lunes, 2 de febrero de 2015

Inseguridad del hombre y muralla ante el viento del que Dios Aquí trae

En Sueño Profético decían:

El título de este Mensaje es: “Inseguridad del hombre y muralla ante el viento del que Dios Aquí trae”. Muralla o montaña, estas dos fuerzas nombradas nunca harán caso al viento, corriéndose más atrás o más adelante quedando.

Dijo uno:

Si el que Aquí Dios trae hiciera caso al hombre, estos Escritos ya no eran de Aquí, eran del académico de ahí. Letra que antes sonaba mal y quitas letra que hoy pones; uniforme que varías según las leyes del hombre.

Para escribir Dios Padre de Dios Hijo, palabras textuales o dichas para nombrar un hecho que Él dijo, sale letra grande, llamémosle mayúscula. Comparemos este comparar:

         -Yo he bajado a la Tierra para amar y enseñar a que el hombre se ame. Mi Padre manda en Mí y Yo vivo en mi Padre.

¿Cree el hombre que se puede escribir el Dictado así sin que la fuerza que sientes no se haga constar en lo Escrito? Pues si esta fuerza la sientes cuando de Él hablan, también escribes grande.

Puede que sea una atracción Divina que al lector Aquí acerque, al lector que dé valor a lo que vale sabiendo que Esto es de Dios.

Confirmación que te afirma que Dios no se ciñe al hombre.

Desperté, oí:

Que afán con avaricia tiene el hombre a reformar lo de Dios.

Que la palabra sería: “Dios me libre, tocar yo”.

¿Quién va a conocer al hombre mejor que el Creador?

¿Quién puede saber en la Tierra mejor que uno del Cielo, aunque ahí en la vida que vivió fue como el peor pordiosero?

Dios da la sabiduría al espíritu sin cuerpo para que baje a la Tierra a enseñar Esto.

Es la fuerza del Amor la que hace letra grande para llamar la atención de que no es copia de nadie.


***

Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

2 comentarios:

  1. La Seguridad y la Fuerza del Elegido ante la inseguridad del incrédulo, es un testimonio más de que el Dictado es de Dios.

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  2. La Seguridad y la Fuerza del Elegido ante la inseguridad del incrédulo, es un testimonio más de que el Dictado es de Dios.

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