miércoles, 10 de diciembre de 2014

Versiones de este Mundo

En Sueño Profético decían:

El hombre habla de otra Vida
sin preocuparse de ella.

El hombre habla de otra Vida,
y a más listo se crea,
más torpe da las respuestas.

Esto no es en hombres del campo,
esto es en hombres de carrera.

Empiezan con sus medidas
y esas palabras que emplean,
que tienes que ser universitario
para que algunas entiendas.
Pero después de entenderlas,
no son de Aquí, de este Mundo,
donde no existe materia.

Estos hombres creadores,
que su táctica es hacer
una doctrina nueva,
tienen al joven desquiciado, alborotado,
y a Dios nunca se Lo nombran.

Dijo uno:

Por eso hay tantas versiones de este Mundo,
cada una a su manera,
pero sí lejos del vivir de esta Existencia.

En cambio, a los hombre rudos,
que hablan con la Naturaleza,
les oyes palabras de tal talla,
que a tu espíritu se entran.

Porque el espíritu entiende
palabras sencillas:
Amor a Dios grande.

Sin Amor, palabras cultas
no pasan al espíritu,
estas palabras quedan en la carne.

Las Palabras que llegan al espíritu,
son las de Dios, intocables,
las que dijo Dios Hijo
y antes dijo Dios Padre.

Y ahora, en todo lo que dictan,
son Palabras iguales.

Desperté, oí:

De este Mundo sin materia
es catedrático
el que Dios ha traído.

No importa que curse estudios
o que firme con el dedo.

Pero que tenga seguro
que si el espíritu solo
en la Gloria no ha vivido
cuando ahí estuvo con cuerpo,
que se tenga por alumno
ante un Escrito como éstos.

No puede dar explicación
de este Mudo que hizo a ése,
uno que cambie y no acepte
que Dios a nadie se haga
visible con su Presencia.

Por eso repiten en Gloria
que al joven lo desconciertan.

Es la vanidad del hombre,
que no acepta
que Dios mande sus Palabras
al Lugar que Él quiera.

Sin pensar que la Gloria
es para el espíritu,
no para la materia.

Dios Hombre tuvo de Discípulos
a hombres rudos y a hombres de carrera.


***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C1

2 comentarios:

  1. Hablar de lo que no conocemos y despreciar la Enseñanza de quien conoce es vanidad y necedad. Somos párvulos ante el Elegido de Dios.

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  2. El lenguaje de Dios es fácil, sencillo,grandioso,inimitable Donde Dios implanta santidad el aroma es reconocible como las violetas y los nardos
    El que está hinchado del mundo su olor es mejor no nombrarlo

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