viernes, 1 de noviembre de 2013

Siempre aceptar aquello que te ha venido

En Sueño Profético hablaban de la Enseñanza de Dios y de la enseñanza del hombre. Decían:

Era para que al que Dios elige para enseñar, lo buscaran con las ansias de reformar su pasado, su presente, o de buscar camino que siempre esté Dios contento, y jamás pierda la Gloria.

El que busca al que Dios enseña en su Gloria, pronto se nota algo que él no sentía.

Abrazar el sufrimiento y no pedir cuentas a Dios son las dos notas principales para que Dios te mande.

Luego, vienen éstas, si tú no sabes que estás haciendo lo que Dios no manda: “Señor, haz que tu recuerdo me robe la Paz que yo creo que tengo. Pero si hago mal, Señor, ya no quiero. Dame inquietud para que no viva en contra del Cielo”.

Ésta es otra nota: cuando ya te sientas fuerte en abrazar el sufrimiento, no pedir cuentas a Dios ni ser amigo del pecado. Pidiéndole a Dios ayuda, ¡cuéntate por perdonado!

Esto es confianza en Dios y querer dejar camino malo. Luego, si vas al Prójimo, esto ya sirve de bálsamo.

Desperté, oí:

Éstas son las Enseñanzas
que aprendes del Elegido.

Siempre aceptar
aquello que te ha venido.

Que pudiera ser un Premio,
antes del Premio ser visto.

Aceptar el sufrimiento,
ya estás diciendo:

“Señor, tu Camino yo no dejo”.

Y no querer el pecado
y pedir a Dios inquietud
cuando estás en camino malo,
ya estás pidiendo Paz a tu espíritu,
que es lo que Dios tiene mandado.

Paz a los hombres de buena voluntad
puede llegarle
a los que hayan pecando.

Señor, yo pequé,
no es decir: “yo estoy pecando”.

¡Qué lástima que los hombres
aprendan todo lo del cuerpo,
y al espíritu
no se ocupen de enseñarlo!


***

Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 114-115-116

1 comentario:

  1. El hombre huye del dolor; Dios nos enseña a abrazar el sufrimiento con Paz.
    Confiamos en nosotros mismos prescindiendo de Dios; Él nos invita a Confiar en Quien todo lo puede.
    Nos reafirmamos en nuestros errores; Dios espera nuestro arrepentimiento y dedicación al Prójimo.
    La Enseñanza de Dios es para la Vida del hombre.

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