jueves, 25 de febrero de 2016

El Profeta no puede guardar el Mensaje

En Sueño Profético yo decía:

¡Señor, te quiero mucho!

Dijeron:

No es sólo querer, sino hacer que Lo quieran. Hay quien cree que queriéndolo a Él, basta. Este Amor no es completo.

El que cree en Dios y Lo ama, acepta el Mensaje. En su contra, el que no Lo ama, el Elegido, para él, resulta un “clon”.

Es mucho peor no querer a Dios, que no creer en Dios.

El Mensaje es para publicarlo. Si Dios no quisiera que se hablarla de Él, acabaría con el mundo.

Desperté, oí:

Mensaje de Dios: “Que me ves, dilo, publícalo”.

Traducción del hombre: Verlo: es imposible. Decirlo: después de muerta. Y publicarlo: no es su momento. Esto sería grave pecado.

Esta opinión no es del que ama a Dios, ni del que quiere amarlo.

Hermosa Palabra: “Que Me ves, dilo”. Pero más hermosa es: “Publícalo”. 

Él mandó a sus Discípulos a que fueran por todos los confines del mundo.

Dios no se comunica para que Lo adores. Dios se comunica para obedezcas su Palabra.

El Profeta no puede guardar el Mensaje, puesto que no es suyo, y sí guarda discreción.

Si el hombre estudiara lo poco que sabe, vería que sabe menos que sabe.


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Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - C5

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