miércoles, 18 de agosto de 2010

El hombre compadece al enfermo y no compadece al que puede perder su Reino - Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - Pag. 201-202-203


En Sueño Profético hablaban de los ruegos y rezos a Dios, de las peticiones, de aceptar lo que te venga y no consentir que delante de ti a Dios ofendan con estas palabras: “tú que tanto quieres a Dios, mira Dios lo que te ha mandado”, esto no lo puede oír el que de verdad a Dios ama.

Dijo uno:

Yo, siempre que a Dios pedía, no creía que mereciera que mi petición fuera concedida. Yo vivía amando tanto, que ya me consideraba que Dios me tenía en su Gloria, y pedía por el que estaba retirado para que se acordara de Dios antes de verse en apuros de tener a un ser querido enfermo o en vida de pecado. El enfermo de carne, si tiene su espíritu sano, no sufre Dios por él como por el que vive alejado porque no ama a Dios o porque vive pecado. El hombre hace Oración por curar carne, y no busca al pecador para ayudarle. Esto es porque no piensa que Dios bajó a la Tierra para enseñar al hombre cómo no perder su Reino. El que tenía la carne enferma y Lo llamaba, su Poder lo curaba, pero Él buscaba al pecador y el enfermo a Él llamaba.

Desperté, oí:

Decían en la Gloria que el hombre hacía llamada al Cielo, con ruegos, para la carne enferma.

Pero qué pocos pedían y rogaban por espíritus enfermos o por vida en pecado.

Que si el hombre se ofreciera a Dios, a buscar a pecadores, Dios les daría Mando y Poder para acarrear al rebaño, y ya serían pastores y agrandaban el rebaño.

El hombre compadece al enfermo y no compadece al que puede perder su Reino.

Si buscas a pecadores, Dios no se enfada.

Porque Él, siendo Dios, pecadores buscaba cuando a la Tierra bajó a vivir con el hombre, y su Reino prometió sin diferencia de clases.


***

7 comentarios:

  1. Muchos están alejados de Dios por ignorancia, por no haber sido educados en la fe.No hay mayor caridad que transmitirles el sentimiento de Dios Vivo.

    ResponderEliminar
  2. No hay alegría más grande que ser pastor para acarrear al Cielo, para ello hay que amar con la fuerza que nombra el Mensaje.

    ResponderEliminar
  3. Cuando ya amas a Dios tienes un sufrimiento grande por aquel que se retiró.

    ResponderEliminar
  4. Pido a Dios tener el Espíritu sano antes que el cuerpo, el cuerpo si está enfermo, Dios te ayuda y te vas con El, el Espíritu enfermo te retira de Dios.

    ResponderEliminar
  5. Los cristianos, somos responsables del ejemplo que vamos dando, tanto en la enfermedad como en los sufrimientos

    ResponderEliminar
  6. Tenemos que ir sembrando Amor y obediencia a Dios, y ya vamos enseñando al hombre “Amar a Dios sobre todas las cosas”

    ResponderEliminar
  7. Desgraciadamente se ve antes la enfermedad de carne que la del Espíritu. Anita siempre nos decía que lo más importante era pedir a Dios por curar a los enfermos de Espíritu, porque estos, aunque los veas sanos de cuerpo, están podridos en su Espíritu y sin embargo nadie se apiada de ellos

    ResponderEliminar