lunes, 10 de agosto de 2015

La conversión del caballero

En Sueño Profético contaban un hecho que ocurrió a Juan de la Cruz:

“Estando Juan un día contando las maravillas que Dios puede hacer en un alma, y que él tantas veces había presenciado, se acercaron unos caballeros muy conocidos por los títulos y escudos que habían heredado de familia en familia. Eran hombres que después de ellos no valía nada. Eran hombres acostumbrados a que les abrieran las puertas antes de coger aldabón, porque para eso pagaban. Eran hombres que no eran malos ni buenos. Eran color que al sol dejas sin preocuparte de que ya tuvo colorido, y después color no sabes, cuando el sol se haya escondido. Pero ni antes ni después podías dar valor al colorido. Antes y después pasabas sin decir feo ni bonito. Pues esto eran estos hombres que a Juan quisieron callarlo en su referir de Dios, de lo que había él mismo presenciado”.

Yo pronuncié esto que Aquí se ha dictado. Ahora sigue Juan:

“Un día, ya que aquello yo lo había olvidado, se presento en mi busca aquel personaje, pero ya no era el mismo. Empezó contándome que él nunca creía que yo tuviera llamada del Cielo, que primero lo perdonara antes de contarme lo que había pasado. Yo sentí algo, que me decía que no era el mismo hombre. Ya se tapó sus ojos y no obedecieron sus lágrimas, y dijo: “Me he visto no pisando tierra y hablando alguien dentro de mi mismo cuerpo. Fue susto, alegría, gozo… Era alguien como tú. Estando con unos amigos, de pronto yo empecé a hablar, pero sin mi voz ni mi forma de explicar. Todos los que me oían se pusieron de pie y a la misma voz dijeron: “¡Tú eres Juan de la Cruz!”. Yo te diré mi sentir: “era yo el que hablaba, pero la voz salía de dentro de mí, pero palabras y voz no eran mías, y sin poder yo parar aquello que dentro de mi cuerpo vivía, pude decir ya quién era, por si no me conocían. Tuve que decir: “Soy Juan, pero es Dios el que en este momento me guía”.

Desperté, oí:

Quiso Dios que todos vieran
lo que él no veía en Juan.

Ya estos amigos suyos
a Juan querían buscar.                 

Dios hace la Elevación,
lo mismo que en Juan la hacía,
pero hace la Visión
en los que no lo creían.

Es doble Mando de Dios,
actuar primero en Juan,
y a Juan, luego, Dios mandó
a que su imagen la vieran
para hacer la conversión.

Juan de la Cruz iba siempre
pensando y hablando de Dios.

JUAN DE LA CRUZ

***

Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C4

1 comentario:

  1. Es posible invitar a la conversión con la palabra y con el ejemplo. De lo imposible ya se encarga Dios.

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