En
Sueño Profético hablaban el querer y el poder:
El
querer busca al poder. Y el poder, si el que lo tiene es de Dios, no se niega,
porque piensa: “El poder que tengo yo es porque Dios me lo deja. Yo debo dar
este poder para hacer el bien en la Tierra. Cuando falte mi cuerpo, otro mi
poder se lleva. En cambio, el querer, si es de Dios, no te falta en la materia,
y cuando muera tu cuerpo, este querer en doble aumenta.
Dijo
un espíritu con Mando de la Gloria:
Estas
Palabras han sido dichas para el pensar del Elegido, al que no le falta el
querer hacer el bien, el querer que Dios sus ruegos conceda, el querer que vean
que es Dios el que a la cama del enfermo llega. Y ya, querer que todo el que
pueda escandalice este Caso hoy único. Que poder pueden muchos, pero les falta
el querer. Que si tuvieran querer, como el que Dios trae Aquí, todos los
pudientes retirarían el no y pondrían el sí. Esto sería mandar glorias a Dios y
enseñar a vivir queriendo hacer todo el bien.
Decían
que el querer que el enfermo se cure, busca al Poder de Dios, y Dios lo
concede.
Si no
quieres, no buscas el Poder de Dios, que es el Poder que nadie tiene, por haber
sólo un Dios, con Tres Nombres.
Desperté,
oí:
El querer
y el poder hablaban como dos personas para el que lo entiende.
Aquí,
el querer, era hacer el bien y buscar al Poder para que concediera lo que
quería el Elegido en la curación del cuerpo.
“Señor,
cúralo. Que no sea yo la que voy a verlo. Que seas Tú”.
Este
pensar lo tiene el Elegido todo el día: “Señor, que el que me mire Te vea. Y el
que Te vea que no Te olvide”.
A este
pensar se unen estas Palabras:
“Señor,
que piensen que esta vida es trueno de tormenta, que antes de que se acabe el
trueno el cuerpo muerto queda”.
Decían
que el querer le podía al poder, cuando el poder también quería.
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Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C5