuvo Dios que contestar,
porque él quería contestación.

La gente llamó castigo,
cuando veían pidiendo 
a la viuda y a los hijos.

Él, sus primeras palabras,
era decirle a la gente:
¡Buena me he quitado de encima,
tenía que socorrerles
si conmigo los tenía!

Un día, que iban pidiendo
mientras trabajo encontraban,
una les sale al camino:
¿Tú eres la viuda santa?

Sí, dijo con la cabeza,
mientras secaba sus lágrimas.

El santo era mi marido,
que era el que a nadie dejaba,
cuando veía a una mujer
pidiendo con algún niño.

Muchas veces en la siega,
apartaba dos montones,
y el dinero que cogía 
era para quien sabía 
que nadie jornal le daba
porque trabajo no hacía.

Eran enfermos sin cura,
tullidos y andrajosos.

Dijo ésta ya que oyó:
Sécate mujer el llanto, 
que vas a pasar a dueña
del sitio que te han echado.

Era una de las dueñas de esa finca,
pero nunca había visitado
ni la finca ni al encargado.

Tenían muchas más que aquélla,
entre ella y un hermano.

Dios da el premio a la viuda,
que vive al marido en llanto.

Y el encargado, no es castigo,
pero se queda sin brazos.

Para quedarte viudo,
no hace falta estés casado.

En perdiendo algo de carne,
ya pierdes lo de casado.


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sábado, 5 de febrero de 2011

Verdad y Prudencia - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 163-164


En Sueño Profético decían:

La verdad la conoce más el que verdad vive. La verdad viene del Camino de Dios, y tiene gran intimidad con la prudencia. La persona que no miente, tiene prudencia, pero su verdad va por delante.

Estas Palabras que Aquí refiero fueron oídas por varios al Maestro:

Un día, al pasar por un cañaveral, había unos que discutían. Estas palabras decía uno:

–Yo, cuando digo verdad y dicen: “mentira”, también digo: “mentira”, y discusión acabo.

Se paró el Maestro y dijo:

–Cambia la enseñanza por ésta que hoy te doy: Puedes ser prudente, pero sin quitar el sitio a la Verdad, porque con esta enseñanza nunca te dará mi Padre sus Palabras para que las lleves al hombre. Si Yo niego que soy Dios Hijo, mi Padre no Me manda. Tengo que decir Verdad a lo que mentira diga el hombre; tengo que dejar que las familias unidas se separen por mi Nombre. Pero nunca callará la Verdad, dejando el sitio a la mentira. Guarda prudencia, pero no en esta Verdad, que mi Padre ha dicho que hoy me pare.

Desperté, oí:


Uno de estos hombres estaba contando que había conocido a Ese que le llamaban Maestro, y que algo de Dios Padre tenía.

Fue ponerse los dos en contra, y éste desmentir la verdad diciendo:

Yo, cuando digo verdad y dicen: “mentira”, yo también digo: “mentira”.

En este momento pasamos con el Maestro y ocurrió lo ya dictado.

¡Cómo quedaron los hombres
cuando oyeron las Palabras,
que se oía Eco del Cielo!

La verdad y la prudencia
es sello que sella Dios.

Pero a Verdad de este Cielo,
nunca le pongas palabras,
porque Verdad se está viendo.

Las cañas se cimbrearon
cuando se paró el Maestro.

Y el que decía Verdad,
rodillas puso en el suelo.

Siempre que hables de Dios,
pon la mirada en el Cielo,
que Dios te dará razones
para el que está desmintiendo.


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viernes, 4 de febrero de 2011

Tu presencia sana al espíritu - Libro 7 - Investigaciones de la Verdad - Tomo I - Pag. 263-264


En Sueño Profético vi una cama con un niño enfermo y al Señor de espaldas para la entrada de la habitación. Cuando llegué yo a la cama, el Señor desapareció y el enfermo se ponía contento. Esto lo vi en cuatro o cinco habitaciones distintas.

Y dijo uno:

Tu presencia sana al espíritu, le sirve de medicamento y lo pone en comunicación con esta Gloria; domina la carne, quitándole dolencias; y prepara al espíritu para que venga contento a la Gloria, haciendo muchas veces que el espíritu siga dando vida a la carne, quedando unidos largo plazo.

La presencia del que Dios habla en él, salva al espíritu, de la condenación, cuando el enfermo quiere ser perdonado.

El que va a soltar la materia, oyendo hablar al Comunicante, ya va seguro a la Gloria de Dios, facilidad que apercibe con el trato de éste.

Dios está en todas partes, pero en el enfermo y en el necesitado espera que lo vea el Comunicante o el que a Él ama y quiere ir, y Dios lo manda.

Desperté, oí:

Dios está en el que Lo ama y Lo necesita.

Y cuando llega el que a Dios ama, a Dios respira.

Dios espera hasta que tú llegas.

Dios estaba allí, pero como tú estabas arrobada, dos Dios no podían estar.

Dios se fue para que tú vieras que donde entras tú, Dios llega.

Si desprecian tu llegada, es a Dios al que maltratan.

El sí o el no, es a Dios.


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jueves, 3 de febrero de 2011

Dios dijo, dice y dirá - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 49-50


En Sueño Profético decían:

El que ama, nunca dice: “ya bastante amo”. Al que ama a Dios no se le oyen estas palabras: “ya amo bastante; ya sé bastante de Dios; ya leo los Evangelios; yo respeto su Doctrina; yo sé lo que hay que aprender de Dios, y yo aprendido lo tengo”. Estas palabras no son del que ama.

El Amor es exigente en querer más, en amar, en querer oír decir: “Dios no es que dijo; Dios no es que dirá; es que está diciendo; y a este “diciendo”, el Amor te hace buscar.

Dijo uno:

Siempre que Dios habló en uno, tuvieron más fuerza sus Palabras que las ya dichas.

Cuando estos Escritos queden sin la voz del Comunicante, ya quedarán igual que todo lo que hay escrito, que todo lo que el hombre lee que otro Elegido escribió.

Aclaración a esta diferencia:

Dios que habló y dijo esas Palabras; y Dios que hoy habla y manda escribir para que mañana sean leídas por otro.

Es grande la diferencia de decir “ha dicho Dios”, a decir “me está diciendo”. Este “diciendo” Dios siempre lo tendrá en una boca, resonando Dios sus Palabras para que el hombre a Dios siempre Lo esté oyendo.

El hombre que no ame a Dios, esto no puede comprenderlo.

Desperté, oí:

¡Qué más puede oír el hombre,
para comprender, aprender y enseñar?

Siendo Palabra de Dios,
es siempre Palabra igual,
pero la misma Palabra
pasa a segundo lugar.

Dios mandaba a sus Discípulos
a que de Él fueran a hablar,
pero cuando Él llegaba,
los Discípulos, a callar.

Esto es pregunta que hacen:
¿No lo ves claro esto ya?

Dios no cambia su Palabra,
Dios la dijo, la dice y la dirá.

Ahora la está diciendo.
¿Por qué no vas a escuchar?

Dios siempre habló en el Profeta.
Esto no debe extrañar.

Si sientes Amor de Dios,
a Dios tienes que buscar:
en su Palabra ya escrita
o en la que diciendo está.

Dios no se enfada si cambias,
“diciendo”, por “dicho ya”.

Esto es camino que andas
dejando pasos atrás,
que los pasos son los mismos,
con diferente pisar.

Si has pasado los primeros,
quieres seguir viendo más,
por ser pasos que te llevan
a la Gloria Celestial.


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miércoles, 2 de febrero de 2011

Oración; comunicación que haces sin palabras - Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - Pag. 192-193-194


En Sueño Profético hablaban de la oración.

Decía Domingo de Guzmán:

La oración es ponerte en contacto con los espíritus de esta Gloria; comunicación que haces sin palabras; esto es espíritu que tiene necesidad de súplica, lenguaje que no entiende aquel que poco ama. El rezo es diálogo sin palabras, oración mental. Esta oración sale con fuerza cuando tus obras son hechas con el pensamiento en Dios, pensando: “Esto se lo hago yo a Dios”, y ya, por cada cuenta, puedes hacer una petición, diciendo: “Señor, Te pido y Te obedezco, mándame, mi voluntad es tuya”. Él dijo: “Pedid y Yo os daré”.

El rezo es de un valor incalculable cuando éste es dicho por quien obedece para no pecar. El rezo sin obediencia es venero que no bebes.

Dijo Agustín:

Nadie, Domingo, mejor que yo, te puede hablar de esto. ¡Cuánto rezos le costó a mi madre el ser yo bueno!

Estaba siempre rezando,
y se le escapaba en alto:
¡Dios mío!, yo rezo,
tú me mandas,
pero mándame también
que te haga aquel servicio
del que no quiso obedecer.

Esto no tenía descanso,
siempre lágrimas y rezando.
Las lágrimas, para el rezo,
y el rezo, para el llanto.

Pues a todas las madres metía
en que fueran como ella,
y fue a una por una llevando
a que fueran madres buenas,
a aquellas que habían echado al hijo
por falta de su paciencia.

Cuando oían a ella,
querían que les hablara,
y también que les dijera,
si ella sabía que Dios,
sus suplicas las oía.

Desperté, oí:

Ella sabía que Dios
oía el rezo de ella,
aunque no tuviera voz.

Tanto imploró y lloro,
que un día, en su gran lamento,
la Voz de Dios la sintió:

“Ten sosiego ya con tu hijo,
que ahí vivirá como quieres,
y Aquí tiene ya su sitio”.

Quedó Mónica en la Historia,
por sus lágrimas y sus ruegos,
para que a todas las madres
les sirva esto de consuelo.

DOMINGO DE GUZMÁN Y AGUSTÍN DE MÓNICA


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martes, 1 de febrero de 2011

El Profeta es para enseñar ahí - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 101-102


En Sueño Profético decían:

El Profeta no puede faltar entre el hombre para la Enseñanza del espíritu. Dios, como Dios que es, sabe que el hombre acabaría diciendo: "Bueno… ¿y quién ha visto a Dios?"

Dios podría hacer que el mundo existiera sin que Él se hiciera visible al hombre, y cuando soltara la materia, viera el seguir de este comienzo. Pero la materia es débil, y no tendría capacidad para hacer lo que Dios tiene mandado desde el comienzo del mundo.

Antes de su Venida, Él se comunicaba al hombre, pero el Padre quiso que Dios fuera Hombre, y que se sirviera de todo lo que al hombre le agradaba y desagradaba.

Dios quiso ser Hombre, ser Profeta, para que su Mando fuera del Padre, y ya poder con su Presencia enseñar a amar a Dios y llevar a los espíritus a la Gloria del Padre, que Dios Hijo y Dios Padre es el Mismo Dios.

Desperté, oí:

El Profeta es Dios hablándole al hombre, para que el hombre con su Libertad elija Gloria de Dios o sitio sin Dios.

El que Dios elige de Portavoz para enseñar, este Poder no es valedero Aquí.

El Profeta es para enseñar ahí. Aquí ya es un espíritu de la Gloria de Dios.

El Profeta es para darte la llave de las Puertas de la Gloria.


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