miércoles, 30 de septiembre de 2015

Dios vida y Mundo

En Sueño Profético hablaban de Dios en tres formas: Una de Dios, otra de vida y otra de Mundo. Dios primero, Dios vida y Mundo.

Dijo uno:

En estas tres palabras entra el Elegido por Dios donde dice Dios vida y Mundo. Sin Dios no habría Mundo y sin Gloria no habría Elegidos.

     - Hablaban de mí y me nombraban Instrumento que hace de camino y de puente, de portavoz y de muestrario para elegir un camino como eliges los colores.

Hablaban de los caminos que tenían que pasar estos Dictados para que el Elegido tuviera autoridad Divina para aprobar o no las palabras o los hechos. El hombre quisiera emborronar las Leyes de Dios, quitar o poner los Mandamientos del Creador de espíritu y de materia. El hombre reconociendo esta Verdad tiene que obedecer a este Mando que Aquí Dios manda. Si este Mando el hombre lo pudiera enterrar quedaría el Elegido de soldado y ellos de general, como todo el tiempo pasado. Que el Elegido siempre fue general y siervo de Dios Único. Único en tres Imágenes, que así Lo ve el Elegido.

Esto ha llegado a su reconocimiento por incrédulos y cristianos, por justos y pecadores. Pero hay que presentarlo con fuerza y con alegría porque Dios está mandando Luz para que el Mundo le vuelva la espalda al pecado.

Desperté, oí:

Tienen que reconocer que han hecho daño al esconder esta Enseñanza.

Tienen que darle al portavoz autoridad, del Cielo y de la Tierra.

No para que dé el perdón, es para enseñar en la Tierra que el tiempo de Dios no pasó.

Que el Elegido, cuando duerme y despierta, trae la Palabra de Dios, que Dios se la dio sin materia.

Tiene que tener su grado entre el hombre para respetar el Mando que Aquí le dieran.


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

martes, 29 de septiembre de 2015

La cuesta de la vida

En Sueño Profético comparaban la Vida del espíritu con la vida del cuerpo. Decían:

En la vida del cuerpo
es dura la cuesta,
cuando la has subido
y nada te encuentras.

Todo está vacío
y ya nada quieres.
Todo te molesta.

Se ha ido agotando
toda aquella fuerza
de la que creías
que el dueño tú eras.

¡Esta dura cuesta,
que cuando la subes
ya nada te encuentras!

Si no fuera así,
¿quién diría: “¡Dios mío,
mándame tus fuerzas,
que las necesito
pa' subir la cuesta!”.

Y en este subir,
ya de Dios te acuerdas.

Ésta es la vida del cuerpo. La Vida del espíritu no sube cuesta. Todo es fácil y sencillo. Pero si de Dios te acuerdas y siempre vas por su Camino, tú irás apartando obstáculos contento y decidido. Y cuando llegue el final, te alegrarás de cómo has sido, y las fuerzas te aumentarán.

Aquí hablan los 90 que tuvieron Libertad y no subieron la cuesta. Cogieron camino llano, que es donde a Dios Lo encuentras.

Desperté, oí:


El hombre le da el buen trato
a la vida del cuerpo.

En cambio, a la del espíritu,
trata mal y con desprecio.

Esto es falta de Enseñanza.

Estar detrás de una vida
sabiendo que todo acaba.

Y no ocuparse de otra
que la Eternidad es su casa.

Al que vive sólo para la materia,
no lo envidies y tenle lástima.

Porque llegará el final de la cuesta
y se encontrará sin nada.

Si haces meditación,
no olvides estas palabras:

“El que vive sólo para la materia,
no lo envidies y tenle lástima”.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - C2

lunes, 28 de septiembre de 2015

Amando a Dios, le puedes al sufrimiento

En Sueño Profético hablaban del sufrir y del sufrimiento. Decían:

Hay quien sufre por sufrir,
y hay quien sufre
porque tiene sufrimiento.

Hay quien sufre
y parece que no sufre
para aquel que no sabe
lo que es el sufrimiento.

Hay quien presenta un sufrir
sin que éste llegue adentro,
y hay quien no quiere que salga
el sufrir que lleva dentro.

Dijo uno:

Para llevar el sufrir
y poderle al sufrimiento,
tienes que creer en Dios.

Pero no basta el creer
si el Amor no está primero.

No es lo mismo el decir:
“yo Lo amo porque creo”,
que decir: “yo creo en Dios,
pero su Amor no lo quiero”.

A éste, cuando le llegue sufrir,
no podrá mirar al Cielo.

Que esta mirada te lleva
a pensar en el Madero,
y a ponerte de rodillas
y achicar tu sufrimiento,
de ver lo que el hombre hizo
porque le ofrecía su Reino.

Desperté, oí:

A más ames a Dios,
más le puedes al sufrimiento.

Hay quien coge el sufrimiento
como columna de mármol.

El que así coja el sufrir,
vive sufriendo y tirando.

Y en este tirar,
la columna va agrandando.

Que esta columna es la fuerza
de los espíritus malos.

Hay sufrimientos vividos,
grandes y con poco peso.

Éstos son los que a Dios sirven
para enseñar
a llevar el sufrimiento.

Pon clases para enseñar
a que lleven el sufrir
sin a Dios dejar de amar.

Pues el Amor ya te cambia
que la columna la muevas
como pluma, corcho o paja.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C4

domingo, 27 de septiembre de 2015

Dios elige porque tú te has ofrecido

En Sueño Profético decían:

Dios, cuando elige,
es porque tú
antes te has ofrecido.

Te has ofrecido en aceptar
lo que no has querido,
y pronto has pensado:

¿Es que Dios lo quiso,
que con un martillo,
un madero y unos clavos,
allí traspasaran
sus Pies y sus Manos?

¡Él no quiso esto!

El que esto piense,
¿qué puede enseñar
al niño que crece?

El que Dios elige,
antes ha pasado
como hierro en fragua,
que a fuerza de golpes
queda moldeado.

Si así esto no fuera,
¿qué pensaría el Elegido
cuando viera la dureza
que tiene el Camino?

Pero él está moldeado
sin fragua y sin martillo,
sólo con un Amor grande,
que siempre es fuego encendido.

Por eso extraña tanto
la palabra “Elegido”.

Dijo uno que llegó a rozar la Túnica de Dios Hombre:

“Yo le oí al Maestro, en medio de un grande gentío, estas Palabras”:

Pensad que Yo no elijo, que sois vosotros los que tenéis que querer que Yo os diga: “Id en mi Nombre”. Y este querer lo sabe mi Padre desde el Cielo, y ya Yo lo elijo. Sed mansos de espíritu, y ya actuará la carne con humildad, como actúan los corderos. Apartaos del que dude de mis Palabras si vuestra Fe no es mayor que la desconfianza. El que acepte el sufrimiento pensando en Mí, ya sé Yo que no es enemigo mío y Me sirve para todo lo que le mande”.

Desperté, oí:

Muchos quedaban ya tristes
porque pensaban:
“Yo nunca seré Elegido”.
Dios daba la Enseñanza,
y para esto no había Elegidos.

Era después,
como aceptaban el Amor y el sufrir,
si aumentaba o mermaba.

El Elegido te enseña sin reservas,
pero él no admite enseñanza
de los hombres de la Tierra.

El le coloca al sufrir el disfraz
según aparece la escena.

Esto parece difícil
cuando el Amor sólo es por fuera.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C5

viernes, 25 de septiembre de 2015

La Libertad de Dios

En Sueño Profético decían:

¡Es más difícil vivir con libertad y no usarla que vivir con la libertad quitada y usarla!

Al que se la dan y no la vive es porque ama a Dios, pero son pocos los que la desprecian. En cambio, si falta Amor y quitan libertad tú, con facilidad, la vives.

La libertad, para el que a Dios ama, no es compañera suya, porque la libertad roba el pudor, la libertad te roba la prudencia. La libertad te pone el traje del descaro, la libertad te empuja a que atropelles al justo y al inocente y, por consiguiente, su comportamiento es en contra de Dios. Pero la libertad lo hace valiente empujándole a defender el pecado y perder la Gloria.

La Libertad de Dios, que Dios deja sin Amor a Él, la coges y Él te deja, pero ya no vives con Él.

Desperté, oí:

¡Qué empiezo del Mensaje descubriendo la Libertad que Dios deja!

Si no amas la coges, si amas trabajo te cuesta.

Te cuesta tanto trabajo que tú mismo la desprecias y, a veces, quedas parado entre sí o no, porque te tientan.

Pero ya piensas en Dios y la libertad la desprecias viviendo vida normal de ejemplo para el que quiera dejar la libertad.

¡Ama a Dios con avaricia para que des deseo de Amar!

Y ya vives como “Caballero de la Gloria Celestial”.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

jueves, 24 de septiembre de 2015

Un préstamo: el tiempo

En Sueño Profético decían:

Es mejor amar que cumplir. Y es mejor cumplir que demorar y luego cumplir. Si mucho amas poco demoras porque el Amor te da ganas y tiempo, y ya si lo haces por Dios no te cuesta trabajo y no te persigue el sueño. Es el Amor el que manda y ya tú vives con el Dueño. Que este Dueño es de todo aquél que quiera Quererlo.

Dijo uno:

Para las cosas de Dios nunca debe faltar tiempo, porque ya por ser de Dios Él hará parar el tiempo. Pero tú tienes que querer, porque Él no manda al tiempo si tú no quieres que te oigan “quiero”. Y ya verás que sin esfuerzos tendrás tiempo de sobra. Pero no hagas demora, porque disgustas a su Dueño, deteniendo su Palabra al malo, al bueno, al que hace pecados y al que quiere quitarlos dando razones del Cielo y poniendo ejemplos vivos, que hoy el Mundo puede verlos. Pero le siguen haciendo demora con el personaje tiempo, como si el tiempo no fuera un vasallo de este Cielo, como si Dios estuviera a distancia de tu tiempo.

Desperté, oí:

Piensa que tu tiempo es un préstamo que Dios te deja.

Que puede que, como Dueño, no avise y te pida cuentas.

El tiempo le viene corto a aquél que poco Amor tiene.

Pero si el Amor es grande, chica queda la faena.

Di: “Quiero tiempo, Señor”. Pero que este pedir sea de verdad.

Y entonces tendrás el tiempo con descanso y sin quimera.

Pero despégate un poco de las cosas de la Tierra, que éstas te serán ingratas para que la Gloria pierdas.


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El sufrir de Dios por el hombre no saber

En Sueño Profético decían:

Dios, cuando habla para que tú enseñes, siempre deja confirmación.

Cuantos más justificantes tenga el Elegido, menos disculpa tendrá el que no acepte. Dios nunca hablará sin dejar su Huella. Dios nunca elegirá terrenos que cubran lodo, que el que pise quede clavado sin ver el firme del lodo. Dios, cuando da resonancia, puedes ver claro si la resonancia es suya o del hombre.

Dijo uno:

Cuanto más pueda justificar el que Aquí Dios trae, más trabajo le costará alcanzar la Gloria al que no quiera verlo. Dios da Gloria en Palabras, y el hombre da martirio en hechos. Quiera el hombre callarse o dar a estos Escritos desprecio, esto lo dicta la Gloria, los que ahí les dicen muertos; que ya quisieran muchos vivos estar muertos como éstos, que son los que dan la Vida con los Mensajes del Cielo, que son los que en el arrobo, Dios los presenta con cuerpo, y el hombre no quiere saber de Dios por quien le diga: “yo vivo con carne, y cuando Dios quiere, deja mi cuerpo sin movimiento”.

Unas veces tú mismo te haces preguntas sin llegar a comprenderlo: ¿cómo puede andar un cuerpo cuando no te veas cuerpo?, ¿y pisar suelo de tierra si vas andando en el Cielo?      

Todo esto debería el hombre saberlo, y estudiar y preguntar, y así iría aprendiendo, y se podría acabar lo que hoy está ocurriendo.

Desperté, oí:

Si no saben, es que quieren
seguir sin este Saber.

¡Si Dios les manda razones
que sin ver tienes que ver!

¡Qué difícil se les pone
el querer retroceder!

Difícil porque no quieren,
y Dios sí quiere querer.

Querer que el hombre pregone
lo escrito en este papel.

Que es Palabra que Dios dijo
cuando las nubes las puso
donde se andaba con pies.

Nubes o gasas con fuerza,
que tú firmeza Allí ves.

¡Cómo los pies te los sientes,
y si miras ya no ves!

¡Qué pena que el hombre ignore
esta Gloria cómo es!

¡Qué pena el sufrir de Dios
por el hombre no saber!

Cuantas más pruebas Dios te mande,
de esta Gloria cómo es,
menos entrarás en Ella
si te aparta el no querer.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - C6

martes, 22 de septiembre de 2015

Yo amo a Dios

En Sueño Profético hablaban de decir amo, y no amar.

Dijo Teresa de Ávila:

Es atrevido decir la palabra “amo a Dios”, sin amarlo.

El Amor a Dios, si no amas, te exige el Amor.

Cuando no hay Amor, no se puede ser amado.

Hay quien dice “yo amo a Dios”, y ves que no es por Dios amado.

Dios no puede oír que Lo aman, y Dios Amor despreciarlo.

Yo siempre a mis compañeras
quería el Amor demostrárselo,
con valentía, sin miedo,
cada día más amando,
cada día más contenta
de que Dios me hubiera aceptado
el quererlo en Cuerpo y Alma.
Y mi espíritu guardado
para que lo entrara en su Gloria,
de donde me fue mandado.

¡Que revuelo se formaba
cuando me veían hablando
de todo lo que sentía,
que nadie podía explicarlo,
tan sólo yo lo decía
porque Él me lo iba explicando!

¡Con qué contento lo sufres
lo que sufrir no es sufrir!

¡Con qué contento lo pasas
todo lo que sea de Allí!

Siempre que hablo de Dios,
salen en verso mis palabras.

Siempre que hablo de Dios,
se me seca la garganta.

Siempre que habló de Dios,
en el sitio de mis lágrimas,
lágrimas siento yo.

Desperté, oí:

Es atrevido decir “amo a Dios”,
sin sentir Amor del Cielo.

El Amor, antes de hablar
y nombrar a Dios del Cielo,
te lo nota el que te ve,
porque Amor ya vas viviendo.
  
¡Este Amor que te mantiene
para que sufras y no mueras!

¡Este Amor que a más sufrir,
más de la Gloria te acuerdas!

Debería sentir Amor
el hombre que a Dios no ama.

Debería sentir Amor,
para que luego llorara.

Yo aseguro que este llanto,
a la Gloria lo llevaba.

Antes de decir Amor,
antes de decir que amas,
sale el Amor pregonando,
porque así Dios ya lo manda.

El Amor vive primero,
y luego, ya, en sus palabras,
te dice: “Amor yo siento”.

El Amor, primero es mudo,
el Amor que hay en el Cielo.

Y luego Dios da Palabras
abundantes de este Reino.

Yo viví amando tanto,
sin saber si amé en silencio.

Yo viví sólo para Dios,
y para Dios sigo viviendo.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C5

lunes, 21 de septiembre de 2015

No borréis la huella del bien

En Sueño Profético referían Palabras que Dios, cuando vivió de Hombre, repetía con frecuencia.

Dijo Santiago:

Un día, yendo con el Maestro siete como yo, de los que respirar no podíamos sin su Presencia, ya pasadas las cuatro y más cerca de las cinco, dijo uno de los siete:

   –Maestro, buen sitio nos viene para acampar. ¡Siempre dejando mi deseo después de tu Mando!

Lo dijo por cansancio, y el Maestro aceptó para explicarnos mejor a todos parados, ya que en el caminar, unos a otros nos empujábamos, aunque sin enfado y con Amor; pero los que cogíamos su roce de cerca, ya procurábamos seguir recogiendo sus Palabras con nuestra mirada, cosa, que el que detrás iba, ya no veía su mueca que más Vida te daba.

Dijo otro:

   –Yo Santiago voy a decir las Palabras: “Antes de que habléis de Mí, dejad obras hechas, pero brillantes. Yo nombro a mi Padre cuando ya han visto que soy Dios.

No borréis la huella del bien, porque si la borráis no se cunde la Enseñanza.

No confundid al valiente con el vanidoso, y no acobardaos ante el poderoso.

El que mis Palabras oiga, piense que son para que vayan a otro hombre. El que más hable de Mí, más llenar tiene de la Palabra de mi Padre, y menos ignorarán mi Existencia.

El que haga vida en contra de mis Mandamientos, él solo se aparta de los que los cumplen.

Cuando vitoreéis al hombre, os premiaran. Cuando enseñéis mi Doctrina y vean que Me amáis, os darán martirio, porque el espíritu del mal anda suelto con el desprecio de mi Padre; a todo el que no cumple mi Palabra, él lo busca de compañero; mi Padre lo arrojó de su Presencia, por querer ser como Yo, siendo Dios, y sin guardarme obediencia.

Yo soy el Único Dios por los siglos, y cuando me vaya de la Tierra, de los siglos sin final, porque yo Vivo sin Tierra
.

Desperté, oí:

Hoy termina el Dictado
sin más Palabras dictar.

Pues dictar sería poco,
para Palabra encontrar.

Esta Gloria ha dictado,
para acabar de dictar.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C1

domingo, 20 de septiembre de 2015

Saco vacío o lleno

En Sueño Profético decían:

Enseñar a amar a Dios y enseñar a pasar sufrimiento, no puede enseñarlo el que no ha sufrido, como el que sufrió y a Dios más quería quererlo.

Éstos, siempre hablan poniéndose ellos. Éstos, siempre tienen a Dios en su pensamiento. Éstos, nunca culpan: “Señor, ¿por qué pasa esto?”. Si esto lo pensaran, ya dejarían sitio para un mal espíritu, que siempre al bien va persiguiendo.

Pocas veces haces bien y no te llega consejo para que el bien no lo sigas haciendo. Pero si tu fuerza es grande, tú el bien lo sigues haciendo, y vas quitando espíritus que no son mandados del Cielo.

Dijo uno:

Los espíritus de Aquí llevan Luz, Paz y Consuelo, y hacen que los conozcan y ayudan al sufrimiento. Los espíritus contrarios te quieren quitar lo bueno.

Desperté, oí:

Busca al que mucho sufrió
y más quería a Dios quererlo.

Busca al que ama a Dios,
y te hablará de cómo amar a Dios
para vencer el sufrimiento.

El sufrimiento es
saco vacío o lleno.

Puede estar lleno
de plumas o de hierro.

Que el lleno ya es cosa tuya,
según le pongas el peso.

El espíritu del mal es contento
cuando el saco pesa mucho
y tú no puedes moverlo.

El que ama mucho a Dios,
no le importa que esté lleno.

Ya Dios le ayudará
a que el peso no quede en peso.

Y el saco lo moverás
como el aire mueve el fleco.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - C3

sábado, 19 de septiembre de 2015

Piensa en aceptar

En Sueño Profético decían:

La actuación de Dios debe ser aceptada, aunque no sea comprendida. Dios puede poner los puntos donde aún no han puesto las íes.

Dijo uno:

Si Dios contara con el hombre para sus actuaciones, mayoría de veces el hombre pecaría por no comprender y por no obedecer hasta que comprendiera.

¿Cómo comprender poner el punto sin que tú veas la “i”? Por eso, a Dios, tiene que ser amarlo y seguirlo, y ya lo que escribe en ti es comprendido.

Si falta el Amor, quieres corregirle, porque has olvidado que es Dios el que escribe.

El que Dios le manda, siempre aceptó y no hizo preguntas que a Dios molestaran.

Ahí en la Tierra son los más sufridos los que Dios les manda; son apedreados con piedras en palabras, y odio en los ojos el hombre les manda. Todo porque viven al servicio de Dios y su confianza cada día es mayor.

Desperté, oí:

Si dicen “Dios me manda”,
y confianza no ves,
no creas estas palabras.

Si a Dios pidieran cuentas,
diciéndote que Lo aman,
no creas estas palabras.

Si caridad no practican
y su presencia alborota,
ni Profeta ni Elegido
te pronuncie tu boca.

Cuando espíritu y materia
tienen contacto en el Cielo,
el que quiere lo ve claro
por su grande sufrimiento.

Que se haga él el comparar:
el poder llevar el peso
sin poderlo levantar.

Viene de sitio diabólico
dar sufrir en vez de adorar.

Pero la Fuerza de Dios
detiene a Satanás.

Y el Elegido camina
con el Mando que Dios da.

Que no piensa el entenderlo,
lo que piensa es aceptar.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - C5

viernes, 18 de septiembre de 2015

Esperanza y confianza en Dios

En Sueño Profético hablaban de sufrir con esperanza y confianza en Dios, o sufrir viéndolo todo cerrado e imposible coger la llave. Gran diferencia hay de esto, a pensar: “ya abrirá el Dueño la puerta, y a mí me mandará entrar”.

Dijo uno:

El sufrimiento que los Sabios de Aquí le llaman sufrimiento, es no tener seguridad de la Presencia de Dios. Aquí sí vive a gusto el sufrimiento, aquí sí es dueño de esta vivienda.

Un día –cuentan Aquí en esta Gloria y me lo mandan dictar–, al pasar el Maestro cerca de unos que estaban en la faena de la vendimia, había dos hombres discutiendo que uno tenía más sufrir que el otro. Los dos discutían que el suyo era mayor. Estando en estas fuertes palabras, se paró el Maestro y, señalando a uno que estaba de espaldas, dijo:

   –Llamad a aquel hombre y decidle que venga, que ha sido llamado por mi Padre en Mí.

Y quedó en silencio este Dios. Llegó el jornalero y se puso de rodillas, dando reverencia a las palabras que le llevaron, dadas por el Maestro. Ya dijo el Maestro:

   –Éste tiene un sufrimiento que pasa la medida de la paciencia, pero me tiene a Mí siempre en su presencia y confiaba en que mi Padre nunca lo dejaría, y ya era sufrir de mi Gloria, que es sufrir por lo que Yo sufra. Hoy, cuando llegues a tu casa, verás ya a todos cambiados, porque no tendrán vista hasta que entres tú por la puerta. Ellos mismos te dirán llorando, que quieren conocerme.

Desperté, oí:

Este hombre sufría porque ninguno de su familia quería a Dios Padre.

Cuando supieron del Maestro, que era el mismo, cuando alguien Lo nombraba, risas a la vez hacían sonido.

Los dos que su discutir fue lo que paró al Maestro, sufrían por avaricia de bienestar y dinero.

Nunca pensaban en Dios, y no podían soportar el trabajo y el dolor.

El que a Él tanto quería, tenía sufrimiento grande de pensar en su familia.

Nadie notaba sufrir, porque Presencia vivía.

Nunca Lo quiso buscar, por creer no merecía.

Si sufres amando a Dios, Él puede ir en tu busca.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C3

jueves, 17 de septiembre de 2015

Ignorancia para el medicamento del espíritu

En Sueño Profético hablaban de la medicina, del médico y del enfermo. Decían:

Siendo para curar y el médico sabiéndolo, el medicamento que cura esa enfermedad hay veces que dice el médico que no se puede curar por faltar este o aquel medicamento o cuesta tanto dinero que no se puede salvar. Y sigue el médico repitiendo todas las dificultades que tiene el conseguir el medicamento, que casi siempre responde en sollozos el familiar que esté oyendo.

¿Cuántas cuentas has pagado en boticas después de haber enterrado al ser que tanto querías y das gracias porque un tiempo las cuentas no presentaron?

Todo esto y mucho más hace el hombre para defender el cuerpo.

Dijo uno:

Ahora háblales del medicamento del espíritu. Empiezan ya creyendo poco en el médico del espíritu y al no creer no cogen medicamento que, siendo más fácil de tomar que el material, como el enfermo no quiera, a su espíritu no llega curación. Pero si otro a Dios le pide y a sus Palabras se entrega puede que le llegue cura, aunque éste no lo sepa.

Desperté, oí:

Es ignorancia y en muchos, por querer esta ignorancia, no saber curar el espíritu.

Si el hombre fuera haciendo comparaciones de las cosas que necesita la materia para curarse y de las que necesita el espíritu, vería que las del espíritu nunca eran fracaso.

Gratis es el medicamento y el que más ame a este Dios más fuerte toma la dosis y mayor será la reacción.

La reacción al enfermo que nunca da compasión.

Nada de la medicina, ni de la cirugía, pueden decir que a mí me raje.

Tomaré la bebida para que otro se sane.

Esto es sólo al enfermo, y si muere, pago y agrado ya vale.

El hombre con el dinero y el llanto no puede impedir que al cuerpo le llegue funeral.

Pero se entrega al médico aunque no pueda pagarle.

Enfermo y familiar dan preferencia a la carne.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

miércoles, 16 de septiembre de 2015

No pueden estar ocultas las Palabras de Dios

En Sueño Profético decían:

Hay quien llora para que lo vean y hay quien su llanto esconde. Hay quien oculta una verdad y también una mentira esconde. Hay quien se hace pasar por bueno hasta el día que lo conocen.

Dijo uno:

Todo en la vida tiene su escondrijo, lo feo, lo malo, lo bueno y lo bonito. Pero al que Dios le habla no puede tener ocultas las Palabras que Dios le da, no para él y sí para el Mundo.

¿Quién podría ver a Dios y guardar silencio al hombre? El que así actuara no había tenido Visión de Dios, ni había oído su habla.

¿Quién puede callar a Dios cuando en otro cuerpo hablara, si ya tu respiración no manda al habla, ni tus sentidos trabajan mandándole a tu cuerpo, ni tu actuación pertenece al espíritu con cuerpo?

¿Quién puede contar unos hechos de Jesús que no están en los libros?

¿Quién puede, día a día, escribir estos Dictados y tenerlos en secreto cuando el Dueño del Mensaje es el Dueño del Mundo entero, del Mundo del espíritu y del Mundo de la carne?

¿Quién ocultaría el viento y quién escondería la lluvia? Pues mucho más fácil es esto, porque si Dios lo detuviera habría nublados que estarían al Sol escondiendo, al viento le mandaría calma y a la lluvia la dejaría en sequía. Pero ¿cómo va a hablar y Él mismo se va a poner silencio? Todo esto lo utiliza para apartar a todo aquél que vaya en su contra.

Desperté, oí:

Que invento más mal hecho y más pobre ha hecho el hombre de Dios.

Todo aquél que esté unido para frenarle su voz va en contra del Elegido, que es ir en contra de Dios.

Dios cuando manda que digan, en la Gloria, palabras y Visión no puede el hombre callarlas.

Y si cree que las calla que jamás piense en la Gloria, donde la vida es su habla.

Hombres que saben que mueren y no saben si la llamada será estando enfermo o con su carne bien sana. Si será en la tristeza o en grandes fiestas mundanas. Si será en temprana edad, en la mitad o en edad pasada.

Pues con tanto saber que tiene el hombre y no sabe esta llamada.

El que piensa en la despedida a Dios no manda callar.

¡Qué pena que sean contados los que adoran su Habla!


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

martes, 15 de septiembre de 2015

El hombre que oye la Voz del Cielo

En Sueño Profético hablaban de la conciencia.

Dijo uno:

Yo conocí a un santo que practicaba la santidad y se quedó con el nombre de santo. Pues a este hombre lo hizo santo su conciencia, la que a todos quisiera hacer si el hombre hiciera uso de ella.

Era aquel hombre, de gran desprecio a todo lo de Dios, por tener de sobra salud y dinero. Una noche fue a visitar a un amigo suyo, que le atormentaba un mal a un hijo pequeño que tenía. A éste también le sobraba dinero y salud, y pensaba que él, para qué quería a Dios, ¡que Lo llamara el que le faltara dinero y salud…! Pues me contó, que fue salir de la casa del amigo, y notarse algo que sin palabras le hablaba, y él, por mucho que sujetó sus lágrimas, lloró. Lloró no por él, lloró por el amigo. Él le prometió a Dios amarlo y seguirlo, y si él veía mejor que perdiera su capital, que diera sequía sólo en sus fincas, y que cuando perdiera todo, más Lo querría. Este premio le dio su conciencia. Pero ¿cómo el responder del amigo, una vez que a Dios Le pedía la curación con amenazas…? Esto le hizo pensar no quitarse la salud, pero sí repartir el capital sin que llegara sequía.

Desperté, oí:

Este hombre había vivido
tan apartado de Dios
por consejos del amigo. 

Cuando sale de la casa,
su conciencia le aconseja
como amigo, como amigo
que Dios le manda del Cielo,
para que deje en olvido
el mal que hizo y a su amigo.

Se quedó para vivir
con lo que querían darle
los que ya eran los dueños
de lo que él fue dueño antes.

Esto pronto se cundió
como puerta que cierra aire.

Fue este caso conocido
como el del hombre
que oye la Voz del Cielo.

Vivió veinte años de pobre,
de los ricos de su dinero.

Pero vivía con Dios,
que aquí no tenía precio.

La conciencia lo quitó
de lo que él hacía sin quererlo.

A éste lo nombraban santo,
y con Dios vive en el Cielo.

El otro era maldito,
siempre a Dios maldiciendo.

Ni la enfermedad del hijo
le hizo a Dios quererlo.

Dios le permite y le quita
lo que él no era dueño.

La conciencia albergada,
te manda que lo mal hecho,
si lo hiciste sin pensar,
empieces cuaderno nuevo.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C4

lunes, 14 de septiembre de 2015

El engaño lo da el cuerpo

Quedé dormida pensando cosas raras, de cómo yo veo a otros que dicen sus pensamientos.

En Sueño Profético decían:

Es que tus pensamientos y tu acción ya van de Aquí.

El que está cierto de esta Existencia y su Amor lo tiene entregado a Dios, lo comprende.

El que primero pone los pies, antes que donde tiene que ir su espíritu, éste no comprende y tratará de reformar ideas que ya van de Aquí.

Dijo uno:

El espíritu mandado por Dios, mayoría de veces anula los ojos, la lengua y el oído. Y ya es el espíritu el que actúa.

Creer en esto es creer en todo lo que venga del Cielo. Que el que cree con firmeza y ama, busca en la Tierra lo que ya baja del Cielo; como en el desierto el agua busca el sediento; como calmante para el dolor de tu cuerpo.

De todo lo que te hace falta y crees poder tenerlo, no pasas, si el conseguirlo te puede ser de provecho.

Pues, ¿cómo el hombre pasar sin buscar este “Diciendo”, que ya trae el Sello de Dios por no quedar en silencio?

Desperté, oí:


Todo lo que el hombre quiere,
que el cree que le hace falta,
lo busca en aquel que lo tiene.

Pues, ¿cómo creer en Dios Vivo
y no ir a preguntar
para oír del Elegido
el Mando que Dios le da?

El hombre vive la carne
y a Dios Lo quiere engañar.

Pero queda sin engaño
y ya Dios ve la verdad.

Que el engaño lo da el cuerpo
con el mando que el espíritu le da.

Este Mensaje tiene más explicaciones
que las que mandan explicar.

Porque faltan muchos párrafos
y no los mandan dictar.


***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C7

domingo, 13 de septiembre de 2015

Amor se lleva por dentro

En Sueño Profético decían:

El Amor es el que enseña a comprender y conversar sin palabras, a aceptar y vivir Paciencia. Esto, en lo Divino, que es necesario para amar en lo material lo que es tuyo, que tú has pedido a Dios y Dios te lo aceptó. Si aquí no hay Amor a Dios, no puede haber amor en lo material; y si falta amor, no puede haber comprensión.

Mucho ponía Dios Hombre como ejemplo del Amor, cómo comprende la madre al recién nacido: como si habla tuviera y pudiera señalar lo que quería; cómo la madre localiza el dolor del hijo y sabe el deseo de lo que quiere. Esta comparación fue puesta muchas veces por el Maestro, y ya seguía diciendo: “El Amor es el que enseña lo que mi Padre habla en Mí. Si falta este Amor, es imposible el comprender, porque las cosas del Cielo existen con Poder y Mando, y ya es Vida. Donde no esté mi Mando, es muerte, y pos siglos sin fin no tendrá Vida”.

Desperté, oí:

¡Qué claras comparaciones
ponía Dios y Maestro!

Cierto que si ves y piensas,
la madre le da alimento
a sabiendas de que hay hambre,
aunque al niño veas quieto.

¡Es el amor el que dice
lo que quiere, sin palabras!

Si el amor falta a la madre,
no comprende sin palabras.

Porque donde no hay amor,
no puede haber enseñanza.

Pues, figúrate en la Gloria,
que todos son niños
y el Amor es lo que manda.

Mando de Dios a los niños,
y éstos entienden sin palabras.

Si Amor se lleva por dentro,
no hacen falta las palabras.

Porque Dios junta el Amor,
que a veces se hace montaña.

Para aprender de la Gloria,
no hacen falta las palabras.

Presenta un grande Amor,
y Dios te dará la Cátedra.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C2

sábado, 12 de septiembre de 2015

El tiempo

En Sueño Profético hablaban de los años, del tiempo pasado, del tiempo vivido a veces mal empleado por no haber tenido nadie que el tiempo te haya guiado. Hablaban varios y cada uno decía un pasado, unos lo que ellos habían vivido y otros lo que en otros vieron, que Aquí, en la Gloria, hoy sirve para que baje Enseñanza del Cielo. Decían:

Al tiempo lo culpa el hombre como si el tiempo tuviera la culpa de aquello que hace el hombre. El tiempo hay veces que te trae cosas amargas y otras dulces, pero tu tómate a risas lo que de Dios no viene y si dulce no lo está tan amargo no lo comes.

Lo que viene de Dios, sin remedio que dé el hombre, si piensas “viene de Dios” aún más dulce lo comes. ¿Cómo va a dar Dios hiel al hombre que tanto quiere? Lo que tú tienes que hacer es amar y ver cómo el tiempo viene y si ves nubes llegar prepárate por si llueve y, aunque algo te mojaras, nunca te mojarás como el que nubes no espera.

Dijo uno:

Hay tiempos pasados que, por dar desprecio, no vuelven a repetirse en el hombre y su recuerdo le inquieta, y hay tiempos que esperas que, cuando llega este tiempo, amarga fue la comida y amarga fue la cena. Todo es falta de querer que el tiempo a ti te obedezca, sin pensar que el tiempo es vida, es noria, es ruleta, es tiempo breve que alargas tú mismo echando cuentas. Este año, el que viene, dentro de diez o de treinta o de cien que puedas contar, pues este tiempo que cuentas aprovéchalo para a Dios querer y amar y da la importancia grande a lo del Cielo, que por fuerza hay que llegar si no a Gloria a Infierno.

Desperté, oí:

Pisa la Tierra pensando que ahí quedará tu cuerpo, pero tu espíritu sube por Mando que da este Cielo.

Si es espíritu de Dios las Puertas abren corriendo.

Si es espíritu que estuvo viviendo en contra del Cielo la Gloria no abre Puertas, por ser el mismo espíritu pero sin cuerpo.

Pasa el tiempo amando a Dios en lo dulce y en lo amargo. Pues, lo amargo es sufrir y Dios te tiene apartado.

Si tú te alejas de Él es que quieres lo amargo.

Pero si piensas “este valle sin lágrimas yo lo vivo por a Dios amar y en el tiempo pasado o en el que venga, que sea presente, yo sigo Amándolo”.

Pues vivir pensando en el tiempo que viene, en el presente, y en el pasado si no te sientes con Dios tú vivir es amargo.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

viernes, 11 de septiembre de 2015

El pecado del cuerpo

En Sueño Profético decían:

Piensa que Dios te mandará alegrías, cada día, con algo que no se esperaba, porque el Poder de Dios nadie lo ve hasta que no lo manda. Que tiene grande diferencia el Poder que Dios manda de su Reino con el poder del hombre de la Tierra. El de la Tierra es temporal, que dura poco tiempo. El que Dios manda es Eterno y sirve aunque muera el cuerpo, porque luego el espíritu es Eterno y Dios le da Mando para que enseñe al cuerpo. Si el cuerpo aprende enseña al espíritu, y ya el espíritu va en el cuerpo presentando pudor y retirando pecado. Que el pecado al cuerpo lo va llamando.

Dijo un espíritu de la Gloria:

El pecado mayor es el que el cuerpo hace, aunque vean que el robo es más grande. El robo puede ser coger comida, que éste es el robo de hambre, que  si tú antes de robar pides la comida puede Dios dártela. Pero el pecado del cuerpo es camino de Satanás y ya en la Gloria no puedes entrar. Que éste es el sufrimiento que ha puesto el adelanto: que tu cuerpo coja, con el mismo nombre de carne unida por Dios, todo lo que antes veía bien la prostitución. Pues ya ha llegado el momento de que el que su carne una a otra, teniendo vida la que antes el Mando de Dios unió, éste viva apartado de Dios para la Eternidad.

Ya se dejan estas palabras que al oírlas sufrir te llega y no puedes quitarlas hasta que el Poder de Dios ponga la fuerza que pone en el terremoto.

Esta Visión y estas palabras las tiene siempre el Elegido en su pensar y visión como cuando el cuerpo de su carne unida vivía, que ahora vive Vida Eterna. Se vio en su despacho como cuando copiaba los Mensajes, y dijo estas palabras con fuerza de Amor de Dios:

     - Ana cuídate, cuídate, que tu cuerpo lo necesita el espíritu.

Desperté, oí:

Todo el Mensaje era hablando del cuerpo y del pecado, que lo iba llamando.

Que lo llamaba rompiendo la Palabra que Dios había dado para que sirviera hasta la Eternidad.

Este Mensaje era para que lo oyeran todos los que creen estas Palabras dichas por Dios en su Gloria y que Dios manda que se publique.

Ya dicen que diga cómo salía el brillo de Luz del cuadro de la Última Cena de Dios y sus Discípulos, que en su Mesa están sentados.

Estos Mensajes para entenderlos tienes que sentir Amor del Cielo.


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

jueves, 10 de septiembre de 2015

El Poder de Dios

En Sueño Profético hablaban de Dios Poder, de Dios Perdón, de Dios Poderoso, de este Único Dios. Decían:

El Poder de Dios se ve cuando piensas en los mares y te pones delante de uno sólo, cuando piensas: “¿a quién obedecería la fuerza de su oleaje, cuando las olas empiezan su crecimiento en los aires?”. Tan sólo el Poder de Dios deja durmiendo los mares, durmiendo para los hombres, y vivo y bien despierto para los miles y miles y millones de animales que el agua les da el sustento. Pues si es Poder en las olas para que guarden silencio, hace falta más Poder para mantener la vida de tanto animal por dentro, que la vida se la da el agua que está cubriéndolos, porque Dios vida les da. Que la mayoría de los cuerpos, si por dentro los estudias, te hacen este pensar: “les falta a algunos cuerpos lo que en otros es grande ya. Y en otros, por chicos, invisibles, no les puedes destacar corazón o aparato donde alimentos van. Con una lupa, tal vez, pudieras ver un conjunto sin poderlo separar”. ¿Quién mantiene esto, sin ver el hombre, porque allí vive el mandar? Y ya, si hablas de Dios Perdón, puedes olvidarte del mar: un solo hombre perdido puede hacer a Dios llorar. Piensa en el Perdón de Dios, y su grandeza verás, que siendo Dueño de todo, busca para perdonar. ¡Falta Amor si no comprendes que Dios ama por amar!

Desperté, oí:


Esta explicación en la Gloria,
vale lo que nadie paga.

No es el pago de dinero,
porque caudal no le iguala.

Es el pago con Amor,
de querer más Enseñanza.

¡Tan sólo si se pensara
lo que Dios sufre en su Reino
si un solo hombre le falta…!

Si le falta al desprecio
de no cumplir sus Palabras.

Luego, Dios cambia el sufrir,
y ya del hombre se aparta.

Este Dios de gran Poder,
espera, si tú el Perdón,
Perdón lo quieres tener.

A las olas las obliga,
pero no obliga el querer.

El Amor de Dios no puede
hacer que quiera el querer,
porque Dios deja que ame
aquel que quiera querer.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - C6

miércoles, 9 de septiembre de 2015

El trato de Teresa

En Sueño Profético hablaba Teresa de Ávila. Decía el trato que en el convento le dieron.

Contaré mis primeras entrevistas con mis compañeras:

Quise contarles mi vida
y por qué entré en el convento,
pero quise también contarles
lo que me pasaba dentro.

Se lo dije a dos o tres,
y éstas lo fueron cundiendo.
Y de buen sitio que tenía,
me metieron allí dentro,
donde encerraban la leña
y había como un granero.

Estas celdas las tenían
como para dar sufrimiento,
o martirio,
que era frecuente
el darlo en aquel tiempo.

Pues yo me encontraba allí
más a gusto que en el centro
de aquel grandioso palacio,
que no parecía convento,
que más parecía palacio.

Ya, si alguien preguntaba,
decían que estaba ausente.
Me cambiaban las comidas:
las frías por las calientes,
las calientes por las tibias.
Cantaban en alta voz:
“no escuches Teresa al demonio,
que será tu perdición”.

Yo todo esto lo contaba
de rodillas al Señor,
y Él contestaba Palabras
que luego escribía yo.

Cada día me sentía
con más fuerzas al hablar.

Estando un día en la celda,
en la celda, castigada,
estas fueron las Palabras
que Dios me habló “pa” empezar:

No te importe que te metan en el fondo del convento, ya que el mejor sitio es para el que dé menos rendimiento. Tienes que salir de aquí, como Yo fui a la montaña. Mi Padre no Me mandó, ni en secreto, ni para que ocultara que era Dios Hijo”.

A los pocos días, cuando estaba en oración, ya bien de noche, otra vez me habló. Dijo: “Mis Palabras sean dichas por ti y no en el convento”.

Desperté, oí:

¡Que me importaba estar dentro,
cuando Él me visitara,
me hablara y me sacara!

Yo no lo quiero pensar,
cuando me sentó tan mal,
cuando me metieron en la celda.
Y cuando allí vi a Dios
hablarme con este Amor,
quise morir de vergüenza.

¡Qué importaba convento,
celda, palacio, martirio,
cuando esté este Dios contigo!

Contigo, si está este Dios,
tú no sientes los martirios,
que los martirios los cambia
por ese gozo continuo,
gozo de Gloria secreta,
que el hombre quiere que hagas.

Yo el secreto lo cambié
por la celda del convento,
y del claustro me escapé;
me escape, que me sacó
este Dios que yo adoraba.

¡Ay Señor, dame Palabras
para que tus males remedie,
y déjame mi sufrir,
que mi sufrir no es de nadie!

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C5

martes, 8 de septiembre de 2015

Aprender para enseñar

En Sueño Profético decían:

Estas Palabras que aquí dictamos son dichas por Dios Hombre:

El que enseña sin saber, enseña peor que él sabe. La Enseñanza debe ser primero Amor, y lo último enseñar. Ya el Amor te dirá lo que tú no sabes”.

Dijo uno:

Estas Palabras son Evangelio que Dios dejó en la Tierra y que el hombre no tiene escritas. Yo acompañé al Maestro, aunque mi número no entraba en los Doce, pero muchas veces fui entre éstos. ¡Si todo se pudiera leer, de lo que ocurrió…! ¡Si todo se pudiera ver en el momento que el Maestro daba la Enseñanza…!

Un día, ya bien entrada la noche –esto era en el tiempo de los días cortos, noches largas–, veníamos con el Maestro del campo, de una finca de un buen amigo mío, que allí, cuando les pillaba el pasar por el camino que llevaban, éste buen hombre y familia, les hacían que comieran o dieran un poco de descanso a sus cuerpos –pues si esto lo cundían estos dueños de la finca, se les llenaba la casa, y se terminaba haciendo una lumbre fuera de la casa por no caber dentro–. Este amigo mío lo celebraba, cuando sabía que pasaba el Maestro o alguno de los suyos que pudiera contarle algo que girara siempre alrededor del Maestro, para que el que acudiera, aprendiera. A todos los que allí entrábamos, nos colmaban con palabras de Amor, para que no nos fuéramos. Pues fue entrar en el pueblo, y al pasar por una bodega que los hombres bebían el vino en jarra, y casi siempre había alguno en la puerta, fue pasar el Maestro y éste decir:

   –¡Poco trabajo habéis hecho cuando tan contentos y risueños vais! –Y continuó con su mano en el asa, empinando la jarra hasta no dejar gota.

Tres de los que íbamos, quisieron liarse a puñetazos, pero rápido dijo el Maestro, poniendo su Mano en medio de los suyos y de los que iban en su contra.

   –Si vosotros que sois míos, os ponéis a pelear –donde no puede estar mi Padre–, el que pasé no sabrá cuáles son los míos ni los que van en contra de mi Padre.

Y dirigiéndose a Felipe dijo:

   –Mañana, cuando lo veas fuera de este sitio, donde hacen tanto pecado, háblale en mi nombre, y Yo haré que pida Perdón a mi Padre.

Desperté, oí:

Ya aprendieron los que lo seguían,
que si en sitio que están haciendo pecado,
tú entras para defender a Dios,
y ven a todos peleando,
no saben cuál es el de Dios,
o cuál es el endemoniado.

En aquella bodega,
que era más bien bodegón,
se hacían muchos pecados.

Se jugaban el dinero,
las fincas y las mujeres.

Se apuñalaban amigos,
sin que la amistad mediara.

Odiaban a los maridos,
las mujeres en sus casas.

Y los hijos maldecían al padre,
y sin compasión gritaban:
¡Que se muera, que no quiero
que padre entre más en casa!

¡Cuántas mujeres hacían
 vida sucia, vida mala!

Dios no podía dejar
que los suyos allí pegaran,
porque podían confundir,
sin saber el que a Él amaba.

Aprende para enseñar,
y darás buena Enseñanza,
pues si enseñas sin saber,
rompes lo que Dios te manda.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C1

lunes, 7 de septiembre de 2015

La fuerza del Amor de Dios

En Sueño Profético decían:

El Amor a Dios tiene fuerza,
quita de pecar
y enseña a llevar espíritus al Cielo.

El Amor a Dios hace manso
al que se ve fiero.

El Amor a Dios,
el que este caudal tenga,
es pastor en rebaño de corderos,
y a todos va llevando
con el mismo Amor,
aunque iguales no sean los corderos.

Y si alguno queda atrás,
el Amor de Dios le avisa,
y con su honda y su piedra
–tirando a no querer dar–,
lo mete en el rebaño,
haciéndole ya pensar
que al pastor le haga daño,
y ya se ve a la cordera,
lomo con lomo dando.

¡Esto es Amor de Dios:
unir todo su rebaño!

Pero tienes que sufrir
cuando mires para atrás
y digas: “¡una me falta!,
aunque llevo más de cien”.

Pero si llego a mi casa
pensando en la cordera:
“si estará detrás del cerro…,
si se habrá encontrado mala…,
si hará su balar fuerte,
pidiendo alguna compaña
que le ayude a poner
sus cuatro patas en pie,
y ya subirá el cerro
en busca de su cabaña…”.

El que tiene Amor a Dios,
llora y se hace pastor,
porque Dios así lo manda.

Desperté, oí:


Este Mensaje te compara
al mundo con un rebaño.

Y al Amor de Dios,
con el pastor en la montaña.

¡Qué cierto que si hay Amor,
juntas y ya no separas!

¡Cierto que Dios te da premio,
si vas buscando corderos
que se fueron del rebaño!

Pero tienes que amar,
primero, a Dios del Cielo.

Aprende a ser pastor,
y Dios ya te mandará el premio.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C3

domingo, 6 de septiembre de 2015

Espíritu con cuerpo y sin cuerpo

En Sueño Profético hablaban del espíritu, de cuando vive con el cuerpo o de cuando ya dejó el cuerpo. Decían:

Cuando el espíritu vive con el cuerpo, es controlado. Si tu acción es del Mando de Dios, tu espíritu es mandado por espíritus de la Gloria.

Cuando los espíritus del mal ya no viven en materia propia, ellos buscan maldad o mala acción para allí acampar y ya ser visitantes de ese espíritu. Cuando ven ejemplo y vida de Paz, también intentan emborronar el bien o borrarlo. Pues para eso son estas Enseñanzas, para no dejar al espíritu con libertad, obligando a la materia a que vaya en contra de Dios.

Dijo uno:

Si tu acción es de Dios, y también por dentro –aunque ésta tan sólo la ve Dios–, ten por seguro que dejas al espíritu del mal en fracaso. Pero el hombre enseña al hombre a todo lo que está en contra de Dios, y ya es el hombre enemigo de Dios; bien con cuerpo o después de dejar el cuerpo, que entonces es cuando hace más daño a Dios, por no poderlo encerrar ni castigar el hombre.

Hombre malo con cuerpo: espíritus que luego vive libertad para hacer mal en materia débil, porque el espíritu ha admitido lo que no está en la Doctrina de Dios. Lo malo abunda porque el malo enseña a que se haga el mal. En cambio, el que es bueno y hace el bien, encuentra pocos para seguirlo. Y muchos buenos que no son buenos, al bien que hacen van persiguiendo.

Desperté, oí:

Si los buenos fueran buenos,
le podrían a los malos.

Si los buenos fueran buenos,
verían a los malos, malos,
y no nombrarían progreso ni adelanto.

Ni se nombrarían los tiempos,
ni se premiaría el pecado.

Los mismo que se ve al cojo
y al que le falta el brazo,
hace siglos,
desde el empiezo del mundo,
y se nombra cojo o manco,
lo mismo es el pecado.

La pierna, si falta, es cojo;
y manco, si falta el brazo.

Y al Infierno siempre irá
el que viva en el pecado.

Los buenos, que se creen buenos,
llevan a pocos a la Gloria,
porque a buenos no han llegado.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - C6

sábado, 5 de septiembre de 2015

Infierno de cementerio

En Sueño Profético decían:

Por mucho mal que haga el espíritu del mal no hace nada comparado con lo que él quisiera hacer. Pero Dios da estas Enseñanzas para enseñar a conocer lo que del espíritu del mal viene. Que ya cogerá carroza de oro para que no desconfíen de que el que la lleva es hambriento. Te hará ver la altura baja para que saltes confiado, y los montones los tapará y ya andarás tropezando. Que los montones son obstáculos que si tú aprendes los ves antes de que intenten taparlos, y a él le mandas fracaso.

Dijo uno:

De la Enseñanza de Dios si el hombre aprender quisiera quedaba el pecado muerto y el Infierno sería cementerio de espíritus malos muertos. Que aunque allí tenían vida, por ser el Infierno Eterno, pero acabarían en un número, y al no encontrar de los suyos no salían del Infierno. Y Dios al ver que el hombre no quería pecado dejaría muertos esos espíritus y ya sería cementerio de unos malos espíritus. Pero el hombre no reniega al pecado y quiere verlo hasta justo y aprobarlo con las leyes.

¿Se puede ver más pecado que hacer al pecado culto? ¿Se puede ver más pecado que querer vivir desnudos, donde Dios dice recato, y alimentar los cañones habiendo niños hambrientos pidiendo una limosna unas veces al año? Que al cañón ya le tendrán buen cuidado de que tengan la garganta de millones preparado.

Pues por esto y por mucho más que Dios no tiene mandado no deja Dios el Infierno de cementerio, hablando de un pasado.

Desperté, oí:

¡Qué aclaración dan en la Gloria!

Que el Infierno existe porque el hombre lo quiere y lo necesita.

Qué comparación, que tiene fotografía, el alimento del cañón y morir por alimento el niño.

Si el hombre pensara que el hijo muere de hambre y después alimentan al cañón para matarle al padre.

¿Puede esto tener perdón?

Estos Libros hacen falta para que el hombre se reforme pensando en las Palabras que persiguen al pecado.

Que son las que dejó dichas y las que ahora está dictando.

Amor, caridad y perdón, y ya firmas con recato.

Sin la Enseñanza de Dios el hombre es carne y es fango.

Que cuando entierren la carne el fango hará más daño.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

viernes, 4 de septiembre de 2015

Paz, Amor a Dios y obediencia

En Sueño Profético decían:

Si el hombre buscara a Dios en todos sus actos todo lo haría bien. Si el hombre confiara en Dios vería su respuesta.

Dijo uno:

La confianza en Dios te da la vida. La confianza en Dios te da buenos pensamientos. La confianza tiene tal precio que no hay caudal para pagarla. La confianza viene con la Paz y despide al alboroto. Hay sufrimientos que se hacen grandes por falta de confianza en Dios y hay sufrimientos grandes que los ves chicos hasta que Dios los quita.

Los que Dios eligió siempre fueron fuente de confianza en Dios. Éstos vieron confianza, aceptaron y enseñaron la obediencia a Dios, aceptación a su querer o permitir. Estos Instrumentos a los que Dios les da su mercancía Divina van alfombrando con Paz y los espíritus siguen en silencio sin la Paz alborotar. El espíritu que no vive la línea de Dios te alborota aunque le veas quietud de materia, porque el espíritu vive rebelde al Mando de Dios.

Paz, Amor a Dios y obediencia a su mandar, que Él no manda, que es amar. El que viva este vivir la confianza será su eterna compañera.

Desperté, oí:

Este Libro, de este Cielo, te enseña con pocas letras y con cortitos letreros.

Te enseña cuando tú quieras aprender.

Este Libro está cerrado y el secreto está por dentro. Y si tú pones confianza ya estás el Libro abriendo.

En esta hoja de este Libro que Aquí se guarda, en el Cielo, te encontrarás con palabras que te dice el Instrumento.

Fe y confianza en Dios.

Pero cumple primero lo poco que Él te pide para no perder el Cielo.

Si cumples este cumplir la Paz ya te va siguiendo, porque la Paz lleva Amor, esperanza, caridad y gran consuelo.

Donde no puede haber Paz es donde a Dios no estén queriendo.

Aunque no sepas leer puedes del Libro aprender, porque su Enseñanza es para el espíritu, no para el cuerpo.


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Libro 67 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VII

jueves, 3 de septiembre de 2015

El cambio del herrero

En Sueño Profético hablaban del que vivió en el pecado y luego a Dios buscó:

Éste tuvo que tener momentos de odio a su vivir y deseos de vivir como el que hacía una vida santa.

Dijo uno:

Un amigo de los dueños de donde yo trabajaba, había vivido de pecado en pecado. Éste tenía una fragua, trabajo muy diferente al de sus amigos, que era donde yo ganaba el jornal. Éste era un alfarero que moldeaba con tanto primor los cacharros, que a veces tenía visitantes para verlo trabajar a él y a unos chiquillos que recogió por faltarles los padres, que también allí trabajaron. Éstos mimaban el barro, y el amigo golpeaba el hierro. Los alfareros ponían los cacharros como algo que de ellos salía. Y los hierros eran tirados gavilla sobre gavilla, que a veces formaban tintineo.

Ya, un día, le dijo el que vivía una vida santa: “Tienes que tener un peso grande, y no de trabajo, es peso de dar sufrir a Dios. Yo, en cambio, nunca estoy cansado. A estos dos niños los he cogido para yo criarlos, y a Dios le he prometido que en mi alma serán un gran puñado de barro, que siempre pensaré en Él para irlos moldeando. Y luego, que Él me lleve con Él, pero cuando ya estén criados. También tengo premio con la compañera que Dios me ha dado: mejor los cuida que yo. Y he hablado con uno, y unos cuantos síes le di, y todo lo que estás viendo, a ellos, de dueños los he dejado. Mi mujer ha querido, y yo estaba deseando”.

¡Cómo quedo el de la fragua!: era verlo y no explicarlo. ¡Él que sólo tenía un hijo y siempre lo estaba maltratando! Si la mujer se metía por medio, en dos repartía los palos. De noche vivía en las ventas, y dinero iba dejando, y el pecado le hacia pensar más veces en su amigo el alfarero: ¡Quién pudiera vivir santo! Desde el día que al alfarero le habló y le fue comparando, odio le puso a las noches, odio a todo el maltrato que a su hijo le daba. Y fue en busca del amigo, y casi, casi jurando, prometió hacer la misma vida que hacía el de los cacharros.

Desperté, oí:

Fue arrepentimiento grande
y gran cambio,
el cambio que dio el herrero.

Se le notaba en el cuido
y trato que daba al hierro.

El hijo más lo miraba
cuando el padre ya iba lejos.

El hijo y el zagalón
que allí tenía de ayuda,
este cambio le notaron
cuando cogían los hierros
llevando de lado a lado.

¡Nenes! –se oía al entrar
por la puertas de la fragua.

¡Tratad con Amor al hierro,
que yo para darle forma,
no dejo mi tintineo!

Tintineo de alegría,
copiado del alfarero.

El pecado lo dejó,
y vivió aquel herrero
con su mujer y su hijo,
lo mismo que el alfarero.

El hierro era más duro,
y el barro era más tierno,
pero el Amor de Dios
moldeaba desde el Cielo.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C3

miércoles, 2 de septiembre de 2015

El adelanto del hombre aparta de Dios

En Sueño Profético hablaban del hombre, de cómo quiere que viva el cuerpo. Que Dios lo permite porque ahí queda su invento, para que el cuerpo lo viva y luego le den entierro:

Todo lo que no es de Dios y no está en los Mandamientos, es querer que sirva el sombrero de zapato y el zapato de sombrero.

Si esto el hombre lo ve raro, ¿cómo verán en el Cielo que el hombre quiera vivir sin aprender y practicar los Mandamientos de Dios, que los dictó desde el Cielo, y luego Él bajó para enseñar a vivirlos?

¿Cómo puede pensar el hombre, que anule esta Enseñanza de Dios y luego su espíritu vuelva adonde salió?

Al adelanto del hombre, queriendo anular a Dios, no lo llames adelanto, llámale fracaso de los demonios, cuando Dios esté mediando.

La cuchara es para la boca, y la silla para sentarse. Por mucho que invente el hombre, esto jamás podrá cambiarse.

Desperté, oí:

¡Que cierto que el adelanto del hombre
siempre es apartar de Dios!

¡Qué cierto que creyéndolo y amándolo,
no puedes hacer lo que Él no mandó!
 
El creer te pone el miedo
cuando te veas la muerte.

Y al amarlo, falta vida,
si no Lo tienes presente.

Vida sin Dios, no eres tú,
aunque a ti te estén viendo.

Porque la vida la tiene
el espíritu maldito
que se entra en tu cuerpo.

En unos, entra y sale.
Y en otros, toma aposento.

El comportamiento del hombre
está a favor del Infierno.

Cumpliendo leyes de pecado,
de crimen y de adulterio.

Esto es vivir sin Dios
y anular el Evangelio.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C7

martes, 1 de septiembre de 2015

Dios busca al que quiera servir o arrepentimiento

En Sueño Profético hablaban mujeres que vivieron cuando Dios vivió de Hombre. Estando hablando estas mujeres, se oyó hablar a otra que su llanto no dejaba entender las palabras. Y una dijo:

Este hecho que aquí referimos fue presenciado por mí:

Estando yo una mañana comprando en el mercado, se acercó a mí una mujer para que yo Le dijera al Maestro que ella quería ser perdonada, pero que no merecía que el mismo Hijo de Dios se lo dijera a ella con su Presencia delante, ya que había pecado ¡tantas veces sin ir a buscarlo…! Estando en esta escucha de palabras y sin saber qué contestarle, por saber yo cómo era el Maestro en Amor y Perdón, se oyó un acuerdo y desacuerdo de palabras de todos los vendedores y compradores que allí habíamos. Ya se oyó más fuerte: “¡Es Jesús de Galilea!”. Otros decían: “¡Sí, el de Nazaret!”. Fue apartándose la gente hasta llegar a nosotras, y con grandes Palabras de Dios y con la Humildad de Dios Hombre que busca al que su Perdón quiere, le dijo a esta grande pecadora que yo no conocía:

   –Ya estás perdonada con haber hablado con esta mujer que tanto ama a mi Padre y tanto quiere servirme a Mí.

Y repitió otra vez:

   –Vete tranquila, mujer, y guarda mi Perdón, que ya es tuyo.

Y dirigiéndose a mí, me dijo:

   –Y tú ve tranquila, que ya has hecho un buen servicio a mi Padre, que tantas veces Le decías lo que aquí repito: “Señor, Padre Eterno, mándame que Le haga servicio a tu Hijo, aunque sea yo sufriendo”. ¿A que esto era tu primera petición a mi Padre? Pues como mi Padre está en Mí, Yo he venido en busca de las dos, para que sirva de testimonio a humildes y a poderosos, a pecadores y a justos.

Desperté, oí:

Fue oración
aquella mañana en el mercado,
cuando apareció el Maestro.

Estas dos mujeres estaban día y noche,
siempre en su pensamiento y en su boca,
con el Nombre del Maestro.

Una, por querer servirlo.
La otra, de arrepentimiento.

Una no tenía nada
para poder ir a ofrecérselo.

La otra había pecado,
y era tal su arrepentimiento,
que busca a esta mujer
que siempre la oía hablar
del Divino Hijo y Maestro.

Nadie sabía como Él,
el Amor que estas mujeres,
las dos, guardaban en silencio.

El buscaba al que quería
servir o arrepentimiento.
El sitio no Le importaba,
porque el Dios iba primero.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C4