martes, 18 de febrero de 2014

No hay quien revoque esta grande nota

En Sueño Profético decían:

Si en las injusticias sigues diciendo “Señor Te amo”, tú amas a Dios.

Si en el dolor de la carne buscas a Él primero, tú amas a Dios.

Si el consejo que dieras, fuera en tus bienes perdiendo y beneficiando al Prójimo, tú amas a Dios.

Si esto no lo sintieras, no te ha llegado su Amor.

¿Quién puede amar a Dios y después pedirle cuentas?

¿Quién puede tener su carne enferma y primero acudir a los hombres en la Tierra, sin decir antes: “¡Dios mío!, que digan lo que Tú quieras”?

Ya, buscar el engañar al Prójimo, tarde o temprano, en ti caerá la deuda.

Dijo uno:

Para saber si amas a Dios, tienes, tú mismo, que hacer un examen de conciencia, y pensar: “Si Dios permite, Él, como Dios, dará respuesta”.

El Amar a Dios te achica o te agranda.

Haz este pensar: “Si te hicieran ofensas, haz por achicar. Y si fue premio chico, tú lo puedes agrandar, diciendo: “¡Dios mío, cuánto bien me das!”.

Desperté, oí:

Si esto lo vives,
amas de verdad.

Son las injusticias
las que retiran de Dios,
porque te falta amar.

Si piensas en Dios,
tú te acercas más.

El hombre interpreta:
“Me voy a retirar.
¿Para qué me sirve
amar sin ganar?”.

El que piense esto,
nunca buscará
al que Dios le mande
que enseñe el amar.

Es carrera corta
seguir y buscar
el Cielo y la Gloria.

Lo que sí es difícil
es que el título cojas
porque no has pedido
cuentas a la Gloria.

Dios, cuando te manda,
ya el título nombra.

Y no hay quien revoque
esta grande nota.

Porque el Tribunal
existe en su Gloria.


***

Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 89-90-91

1 comentario:

  1. Dios permite porque deja libertad, pero también da fuerzas para sobrellevar su permitir, protege y premia. La Confianza en Dios nunca defrauda.

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