martes, 4 de abril de 2017

No es la muerte lo más malo

En Sueño Profético hablaban de la ignorancia del hombre en lo Divino.

Es ignorancia con maldad, no ignorancia de niños. El niño, con su inocencia, a la ignorancia se llega y se entrega con risa en el peligro. Esto sí es ignorancia. Pero el hombre se retira cuando le hablan de Dios, porque tiene que cambiar el camino que tenía.

Dijo uno:

Cuando les llegue el momento de la muerte a los que supieron este Escándalo –aunque crean que está en silencio–, éstos lo van a pasar mal tan sólo al pensar: “Yo pude haber hecho y no haberme ido al bando de Satanás. Yo sabía que era cierto. Los Escritos impresionan. Se ve a un Dios que es Vivo, no muerto. Los que pudimos entregarnos a Dios, reservamos la ayuda. Ahora tengo la muerte conmigo, y no se va sin llevarme al sitio que yo he elegido. Esto yo no digo a nadie, esto se viene conmigo”.

Desperté, oí:

Con este pensar que piense,
todo el que su ayuda reservó
por tener poco tiempo,
ya se lleva las ganancias
de su mal comportamiento.

¡No es la muerte lo más malo!
¡Es su agonía en silencio!

¡A cuántos les llegará
esto que hoy dicta el Cielo!

¡No es la muerte lo más malo,
es a Dios el no quererlo!

El que sepa estos Escritos
y su vivir ponga lejos
para no saber ni oír,
no le tengas compasión
hasta que la den Aquí.

Puede que tu compasión
sepa ya tirar de ti.

Dios da sus Palabras al hombre,
y si el hombre las desprecia
cuando las puede cumplir,
cuando la muerte le llegue,
cómo Dios le va a mandar
aunque Mando Le pidiera.

Éstos no tendrán disculpa,
porque se han cundido
por varios sitios en la Tierra.

Los poderosos y pudientes
no creen en su Existencia.

Porque al creer y no acudir,
no encontrarás defensor
el día que tu cuerpo muera.

No es la muerte lo peor,
es la agonía que tengas.


***

Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C3

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