sábado, 26 de noviembre de 2016

Haz que me compadezca del que primero pegó

En Sueño Profético decían:

Alaba más a Dios el que no peca por amarlo, que el que no peca por temor a Dios.

Es de más valor el no pecar por no enfadar a Dios, que no pecar por miedo a Dios.

Igual que es más pecado decir “voy a pecar”, que decir “¿por qué he pecado?”.

Puede hacer pecado mayor el que devuelve el golpe, que el que primero pegó.

Dios enseña a recibir el mal para que enseñes a que el mal no lo hagan.

Dijo uno:

Recibir el bien es sencillo. Recibir el mal es peligroso, si no te acercas a Dios pidiéndole ayuda, diciendo: “Señor, si Tú no devolviste el mal que Te hicieron, ¡cómo lo voy a hacer yo! “Señor, haz que me compadezca del que primero pegó”.

Desperté, oí:

¡Qué cierto que si no estás con Dios, no recibes este cambio: el mal que te hicieron, pagarlo con bien!

Esto es amar a Dios tanto, que sin tú querer, el bien vas dejando.

Hay quien hace el mal y llega a pecado, porque mal le hicieron.

El que ama, huye del que le aconseja que haga lo malo.


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Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C2

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