lunes, 30 de septiembre de 2013

No es hombre bueno

En Sueño Profético decían:

No hay quien no ame a Dios
y esté tranquilo de conciencia,
aunque el hombre que lo trate
quiera buscarle defensa.

El que no ama, actúa
sin hacer a Dios reverencia.

El que no ama le ves,
a la larga, la conciencia.

El hombre que no ama a Dios
debía de comer tierra
y vivir en una isla
para que todos lo vieran,
pero que pasara sed
y el agua no la cogiera.

Dijo uno:

Pues todo lo que han nombrado,
es poco para lo que le espera,
porque en la isla hay esperanza,
como hay comiendo tierra,
pero cuando dejas cuerpo,
que ya vives sin materia,
se acabó la esperanza,
y en el Infierno te quedas,
llamando a gritos a la isla
y pidiendo comer tierra,
deseando estar sediento,
sin que al agua llegar puedas.

Esto es el hombre bueno,
que el hombre no lo condena,
porque respeta las leyes
y anda con gente buena;
de lo bueno de la Tierra,
que siempre en la tierra queda.

¡Estos hombres que no aman
no tienen limpia su conciencia!
Unas veces, porque quieren,
la ensucian hecho a conciencia.
Otras veces no lo ven,
¡aquí tienes ya la guerra!,
de por fuera, hombre bueno;
por dentro, bueno no queda,
porque lo bueno es de Dios,
y no puede haber vivienda
que viva el mal con Dios.

Desperté, oí:

Es costumbre ya del hombre
decir: ¡No, es hombre bueno!

Es costumbre ya del hombre,
por no ser Dios lo primero.

El hombre dice ladrón
a todo el que hace robo.

El hombre al ladrón pobre,
no le dice otro nombre.

Porque ladrón es aquel
que no cumple ley del hombre.

Pues si lo bueno es de Dios,
y a Dios no quiere este hombre,
no digas, es hombre bueno,
que no le va este nombre.

El bueno de adentro a fuera,
debía de ir quitando este nombre:
Es bueno, aunque no ama;
¡él no quiere “na” del Cielo!

Este bueno, no lo es,
porque Dios está primero.


***


Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II

domingo, 29 de septiembre de 2013

Razón en lo Divino

En Sueño Profético decían:

¡Con lo sencillo que es ver la Verdad, cuánta dificultad le ve el hombre!

¡Con lo sencillo que es comparar el Amor de Dios, vivirlo o vivir hipocresía!

¡Con lo fácil que es seguir las pisadas del que dice “Dios me habla”!

Esto, de querer saberlo, se ve antes que agua turbia, agua clara; ropa blanca, ropa negra; estatura alta o baja.

Da hasta risa pensar que hoy, con tanta inteligencia, no se pueda averiguar ni dar la razón al que vive pregonando la Verdad, que esta Verdad se pregona sin Palabras vocear.

Dijo uno:

La razón en lo Divino, siempre la quita el que se cree por bueno, o el que se cree por sabio, o el que se llena de envidia y a Dios nombra falseando. Pero el que ama apartando lo del Cielo de la Tierra, a éste, pronto Dios le dice la Verdad dónde resuena.

¿Quién leerá estos Mensajes, y dirá: “esto es de Tierra”?

Aquel que dé estas palabras, que cierre el Libro y no lea.

¿Cómo conocer el pavo si en el grano lleva perlas?

El perro conoce al amo, pero el brillante no aprecia; puede que en una caricia, millones rompan sus muelas.

Porque si piensas que esto pasa, para hablar de Dios, tienes que tener Amor, y este Amor ya te dirá la Verdad de estas Palabras.

Si Amor de Dios desconoces, no puedes abrir el Libro, por no saber lo que coges.

Desperté, oí:

Si no entiendes de Amor,
porque Amor a Dios no tienes,
¿cómo te atreves a decir:
esto Dios no lo compone?

Este componer de Dios,
de Símbolos y Palabras.

Estas justas explicaciones
que de la Gloria nos manda.

Nos manda en un espíritu,
que materia da Palabras.

Es pecado de conciencia,
que puede ser más pecado,
querer decir que es mentira,
estando de esto apartado.

Que ahí te aparta la ira,
y Aquí ya te están juzgando.

El que no ame ni entienda,
que no opine su fracaso.

Es quedar en mejor lugar, decir:
ni entiendo ni a Dios Lo amo.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 6-7-8

sábado, 28 de septiembre de 2013

Si amas, buscas sin duda

En Sueño Profético hablaban Agustín de Mónica y Tomás de Aquino.

Decía Agustín:

¿Cómo puede tener duda aquel que oiga a ella hablar de esta Gloria con palabras tan seguras, tan seguras que al hablar parece que vives Gloria por la descripción que da, y contagia el gozo de ella al que la quiera escuchar?

Uno que quiera ver si es mentira o es verdad, al oír describir esto, esta Vida espiritual, desecha que esto sea mentira y se queda con la verdad; y le entra sentimiento, sentimiento de no callar, y de salir y buscar a otro que también la oiga hablar.

Dios le dicta y Dios actúa, cuando tiene que contar todo lo que siente el cuerpo cuando el espíritu se va. Se va porque se lo lleva el que manda Aquí y allá.

Te describe los momentos que Dios le hace vivir con espíritu, que el hombre los desconoce ahí. Pero que si coge Libros, ve que siguen vivos Aquí, vivos aunque les digan muertos, palabra que no es de Aquí.

   ―Sí, Agustín –dijo Tomás–. ¡Que tanto tiempo dé el hombre para ver si esto es verdad...! un Dictado que Dios dicta por bien de la Humanidad, Humanidad que Dios ama y, a Dios no, esta Humanidad.

Desperté, oí:

No ama esta Humanidad,
aunque lo quiera callar.

Si amas, buscas quien diga:
“Dios me habla Allí en su Gloria”.

Si amas, buscas sin duda,
para saber de esta Gloria.

Si amas, no desconfías
que Aquí venga aquel que Él diga.

Si amas, no dudarás,
porque si amas no dudas,
pues la duda suele estar
donde hay falta de Amor,
porque duda había ya.

Ama dejando la duda,
y con Dios te encontrarás.

TOMÁS DE AQUINO Y AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I

viernes, 27 de septiembre de 2013

Como la Luna y el Sol

En Sueño Profético decían:

Las cosas de Dios no llegas a comprenderlas por estudios y razones que se pongan.

Las cosas de Dios tienes que poner el personaje del Amor a Dios si quieres entenderlas.

Las cosas de Dios es Dios el que te ilumina si tú quieres su Iluminación. Si no la quieres y no la pides, tú no entiendes las cosas de Dios.

Dijo uno:

Lo que va de Dios tiene que irse quedando como la Luna y el Sol, por encima de los hombres, sin distinción de color.

Las cosas de Dios son iguales para todos los hombres, y como llevan el “Dios”, dejan en derrota al que quisiera que no actuara el Poder de Dios.

Dios hace cátedra en el rudo. Y al catedrático que sus Palabras no quiera, lo deja sordo y mudo, para que no pueda hacer el daño que él quisiera.

Esto es Dios, y tiene que ir a sitios cerca y lejos. Y puede que el “lejos” censure al “cerca” que está viendo esta Grandeza y la quiere tapar con su indiferencia.

Esto baja del Cielo, y a más cundir, más Verdad se ve.

Cuando es del hombre tienes temor. Cuando es de Dios, Dios responde a su “sí” o a su “no”.

Desperté, oí:

Tú eres Portavoz de la Palabra que Dios te da para el hombre.

Tú te presentas siempre igual: das las Palabras de Dios y retiras las tuyas.

El que Lo representa y ama a Dios, tiene que conocerlas y cundirlas.

El que no Lo ama, no puede desmentirlas, por ser Temas de grande Teología.

Pues estudia estos dos párrafos, que es lo que necesitan.

No hace falta pensar mucho, que ellos sean los que lo publiquen.

Y ya se unan seglares a Iglesia, y sean sus Representantes los que con Amor a Dios cundan al mundo estas Palabras de Dios.

Con los adelantos que Dios le deja al hombre que tenga, era para que a diario el mundo los Mensajes oyera.

Esto les haría pensar que otra Vida espera.

Espera, y sólo tú tienes que entregar cuentas.

Aquí no sirven engaños, por ser Dios siempre Presencia.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 219-220-221

jueves, 26 de septiembre de 2013

Dios deja normal al Elegido

En Sueño Profético decían:

Si la carne tiene dolencias, el espíritu no la obliga, y ya no actúa el cuerpo. Esto, cuando el espíritu vive fuera del cuerpo y luego vuelve al cuerpo llevando el Mando que Dios dé.

Dios puede hacerlo todo posible e imposible, pero ya no quedaría normal para dar Enseñanza.

Dijo uno:

Enseñanza es que aquello que te enseñan, tú lo puedas hacer y seguir la Enseñanza. Pero en lo que Dios actúa en ti, ya tú no puedes hacer que Él lo haga en otro. Porque sería mandarle a Dios, y ya no Lo tienes por Dios Único y Poderoso.

Tú sí puedes decir que cuando Dios elige, tú nunca has dicho no a lo que has vivido, que no quisieras haberlo vivido. No en respuestas de protesta y haciendo comparación a otros casos. Esto sí puede ser enseñado.

Por eso Dios deja normal al Elegido, para que pueda ser la Enseñanza cundida.

Desperté, oí:

Si Dios pone su Poder en todo lo del Elegido, no puede ser que tú digas: “yo hago todo lo que hace el Elegido”.

En lo material, Dios deja Libertad a la acción.

En lo espiritual, ningún hombre puede quitar el Mando que Dios dé.

Este Mando no puede el hombre aprenderlo ni mandarlo.

Este Mando es Dios en Presencia o en Palabras.

Ya actúa la materia, y en la actuación va la Enseñanza.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 208-209

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Tiempos de grande cosecha para el crimen y el pecado

En Sueño Profético decían:

Si el hombre pensara lo que es Dios, acudía a donde se enterara de que había algo sobrenatural. Y las preguntas las haría con miedo. Y al comprobar la verdad, ponía las rodillas en el suelo y su mirada en el Cielo. No podría mirar sin mandar arrepentimiento.

¡Esto sería querer el hombre saber del Cielo!

¿Cómo puede el hombre decir: “Yo a Dios quiero; y me llama una y más veces, y yo su Llamada desprecio; y en vez de ofrecer mi ayuda al que coge de Instrumento, no pregunto qué camino quiere Dios que el hombre coja en estos tiempos”?

Tiempos de grande cosecha para el crimen y el pecado, que el abono va en decir que nada es malo.

Dijo uno:

Esta palabra, dicha en hombres conocidos por doctores de talento, hacen un daño gigante y cunden al universo que los tiempos están cambiados con la palabra “progreso”.

Esto es el gran abono que el hombre echa a estos tiempos.

Desperté, oí:

¡Si el hombre pensara
la responsabilidad que tiene
el que puede certificar:
“esto es pecado y esto no”!

¡Esto no tiene tiempos
como el número del reloj!

Si los tiempos están cambiados,
quita el 8
y pon el 2 detrás del 7.

Y coge un jarro de veneno
y dáselo al que más quieres.

Y cuando llegue la muerte
a un ser que mucho quieras,
que no salga de tu casa.
Es tuyo y con él te quedas.

Doctores y cirujanos,
que hagan que el hombre dé el hijo
como lo da la mujer madre.

Que el niño se deje solo,
sin hablarle y sin ponerlo
en el suelo para que ande.

¿Cree el hombre,
que andaría y hablaría
si estuviera en un sitio
sin faltarle el alimento,
pero incomunicado?

¿Por qué el grande progreso
no empieza esto enseñando?

Se quitarían ruidos,
sufrimientos y trabajos.

¡Pero esto es imposible,
y hay que vivir
como Dios tiene mandado!


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pág. 175-176-177

martes, 24 de septiembre de 2013

La mentira no puede seguir a la verdad

En Sueño Profético decían:

No hay quien esté fingiendo una mentira una docena de años. La mentira se descubre por el mucho trabajo que cuesta el presentarla como verdad. La mentira no tiene memoria. La mentira no tiene elegancia. La mentira es escoria. La mentira es cambio que el hombre se hace. Todos los falsos Profetas Dios no los dejó que engañaran a los que eran suyos.

Dijo uno:

La mentira no puede seguir a la verdad. La verdad es airosa, es incansable. A la verdad le teme el mentiroso. A la verdad le teme el que está mintiendo.

Aquí cuento yo un caso de uno que me contó, que oyó en una venta –mientras ataba la bestia a la argolla–, una conversación que el Maestro tenía con dos hombres, y que tanto le llegó la curiosidad por las Palabras del Maestro tan bien dichas, que se quedó parado.

Dándose cuenta el Maestro de su curiosidad con deseos de oírlo, dice que le dijo el Maestro:

“Tú me sirves a Mí como Yo Le sirvo a mi Padre. Acércate que oigas mis Palabras, porque sé que no las transformarás con la mentira: estos dos estaban discutiendo. Uno decía verdad, y otro, mentira. El que decía verdad, vino hacia Mí. Y el que mentía, huyó al verme. Los dos decían que mi Padre los llevaba a mi Reino, pero el que va, es el que no he tenido que llamar, el que ha venido hacia Mí, el que Me conocía porque conocía a mi Padre”.

Desperté, oí:

Estos dos tenían grandes polémicas, y al ventero tenían siempre mediando.

No podían ser dos verdades ni dos mentiras.

Uno era más seguro y a más gente juntaba.

Cuando vieron al Maestro, se le contentó la cara al que verdad les decía.

El que engañando vivía, quiso huir sólo al verlo.

El Maestro los paró, y todos ya comprendieron donde la verdad vivía.

Cuando llegó el que mentía, porque Dios lo hizo volver, todos vieron cobardía.

La verdad se dejó ver porque verdad él vivía.

Siempre que digas verdad, le puedes a la mentira.

Porque Dios se encargará de que la gente lo diga.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 34-35-36

lunes, 23 de septiembre de 2013

Carga con Amor, poco peso sientes

En Sueño Profético hablaban de la Libertad que Dios le deja al hombre, y del Permitir.

En cambio, al Elegido, le pesa y le mide palabra y acción, por ir de Él para enseñar. La Libertad la tuvo antes de ser Elegido. Y si hubo desprecio, Dios la retira, y ya es adoración al Mando y obediencia, con frialdad al que el Mando no cumple. Si así no ocurriera, era mando del hombre, pero no de Dios.

Dijo uno:

El Mando de Dios es sencillo cumplirlo cuando ames a Dios. Porque Dios, todo lo que manda lo puede hacer el hombre, si en Él cree y Lo ama. Dios nunca te mandará más carga de la que tú puedas llevar. Lo que tienes es que aprender a llevarla, y si amas, el Amor te ayuda a llevarla.

No hay ninguna madre que ame al hijo, y porque pese, si aún no anda, lo dejé en el suelo y sin él se vaya. Ya le dirá el amor al hijo: “¿Cómo no notar peso entre abrazo, grito y besos?”. Esto es saber llevar la carga. ¿Has pensado, sin amor, tener que llevarlo en brazos? ¡El abrazo y los besos convertías en malos tratos!

Desperté, oí:

¡Qué comparacion te ponen!:
carga con Amor, poco peso sientes.

Es comparación sencilla,
que aunque no seas madre, entiendes.

Es la Enseñanza perfecta,
que Aquí sirve cuando mueres.

En cambio, saber del cuerpo,
a espíritu no le hace falta,
porque entierras con el cuerpo.

Si el hombre pensara esto,
se valoraba el espíritu
y desvaloraba el cuerpo.

No hay cuerpo que quede vivo
por saber o por talento.

Como no existe edificio
que esté hecho sin cimientos.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 197-198-199

domingo, 22 de septiembre de 2013

El Amor al Prójimo es por muy pocos practicado

En Sueño Profético decían:

Hay quien cree que engaña a Dios porque dice que Lo ama y luego no cumple lo que a Dios agrada. Éste no engaña; éste no ama. A Dios puedes amarlo, pero no engañarlo. El que hace lo que Dios no tiene mandado, éste no ama ni cree en su Poder. Si uno que ama se dedicara con papel y lápiz apuntando todo el que dice que ama, lo que éste hacía de lo que manda Dios, mayoría dejaban la hoja en blanco.

Hay quien le cuesta trabajo asistir a la Consagración y participar de su Última Cena, y éste es el menor desagravio que el hombre puede hacerle a Dios. Esto contenta a Dios cuando tú antes Lo buscaste en el Prójimo. En el Prójimo, tú vas a buscar a Él, y ya Él quiere darte participación de sus últimas Palabras: “Tomad y comed, éste es mi Cuerpo y mi Sangre, que será derramada por vosotros”. Tantas veces se haga, se hace en conmemoración Suya; esto el que ama y Dios entra en él. En el que no ama, Dios no entra; entrará para el hombre, pero no para Dios.

Desperté, oí:

Hacerlo en el Prójimo es hacerlo con Dios.

Tú, allí Lo buscas, y ya Él te sigue en la Consagración, haciéndose Pan para el Alimento Eterno de tu espíritu.

Esto sí es Comunión para Dios y Comunión para el hombre.

El Amor al Prójimo es por muy pocos practicado.

Esta Enseñanza es fácil de enseñar y fácil de aprender, y difícil el practicarla.

El Amor al Prójimo te pone en Intimidad con Dios.

Ir al necesitado es ir en busca de Dios.

El que le da al necesitado, Dios recibe y Dios paga.

Da de comer al hambriento, viste al desnudo, y tendrás a Dios contento.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 148-149-150

sábado, 21 de septiembre de 2013

La Fe y el querer

En Sueño Profético hablaban de la Fe. Decían:

Hay quien dice: “Yo tuve Fe y la perdí”. Esto no cabe en cabeza del que antes ha amado. Aquí la Fe es el segundo escalón para tener intimidad con Dios. El primer escalón es querer; el segundo, tener Fe; y el tercero, amar.

Con este Amor, tú ya rompes
las reglas que el hombre
te quiere hacer ver.

Ya puede darte consejos
y quererte desviar
de un Amor que tú ya sientes,
sin poderlo explicar.

Y ya con este Amor,
la Fe es que se te va,
se te va porque no hace falta,
porque aquí es que sobra ya,
porque la Fe la tenías
antes de que amarás ya.

Por eso, el que tiene Fe,
casi, casi, ama ya,
y ya una vez que ame,
la Fe no pierde jamás,
y es cambiada esta palabra,
por sitio en la Eternidad,
confianza que tú pones
en este Dios que Aquí está.

La Fe no puedes perderla,
porque Dios no deja ya
que te olvides de su Gloria,
cuando tú has querido entrar.

Esto es lo que nadie sabe,
cuando se ponen a hablar:
Tan sólo con que quieras saber,
la Fe ya se encargará
de que camino que cojas,
no se vuelva ya “pa” atrás.

Yo oí más de una vez,
de esto mismo hablar.

Un día le contestó un santo,
que santo vivía ya,
a una moza que lloraba
porque todo le salía mal.

Estas eran las palabras
de esta moza “fracasá”:
“Yo que tuve tanta Fe,
nunca la tendré jamás”.

Se acercó este santo,
que fama tenía de más,
y con Palabras de Dios,
le hizo reflexionar:

“Tú dices que tenías Fe,
y pecabas más y más.
Ya has perdido la partida
y a Dios vienes a insultar.
Aprende lo que es la Fe:
querer, y luego amar”.

Desperté, oí:

La Fe y el querer,
tú los puedes anular,
si tú te encuentras dispuesto
a Querer a Dios “na” más.

La moza hacía pecados,
y quería llamar a Dios,
a este Dios que era insultado.

No Le pedía Perdón,
pidió cuentas por su Fe,
que esto no era Querer.

¡Cuántos se creen salvados,
porque creen que Fe tuvieron!

Estas Palabras de Dios,
son Palabras de Evangelio:
“Tu Fe te ha salvado”.
Estas Palabras las dijo
a una que mucho había amado.

Ama y deja la Fe,
que si amas, es confianza.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II

viernes, 20 de septiembre de 2013

No es lo mismo creer que aceptar

En Sueño Profético hablaban de creer todo lo que viene de Dios. Aquí, lo que Dios manda; y ahí, lo que viene.

Dijo uno:

No es lo mismo creer que aceptar, ni el Amor aquí se puede igualar. El aceptar, hay quien acepta por unas normas o unas reglas que impone el hombre, pero en su interior es sin creencia, que si no exigiera el cumplirlas, no las cumplía. Luego, está el creer y ya hacer las cosas por creencia. Pero faltando el Amor, aquí todo quedará frío, aquí todo se recibirá con duda, aquí a todo dirá no, será imposible el pensar en la Venida de Dios, será imposible aceptar a María Madre de Dios, que Dios Padre cogió de Templo y Virginidad dejó. Pero será más imposible pensar en la Resurrección, llevándose el Cuerpo intacto, como si no hubiera estado enterrado entre la tierra. Esto, si no hay Amor, no hay quien lo comprenda.

Dijo otro:

Es la Fuerza del Amor Divino la que te hace creer, la que te lleva a la Gloria, la que en éxtasis te deja. Todo es un puro Amor mezclado con la creencia, diciendo: “De Dios vienen”. Notas como Elevación, notas el don de Firmeza, el don de la Fe cristiana que Dios dijo ahí en la Tierra: “Bienaventurados los que creen sin ver, los que creen porque el Amor les hace que crean”.

Desperté, oí:

Pide sólo Amor a Dios,
que detrás viene creencia.

Pide Luz si no la tienes,
que Dios sin Luz no te deja.

La creencia sin Amor,
te deja fuera de Gloria.

Y si aceptas por cumplir,
siempre llevarás el “no”
dispuesto “pa” discutir.

El Amor te hace ver sitio,
color y volumen,
cuando refieran de Dios.

¡Qué triste tiene que ser
el creer y el aceptar
sin Amor a Dios tener!

Porque las reglas del hombre
se cumplen a puntapiés.

Y las que Dios no te exige,
pero son Mando de Él,
tú las cumples dando gracias,
poniendo besos en sus Pies.

Éstos son los tres resúmenes,
de amar, de aceptar o de creer.

En amando, dos te sobran,
pones el número uno
cuando ya borres el tres.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 215-216-217

jueves, 19 de septiembre de 2013

La Tierra está sembrada con árboles de pereza

En Sueño Profético decían:

La pereza te roba Amor a Dios. La pereza, muchas veces es mandada para irte retirando de Dios. La pereza, mayoría de veces hace que quedes mal y te busca tu sufrir.

Yo, a veces, sentía pereza, y pronto me la quitaba, y esto hacía que me tomaran envidia, y ya me hacía pensar que la pereza no es amiga de Dios.

Si yo, antes de que dijeran: “¡Teresa, que te quieren conocer! ¿Tienes que ir o vendrán aquí al convento?”, antes de terminar la palabra, yo decía: “sí”.

El frío no lo sentía,
aunque frío me veían a mí.
El calor lo recibía
según por donde pasaba.
Si era sitio de arboleda
el camino que llevaba,
algunas veces las hojas,
el fuerte sol me quitaban.
Pero yo iba tan contenta
que hasta las hojas besaba.

El hábito se movía
como niña columpiada.
Ya se iba la pereza
y fortaleza quedaba.

A veces eran casonas,
de esas casas que buscaban
a los reyes los vasallos,
a las reinas engalanadas,
a los príncipes que viven
una vida deseada
por el que no vive dentro
de aquellas grandes murallas,
que a veces el rey no quiere
vivir en tan grande casa,
pero tiene que seguir
lo que otro hombre le manda.

Aquí no hacía calor,
hacía frío de murallas,
que a veces daba este frío,
pereza y frío a las palabras.
Pero yo pronto encendía
la lumbre con mis palabras,
y se ponían en corro,
y ya Teresa no hablaba.

El corro empezaba grande,
y cuando yo más hablaba,
se iba achicando el corro
y en anillo se quedaba.

Y cuando era en el campo,
en un corralón,
que ni era campo del todo,
que allí metían ganado,
también echaba pereza
se fuera por otro lado.

Yo, para hablar de mi Dios,
no había invierno ni verano.

Desperté, oí:

Ni la pereza ni el miedo,
ni la gente de castillos,
ni el rico ni el pordiosero,
me quitaban de que fuera
hablando yo de este Cielo.

Yo quiero que todos lean
mis Mensajes y que aprendan,
que aprendan a despreciar
la pereza de la Tierra.

¡Ay Tierra que manda Dios,
y el hombre se adueña de ella!
¡Ay Tierra que vive el hombre,
y al Dueño le cierra la puerta!

La Tierra está sembrada
con árboles de pereza,
que los riegan los que no quieren
que Dios habite en su Tierra.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 127-128-129

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Gloria, empiezo y final sin fin

En Sueño Profético se vio un camino ancho, pero no llegaba al suelo, ni veías diferencia del cielo con lo que pudieras llamar suelo. Era igual si mirabas hacia arriba o para cualquier extremo. Lo que sí te hacía sentir era que no estabas en el suelo.

Empezaron a salir, de aquel Poder, alas y caras de niños. Que las alas las llevaban las cabezas de los niños, y les servían de cuerpo. Estas alas no iban en la cabeza.

¡Entiendo mejor que explico!

Dictan Aquí, en el Cielo, que ésta es la Gloria.

Dice una voz sin cuerpo:

Estos espíritus puros son los ángeles primeros: imagen de flotación de un Poder que Dios Padre crea antes de Él crearse Cuerpo, antes de hacer el mundo que a todo le pone vida y todo queda ahí muerto.

Esta es la Gloria. De Aquí sale la vida en Palabras, que es la vida de los cuerpos.

Desperté, oí:

¡Es sencillo comprender
la descripción de la Gloria
si piensas en el nacer!

Puede nacer cuerpo sano,
y si no lleva Palabra de Dios,
no dices vivo,
y hay que enterrarlo.

¡Quién daría esta descripción
con esta lógica Divina,
prohibiendo el enmendar
nada de lo ya dictado!

Esta Enseñanza Dios la manda
para que el hombre se humille
y se corrija sus faltas.

Si el hombre mirara al Cielo
y en esta Gloria pensara,
la sentía y la vivía
y ya nada le amargaba.

Pídele a Dios que la pienses,
y Él te trae Aquí la memoria.

Gloria, empiezo y final sin fin,
donde hay Un solo Dios,
aunque Tres Dioses se nombran.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 169-170

martes, 17 de septiembre de 2013

Esta familia vivía enamorada del oficio

En Sueño Profético decían:

Cualquier oficio o profesión que tengas, si estás enamorado de él, lo cuidas y lo labras, para que sus surcos siempre resulten bien hechos.

Apareció un hombre sentando en el suelo trabajando unas canastas. También hacía cestos y todo el trabajo que abarcara mimbre, junco o caña. Tenía parte del material metido en agua, y su mujer y sus hijos se encargaban de seleccionar los montones. Un día pasé yo por donde esta familia el trabajo hacía –que lo hacía en la puerta de su casa, por dar al campo esta vivienda–, y el hijo sacaba del agua un manojo de esparto, y lo sacaba muy desigual. Yo me paré cuando oí al padre decirle:

   –Si tratas mal el material con el que vas a hacer el cesto, no te gusta hacer cestos. Es mejor que cambies de oficio. Porque si no tienes amor a lo que estás haciendo y paciencia para hacer el trenzado del encargo que te han hecho, más de una vez tirarás con ira del cosido, y acabarás apartándote de Dios. En cambio, si con amor manejas la caña, el junco y el esparto, Dios se encargará de que no te falte trabajo, y siempre oirás: ¡Qué bien hecho está el trabajo! ¡Qué bien medido está el cuadro! ¡Cómo lleva su escalera el dibujo, floreando! ¡Se ve que está enamorado el mismo que hizo el cesto! ¡Cuadro con cuadro va dando...!

Y ya, como remate de riña, que más parecía jugando, otra vez dijo:

   –Mira, Dios quiere que ames tu profesión, para que el que luego te compre, nunca se vaya engañado. Piensa, que todo el material, es Dios el que lo ha criado.

Desperté, oí:

¡Qué lección de Amor a Dios
demuestra este espartero!,
que con grande Amor trabaja
la caña, mimbre y esparto.

Cierto, que si falta Amor,
no haces bien el trabajo.

Engañas y cobras más,
y a Dios nunca irás nombrando.

No enseñarás honradez,
porque tú no eres honrado.

Tú tendrás tu profesión,
por vivir e ir engañando.

Esto no es hombre de Dios.

El hombre que ama a Dios,
cumple primero en la Tierra,
dándole a todo, Amor.

Esta familia vivía
enamorada del oficio
que de familia venía.

Daban Amor a las piedras
que apartaban por la orilla
del camino que cruzaban
de su casa a la ermita.

Que también tenían herencia:
limpiar y luz encendida.

El padre todo heredaba,
todo lo que a Dios lucía.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria, que Enseñen - Tomo II

lunes, 16 de septiembre de 2013

Qué poco se habla de Dios cuando resucita

En Sueño Profético decían:

Tu Oración es la que vale para la Gloria; y tu presencia, para el hombre.

Tu Oración hace el milagro. Y tu presencia nombran a Dios y haces que piensen en bien o en mal que hicieron. Puede que al pensar en el bien, bien sigan haciendo. Y al pensar en el mal, les entre remordimiento.

Tu presencia y tus palabras debían de poner primero todo el que te conozca. Que este bien es para ellos. Pero esto no practican porque creen en un Dios muerto. Si presentan unas escenas con todo lo que Le hicieron, yo creo que hasta disfrutan de pensar creerlo muerto.

Pocas estampas te pintan Vivo, como está en el Cielo, con la Fuerza del Poder, como Dios Único, que con que levantara el Brazo, el mundo quedaba muerto.

Dijo uno:

¡Qué poco se habla de Dios cuando resucita, levanta la losa y se lleva su Cuerpo; quedó la tierra movida y empezó arrepentimiento, llantos y buscando sitios donde podrían tenerlo!

Él se presenta a los hombres sin espinas y sin madero, sin heridas en sus Manos, de los clavos que los hombres obligaron. Que los clavos hicieron llorar y sufrir a la fragua que moldeó el hierro para que a Dios Lo clavaran.

Desperté, oí:

Siendo la Resurrección más grande,
poco se habla de ella.

En cambio, puesto en la Cruz,
Lo conocen en el mundo entero.

Él hace su Resurrección
apartando todo el mal
que le hizo el hombre.

Se presenta con su Túnica,
y ya, hablando de su Reino.

Tomás Lo busca y Lo ve,
porque no podía creerlo
que de aquella Carne rota
más nueva quedara luego.

Dios Hombre no cierra
una herida de su Cuerpo,
para dar más testimonio
que no es muerto,
como el hombre Lo quería.

Si de Dios Vivo se hablara,
más a Dios se conocía.

Y siempre tendrías su Presencia
en el sufrir y en la alegría.

En la alegría, dando gracias;
y en el sufrir, pidiéndole su compaña.

Pues sufrimiento con Él,
Resurrección te acompaña.


***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pág. 34-35-36

domingo, 15 de septiembre de 2013

Compasión y Caridad, tienen que venir de Dios

En Sueño Profético decían:

Donde no hay Amor a Dios, no puede haber compasión ni Caridad a Dios.

Donde no hay Amor a Dios, todo lo harás mal. Puedes hacer bien algo que sea manual, que Aquí, por bueno que sea, ten seguro que no viene jamás. Lo que Aquí viene son las cosas espirituales: la Oración con la acción. Pero si no amas a Dios, tendrás compasión a cosas diabólicas, no a cosas de Dios.

Esto dijo Jesús un día enseñando:

“Que la compasión no os robe mis Palabras. Que ya no es compasión, es ensuciar mi Enseñanza. Si Me tenéis como Dios entre vosotros, no podéis dudar. Donde Yo os mande será para bien, aunque el que os reciba no lo crea. Pero pensad: donde yo os digo que no entréis, si Me tenéis por quien soy, decid: “El Maestro no se equivoca”.

“Tened presente siempre a los espíritus que están en mi contra, que son los que te hacen sentir una compasión diabólica. Porque no puede ser compasión el que haga mi Mando a mi contra”.


Desperté, oí:

Mucho nombraban:
caridad de fariseo,
caridad diabólica.

La Caridad y la compasión
tienen que ser hechas
sin irte de Dios.

Ponían unos letreros
con estas grandes Palabras:

“No hay Caridad mayor,
que hacer lo que Dios manda”.

Si pones la compasión
en no cumplir sus Palabras,
tú estás en contra de Dios.

No puede haber Caridad
donde sabes que Dios habla
y tú la espalda le das.

Piensa que Dios siempre enseña
la más grande Caridad.

Cuando deja que tu lengua
no diga este mandar.

Todo es falta de creencia,
y vivir la fuerza
del espíritu del mal.

¡Hombres vacíos por dentro,
que no merecen oír
las Palabras de este Cielo!

Compasión y Caridad,
tienen que venir de Dios,
si no, te hacen pecar.

Por eso, el que conozca
esta forma de enseñar,
si no obedece, ya peca,
que es el más grande pecar.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pág. 184-185-186-187

sábado, 14 de septiembre de 2013

Deseo e Indiferencia

En Sueño Profético hablaban el deseo de amar a Dios y de la indiferencia dando desprecio.

El deseo era fuente poniendo grandes ejemplos, que por muchos que ponía, más le decía este Cielo. El deseo así empezó, poniendo éste, grandes ejemplos:

Hay quien tiene buen oído y no oye las campanas, y luego se queda sordo y quiere oír el silbido de la flauta ya alejada.

El deseo siempre pasa por encima de los obstáculos que pone la indiferencia. La indiferencia te hará que te vean que eres malo, y por malo acabarás, porque no puede ser bueno el que a Dios indiferencia Le da.

Luego, muchos de éstos querrán saber y preguntar, y quedarán enrojecidos al oír el contestar del que siempre al Comunicante ha seguido. Porque el deseo de amar, buscaba a los Elegidos para oír y preguntar de este Reino prometido; para poderte enseñar del Lenguaje del espíritu, sin palabras y sin imagen.

Desperté, oí:

¡Cuántos querrán oír
las Palabras que Aquí han sido
dichas al Instrumento,
cuando por Mando de Dios
les tenga que dar desprecio!

¡Hombres que viven la vida
porque Dios el “No” se guarda!

¡Hombres que teniendo cerca
el remedio para el alma,
no lo quieren y lo desprecian!

Es que les falta el deseo
de saber y amar
a todo lo del espíritu.

Debía el hombre volar,
con las alas del espíritu,
cuando se entera que Dios
tiene algún Elegido.

¡Hombres que se hacen
esclavos del traje
y abandonan el cuerpo!

¡Hombres esclavos de la materia
y olvidados de lo Eterno!

¡Que no merecen que Dios
mande la Enseñanza desde Cielo!


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 80-81

viernes, 13 de septiembre de 2013

Es absurdo comparar la nada con lo Divino

En Sueño Profético hablaban de las cosas de Dios y de las cosas de la Tierra:

Uno valoraba lo Divino; otro valoraba lo material; cada uno valoraba su mercancía. Pues llegaron a tal acaloro, que acudieron de las dos opiniones. Acudieron de la opinión segura y de la opinión vana. Yo presencié esta algarabía, que quedó segura y aclarada por el que ponía razones de Dios.

Unas frases aquí refiero, que dijo el materialista:

   –Yo le pongo el valor en lo que veo, en lo que me sirve. Si yo llamo a Dios y me siento, ¿crees tú que Dios me mandará mi sustento? Si digo, ¡ay! que me duele, ¿crees que Dios Allí y yo aquí, me quite dolor? Si le pido monedas, ¿crees que me las mandará? Pues si esto no puede ser que me mande, ¿qué es el valor material? ¿para qué quiero el valor que dices tú, ese valor espiritual?

Dijo el que estaba callado:

   –¿Cuánto tiempo crees tú que te podría durar todo lo que pides? Yo pregunto y yo te voy a contestar:

   –¿No ves una cosa absurda, pararse en un vendaval y querer buscar la pluma que perdiste días atrás? Pues más, mucho más, es el que quieras comparar las cosas que son de todos, y que todos dejarán. Hay cosas más duraderas, según el que las cuidó, pero que a eternas no llegan, porque así Dios lo mandó. En cambio, lo del espíritu, son los objetos de Dios, que sin ver el que no quiera, va subiendo su valor; si en la tierra vale uno, en el Cielo, luego Dios, le da grande puntuación.

Desperté, oí:

¡Qué absurdo comparar
la nada con lo Divino!

¡Qué ignorancia sin Amor,
decir: No sirve lo Eterno!

¡Qué falta de oír hablar
el valor que da este Reino!

El que esta Mercancía
la tenía y pregonaba,
no pudo decirle cosa
que barbaridad parara.

Porque siempre hay profesor,
pero el hombre callar manda.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pág. 257-258-259

jueves, 12 de septiembre de 2013

El Profeta no puede aceptar lo que el hombre diga

En Sueño Profético decían:

El Profeta no puede aceptar lo que el hombre diga. El Profeta tiene que hablarle al hombre, y el hombre oír las Palabras de Dios “diciendo”.

Todo lo que éste dice, es Dios el que en él Lo habla.

Los Profetas fueron maltratados, pero también fueron buscados por muchos. Tiene poco que estudiar el saber lo que es un Profeta, cuando éste diga: “Dios me dice”, “En Sueño Profético” y “oí”. Esto es Dios. Esto es su Palabra resonando en otra materia por no poder resonar en la suya, por no haber Materia.

No seguir estas Palabras es vivir dando las espaldas a Dios, quedando el Comunicante fuera de esta unión que Dios tiene para unir al mundo con materia y al Mundo Espiritual.

Dios permite y aparta cuando ve que el Lugar no va a ser respetado.

El hombre no quiere ver a Dios en la materia del que quiere que a Él vean.

Estos Lugares con materia fueron adorados por el que a Dios amaba, y maltratados por el que no amaba.

Estas Palabras eran del Maestro:

“Id hablando en mi Nombre, y por el trato que os den, veréis el que Me ama y el que Me desprecia aunque diga que Me ama; el que mis Palabras abriga o el que las desobedece; el que tiene hambre de Dios o el que persigue mis Palabras”.

Desperté, oí:

Esta era la prueba de amar a Dios y querer saber de Dios.

Ellos eran ellos, pero eran Dios, una vez que Dios decía: “Id en mi Nombre”. Y el Profeta dice: “Esto me dice Dios”.

Todo el que diga “me dice”, “oigo” y “me manda”, esto es Dios.

Todo el que no sepa nada y tenga Saber de Sabiduría, esto es actuación de Dios.

El que tiene esta Sabiduría, si de Dios no fuera, la cobraba, y ya ni era de Dios ni era Sabiduría.

Acepta al que no sabe y Sabe, que éste es Saber de Dios.

No des consejo al Profeta, que estás corrigiendo a Dios.

La conciencia es el personaje principal del cuerpo humano.

Este personaje actúa siempre con justicia. A veces se hace pesado.

La conciencia empuja al sonido.


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Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 110-111-112

miércoles, 11 de septiembre de 2013

¡Vete, joya peligrosa!

En Sueño Profético hablaban de cómo peca el hombre, y del sufrir que le entra cuando ya no quiere seguir pecando.

Habla Agustín de Mónica:

¡Grandes pecadores traté, que hacían grandes pecados! ¡Grandes pecadores busqué, que luego fueron perdonados!

El caso que aquí refiero fue de una mujer: esta mujer pecaba, y hacía pecar tan sólo con su presencia. Una tarde estaba yo con unos amigos en la puerta de la casa de uno de éstos, hablando de cómo había sido el final de su carrera, ya que éste había sido un puro tormento para la familia, y decidieron que yo lo aconsejara para quitarlo de pecar y que cogiera camino bueno. Yo hice la súplica a Dios, y Dios concedió que obedeciera a mis consejos –que, ¡pobre de mí!, eran Palabras de Dios–.

Vuelvo al empiezo:

Llegó esta pecadora –ya de presencia– para saludar a este universitario con título, y éste rechazó el saludo, y éstas fueron sus justas palabras:

“¡Vete, joya peligrosa! ¡Vete, collar de Satanás!, que si Agustín no me busca, tenías robada mi paz”.

Todos quedaron con disgusto, menos yo que tantos ruegos hice a Dios para que se desprendiera del pecado, que era pecado de escándalo.

Se marchó esta gran pecadora, haciendo que el que pasará volviera la cara. Cuando llegó a su casa, a un hermano pequeño que tenía lo mandó con este escrito: “Quisiera que me contestara a esta pregunta: si me doy grandes martirios, ¿seré quitada del pecado y perdonada por Dios? No voy a buscarte por no ofender a Dios; y no te pongo nombre hasta que me perdone Dios. ¡Pero no sé si debo pedir a Dios el Perdón!”.

Desperté, oí:

¡Qué fuerza tiene el decir:
si pequé, no peco más!

Éste, de familia buena,
con dinero y metido en sociedad,
los tenía avergonzados
con su forma de actuar.

¡Qué fuerza nos demostró cuando dijo:
¡Vete, joya peligrosa!
Y ya, con la Fuerza de Dios,
con la mano en alto, continuó:

¡Vete, collar de Satanás!

Yo le contesté a aquellas líneas:

Si arrepentida te sientes,
lo tienes que confirmar,
y en sitio que vayas pisando,
deje el hombre de pecar.

Y que te vean en la cara
el llanto de la verdad.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I

martes, 10 de septiembre de 2013

No tiene disculpa para el Cielo

En Sueño Profético decían:

No tiene disculpa para el Cielo el que conoce el Lugar que Dios da sus Palabras, y no acude; o el que acudió y, pudiendo, no quita los sufrimientos.

No tiene disculpa el que ve al cojo y no le da el brazo. Que puede achicar cojera, y ya cumple lo que Dios tiene mandado.

Dijo uno:

No es trabajo, ni mérito, ni sacrificio, hacer lo que Dios tiene mandado, cuando entra dentro de tu poder, tu salud o tu cargo. Que esto lo sabes tú y Dios, por ser Dios y no poder engañarlo.

La Gloria manda el Mensaje, pero no para guardarlo. Esto sería maldad de la Tierra, intereses del que puede reservarse para darlos donde más renta le dieran, y hacerse el importante.

Desperté, oí:

Manda Dios a los espíritus de su Gloria que no dejen de dictar para Gloria del que Lo siga.

Que no dejen de cundir que la Gloria no admite disculpas.

Una vez que el Mando de publicar sale de Dios Padre en Dios Hijo, y el Espíritu Santo acampa en el Lugar que el Único Dios elige.

Si Dios da este Mando, al no acudir, pudiendo hacerlo, la disculpa te aparta más de Él.

Porque estás diciendo: “ni amo, ni creo”.

Estas dos palabras se presentan contigo cuando ya entierren tu cuerpo.

Es lo único que Dios te exige que digas: “quiero Gloria o quiero Infierno”.

Si no Lo amas, lo estás pidiendo.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 215-216-217

lunes, 9 de septiembre de 2013

No es posible hacer el mal y vivir tranquilo

En Sueño Profético decían:

No es posible hacer el mal y vivir tranquilo. El mal se encarga de que vivas remordimiento. Y el bien te procura Paz y descanso de espíritu. El mal y el bien dejan la huella tan distinta, que la misma huella del bien te sirve para que tú aprendas. Y en la huella del mal, si quieres, piensas: “este camino lleva a condenarse”.

Dijo uno:

El remordimiento ha habido veces que ha presentado a la persona por su forma de vivir, a que ella misma diga: “yo soy culpable”. Esto que Aquí cuento, yo fui testigo de haber vivido cerca de esta familia:

Era una casa de labor. Los padres y seis hermanos vivían de sus mismas tierras. Estaban acomodados y prisa no tenían por casarse. En cambio, la madre, disfrutaba pensando en boda. Pues el segundo de los hijos siempre estaba con pena en su mirada, nunca estaba tranquilo. Siempre, cuando terminaban la faena y se juntaban los mozos en el casino, él se levantaba y se sentaba tantas veces, que todos se daban cuenta y le decían: “a ti algo te pasa, y el caso es que a mí me transmites ese mal que a ti te pasa”. Esto, más le sucedía cuando estaba lloviendo, cuando veía el ruido de un chaparrón fuerte. Ya, un día, me dijo: “tengo que presentarme y pagar aquí en la Tierra lo que hace tiempo hice: me peleé con uno cerca del canal, y tal fue mi ira, que del golpe lo dejé muriendo, y tiré con trabajo de su pierna hasta echarlo al canal. Ya hace cuatro años, y más fijas tengo sus palabras dentro de mi ser: “Que el agua cuente, Señor”. Me alejé del canal con fuerte carrera, ya que el horror y la lluvia me hacían correr. Hoy mismo voy a pedir la prisión, y ya, cuando me condenen, podré vivir”.

Desperté, oí:

Su mismo remordimiento
lo llevaba a presentarse.

No podía recordar:
“Que el agua cuente, Señor”.

El remordimiento
pone al agua como condena.

Si tenía sed, se aguantaba
hasta tener la boca bien seca.

Si tenía que asearse,
ya estaba oyendo sentencia.

Y ya, cuando veía lluvia,
juntaba toda la escena:

El agua de aquel canal,
el agua que Dios mandaba del Cielo,
y sus palabras selladas.

¡Los golpes que yo le di...!
¡Y aún lo pude salvar...!

Todo esto lo tenía
cumpliendo sólo un mandar.

Este mandar es de Dios,
cuando con Dios tú no estás.

Dios humilla a los demonios,
y remordimiento dan.

El que se arrepiente, llora,
y a Dios quiere buscar.

Es mejor que hagas bien
y que todos vean Paz.

Porque es horrible vivir
queriendo remordimiento ocultar.


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Libro 14 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo II - Pág. 111-112-113

domingo, 8 de septiembre de 2013

Acuna la Gracia de Dios

En Sueño Profético hablaban de la Gloria de Dios, de sus Dones, de las contradicciones que el hombre le veía; y a más quería poner a su manera, más descomponía.

Siguió uno explicando de la Gloria de Dios, que en unos va aumentando y en otros llega de paso:

La Gloria de Dios
es niño acunado,
que según se encuentre,
lo tendrás callado.

La Gloria de Dios
no puedes decirle:
¿por qué esto ha pasado?

Tienes que acunar
como niño en brazos,
como algo grande
que Dios te ha mandado.

Tienes que aceptar,
sin culpar a Dios
todo lo torcido
que te haya llegado.

Tienes que pensar
en todo el que sufre
de Dios retirado.

Tienes que vivir
para ir llevando
la Verdad de Dios,
sin ir comparando:

“Éste tiene más,
y gracias no ha dado”.

“Éste tiene menos sufrir”,
y su sufrir sea envidiado.

La Gracia de Dios
tienes que dejar
todo en vía muerta.

Piensa, que son las razones
de un mundo que no existe materia,
que sólo es Libertad,
sin peso y sin barreras,
sin puertas que tú le puedas cerrar.

Que al mal se las cierras
presentando Caridad,
guardándote la moneda
que mala te dieron ya.

Desperté, oí:

La Gracia de Dios,
Dios la da,
y a todos la ofrece.

Pero tienes que aceptar
lo imposible que ve el hombre:

Sufrir, sin pensar sufrir.
Llorar, sin ojos mojar.
Y buscar al que te hizo el mal,
si lo pudieras salvar.

La Gracia de Dios,
hay quien la aumenta
antes de que Dios
la Gracia le diera.

La aumenta,
sufriendo en silencio,
sin pedirle cuentas:

“¿Por qué sufro yo,
que vivo la vida
cumpliendo tus Reglas?”.

Éstos son los que la Gracia,
a más altura les llega.

¡Acuna la Gracia de Dios,
siempre feliz y contenta!

¡Porque la Gracia de Dios
no te admite las protestas!


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 91-92-93

sábado, 7 de septiembre de 2013

Obediencia y desobediencia

En Sueño Profético decían:

“La Obediencia puede hacerte bueno. Y la desobediencia puede quitarte la Gloria”.

Estas Palabras las dijo el Maestro una mañana que daba su Enseñanza, para que fuera cundida donde el hombre oírla pudiera.

Ya que Él terminó de decir: “Haced esto, hablad poco, pero que en vuestro comportamiento tengan que nombrar a mi Padre. Y luego Me buscarán a Mí, por encontrar en Mí a mi Padre. Pero antes tienen que encontrar en vosotros algo que los traiga a Mí”. Fue terminar el Maestro, y un Discípulo decirle:

   –Maestro, allí nos trataron mal una tarde a nuestro paso, y si hoy vamos, seguirán con la discordia. ¿Por qué no nos das otro camino?

Ya todos avanzando su pie, según la postura que el pie tenía, derecho o izquierdo, para su avance, dijo el Maestro:

   –No olvidéis que para enseñar, tiene que ser el que enseña el primer enseñado. Si tú reformas mi Enseñanza, la que tú des luego, será reformada; que esa es la del hombre. La que mi Padre da en Mí, el que tenga Obediencia, puede hacerse bueno, y el que no Me obedezca, puede perder mi Gloria.

Y ya éste, con pena más que con vergüenza, se tapó con sus dos manos la cara, y siguió el Maestro diciendo:

   –Caminad con el pensamiento y la Oración, en compaña de mi Padre.

Y llegando al Discípulo, le dijo:

   –Has sido tentado para que donde han llamado a mi Padre, Yo no mande mi Mando. Y guárdate el “perdona Maestro”, porque has sido tentado.

Desperté, oí:

“La Obediencia puede hacerte bueno. Y la desobediencia puede quitarte la Gloria”.

Su Enseñanza era hacer, y luego las palabras.

Si el bien no lo haces, ensucias las palabras que quieres que te hagan bueno.

Y si Obediencia no tienes, no ganas el Cielo, ni enseñas a que lo ganen.

Dios Hijo allí mandó,
y Él sabía mejor el Mando
cuando el Mandó se cumplió.

Sabiendo lo que aquel día,
del Maestro allí se habló.

El Amor a su Maestro,
quería quitarle Obediencia.

Y el Maestro quería
que los cubriera Obediencia
por los sitios donde iban.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pág. 36-37-38

viernes, 6 de septiembre de 2013

El sufrimiento te arrincona y te quita la Paz

En Sueño Profético hablaban del sufrimiento. Decían:

El sufrimiento te arrincona y te quita la Paz.

Aquí le puede la Paz al sufrimiento. La Paz lleva el sufrimiento en silencio. Que luego forma escándalo con Paz, que es lo que no quieren los espíritus del mal. Éstos intentan robar la Paz y hacer escándalo, y en el triunfo luchan para que haya silencio.

El que Dios trae Aquí sin cuerpo, enseña a sufrir sin perder la Paz; enseña a conocer el sufrimiento de materia: sufrimiento de espíritu, aunque crean que duele la carne.

Desperté, oí:

¡Qué pataleo más inútil
tiene la fuerza del mal
con este “Escándalo del siglo”!

Aquí pueden comprobar
cómo hace frente el Elegido
al espíritu del mal.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 11

jueves, 5 de septiembre de 2013

El hombre nunca cuenta con Dios

En Sueño Profético vi un arroyo y uno explicaba. Decía:

“Este arroyo no es hecho por el hombre, y Dios deja al hombre que quite su cauce y lo ponga por donde quiera”.

Se quitó el arroyo y apareció un río, y dijo:

“Este río tampoco es del hombre, y también el hombre puede echar su cauce por sitio distinto”.

Apareció el mar y dijo el mismo:

“Ya llegó el Poder de Dios parando al hombre. Aquí tiene el hombre el mar, aquí Dios se enfrenta con el hombre”.

Habló el saber académico, por academia “enseñao”. Y apareció un niño que Dios había “iluminao”, con unos Escritos, hechos que Dios se los había “dictao”. Eran aclarando el saber que ellos tenían “estudiao”. Y dijo el que explicaba:

“Aquí Dios se ha “enfrentao”. El hombre nunca cuenta con Dios; el hombre quiere que Dios cuente con él. Dios, cuando ve que el hombre quiere ser poderoso, asoma su Mano y lo iguala a nada. El hombre no puede dejar de ver que hay un Poder Poderoso, Poder que su Nombre es Dios. El hombre precisa el ver que la montaña se corra y que su poder no puede impedirlo. El hombre tiene que ver el huracán, que con facilidad cambia las toneladas de un sitio a otro. El hombre tiene que ver que un Poder rompa la Tierra sin él poder contener. El hombre tiene que ver que se le acaba la vida sin él poder detener. El hombre deja el caudal sabiendo que suyo es, y lo deja ahí en la Tierra, por no poderlo traer”.

Todo esto es Enseñanza para el que quiera aprender.

Desperté, oí:

Cuando el hombre ve el Poder
que Dios deja que el hombre vea,
dice un ¡Dios mío! sin Amor,
un ¡Dios mío! que Aquí no llega.

El hombre debe de amar,
sin que vea el huracán.

Dios quiere que el hombre ame
sin que la Mano el saque.

El que ama por temor,
que no diga: “Amo a Dios”.

Hay quien se acerca a Dios,
cuando su mal ya lo vio.

El que ama de verdad,
ama viendo el arroyuelo,
sin que le presente el mar.

Ama, por amar a Dios,
y esto sí es amar.

Ama a Dios por el Perdón,
y no ames por temor.

Dios tiene Misericordia,
cuando tú quieres la Gloria.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pág. 50-51-52

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Que aprendan este Mensaje

En Sueño Profético decían:

Si con la fuerza que desmienten al que Dios elige, le imitaran sus hechos, sería una misma Comunicación hecha a millares. Sería amanecer el día y ya todos contar y dejar escrito lo que en el Arrobo Dios hubiera mandado. Sería no haber un enfermo sin alguien allí a su lado. Sería no pasar segundo de estar de Dios hablando. Sería dejar palabras siempre tranquilas, en reposo. Sería vivir la Paz sin darle pecado a otro. Sería vivir recato por el Amor que va dentro. Sería poner la mano como Dios nuestro Maestro, apartando tentación como Él apartó en el Huerto. Si todo esto imitaran todos los que van diciendo que Dios no se comunica, que son palabras de invento, estos mismos se encargaban de destruir el Infierno. Estos que Aquí van citados son los que van desmintiendo. Luego, ya, quedan los tibios con la medida de buenos, con la medida que miden según van viviendo el tiempo, según deben de decir, según el que esté oyendo.

Dijo uno:

Es tan fácil decir “sí” cuando tú estés en lo cierto. Es tan fácil hacer bien si vives el Evangelio. El “no”, nunca encaja bien, tratando a este Dios de muerto. El “no”, no lo enseñó Dios cuando vivían sus Hechos. Él los mandó con su firma, que ellos mismos iban escribiendo.

Desperté, oí:

Que aprendan este Mensaje
y lo lleven en la memoria.

El que memoria le falte,
que lo escriba en una hoja.

Que lo escriba y lo guarde,
y cuando llegue el momento de desmentir,
que lo saque y lo repase.

Si él se siente capaz
de vivir en el lamento,
también Dios le puede hablar.

¿Pero cuánto cumpliría o cumple
de lo que escrito Aquí está?

Todo lo escrito lo cumple,
y más que escrito no está,
el que ni da ni le quita
al que dice la Verdad.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 227-228-229

martes, 3 de septiembre de 2013

Arrepentimiento llega cuando no quieres pecado

En Sueño Profético hablaba Agustín del que pecó y después vio el pecado, del que pecó porque vivió entre el pecado, del que pecó porque a pecar lo enseñaron:

A éstos, más les hablaba yo. En éstos había hombres buenos que me seguían mis pasos. Sabían mi vida anterior, y que Dios no me dio desprecio por ser grande pecador. Daban consuelo mis palabras al dar mi contestación. Nunca veía imposible el mandar Dios el Perdón, pero antes de pedirlo, yo les decía que se probaran a vivir sin pecar, y cuando hicieran vida de reposo en conciencia y despreciaran lo que les hacía pecar, entonces les vendría lucha para empezar a pecar. Pero ya está la defensa de querer a alguien buscar, a alguien que su vivir te retira a ti del mal. Ya, cuando todo lo nombrado practicaban, servían para enseñar a quitar de pecar a otros que ellos dejaron pecando y viviendo vida de desesperación cuando pensaban: “Yo ya no tengo remedio. Yo ya estoy “condenao”. Yo ya he hecho tanto mal que a Dios llamar no me atrevo”. Este pensar tuve yo antes de llamar al Cielo, y este pensar tendrá el que sienta arrepentimiento. No me cansaba el hablar lo que Dios me hacía en el Cielo. No sé si subía la Tierra a Gloria, o Gloria bajaba a suelo. No sé si yo veía Gloria, o Gloria me estaba viendo. No sé, si vivo estuve muerto. No sé lo que me pasaba, hasta que fui comprendiendo que el Perdón me había llegado a ocupar arrepentimiento.

Desperté, oí:

Arrepentimiento llega
cuando no quieres pecado.

Entonces viene la lucha
de querer dejar pecado.

Pero el pecado acecha
con tentaciones y agrado.

Agustín recomendaba
una pausa a tu conciencia.

Una busca al que vivía
día y noche vida buena.

Vida de adorar a Dios
y despreciar en la Tierra
pecado, condenación.

Los pecados los aparta,
vivir Camino de Dios.

Y el que está haciendo pecados,
no puede vivir con Dios.

Si llega arrepentimiento
y odias haber pecado,
puede que un día te veas
en la fila de los Santos.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 24-25-26

lunes, 2 de septiembre de 2013

Sitio donde quedará tu cuerpo

En Sueño Profético decían:

Debía de haber un cementerio
en el centro de cada ciudad,
con los cipreses bien altos
y en la copa este letrero:

“No olvides que éste es el sitio
donde quedará tu cuerpo”.

Este letrero te avisa
que tu sito es el cementerio.
Pero te avisa sin fecha,
pues la fecha está en el Cielo.

Si esto se tuviera presente,
no se escondía el dinero,
ni lo que el hombre valora
dejándolo a herederos
que no tuvieron contacto,
por ser lejos el parentesco.

Sólo se daría valor
a la persona que vieras
cumpliendo la Ley de Dios.

Pero que vieras contenta
y con grande preocupación
para que todos buenos fueran.

Para que envidia,
egoísmo y rencor,
ningún hombre conociera.

Que todos se preocuparan
de que murieran las guerras.
Y el que tuviera la muerte
sin Mando de Dios, violenta,
el mundo llorara a gritos
y se cerraran las puertas
de tiendas y de edificios
como señal de protesta.

Desperté, oí:

Si este Mensaje lo piensas,
ves con qué poco se vivía
sin crímenes ni las guerras.

Sería un grande freno
para el pecado y el mal comportamiento,
en el centro de la ciudad,
haber un símbolo del cementerio.

Con los cipreses bien altos,
y el mismo letrero de arriba,
que lo tuviera abajo.

Pero al llegar la noche,
estuviera iluminado.

¡Qué pocos no se dormían
en el letrero pensando!

Al hombre le falta el freno.

Que es que hablen de la Gloria
y que vea el cementerio.

Por eso empieza el Mensaje
dando al hombre este consejo:

“Tu espíritu para la Gloria.
Tú cuerpo para el cementerio”.

¡No hay consejo que más valga
que el que baja del Cielo!


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 8-9

domingo, 1 de septiembre de 2013

Fuerza de Dios y Amor de Dios

En Sueño Profético decían:

¡Fuerza de Dios y Amor de Dios, no hay quien con esto pueda!

Fuerza de Dios tiene que llevar Amor de compañero. Porque Amor sin Fuerza o Fuerza sin Amor, no enseñas ni enteras de lo que habla Dios.

Mucho Amor sin Fuerza, no sale de ti. Y Fuerza sin Amor, ya di: “no es de Dios”.

Por eso el que diga “Dios me dice” y calló, esto no es de Dios. Piensa que es engaño. Dios, si hace Presencia, es para no callarlo. Porque su Presencia es para cundirla a buenos y malos. Los buenos no dejan lo bueno estancado. Y el malo, si quiere, se deja lo malo.

Si Esto no se cunde, el hombre va reformando, porque tiene a un Dios muerto, y llegaría un tiempo que Dios haría Presencia, dejando el mundo acabado.

Desperté, oí:

Dios quiere
y llega al hombre diciendo:

“El que mi Presencia quiera,
conmigo luego se viene”.


Que el querer su Presencia es amarlo,
y ya Él te da las fuerzas.

Ya, si estas fuerzas
las ha pedido el Amor,
tú cundes que Dios es Vivo,
sin importarte interior
del que nunca Lo ha creído,
aunque hablara de Dios.

¡Qué cierto que el Amor
te da la fuerza, y la fuerza
le puede a la sinrazón!

Si fuerza de Amor no tienes,
no hables nunca de Dios.

Pero si sientes la fuerza,
porque el Amor la llamó,
¡no calles!, porque si callas,
ya estás ofendiendo a Dios.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 102-103-104