jueves, 28 de febrero de 2013

No quiere saber, el que no ama, por miedo a enfrentarse con la Verdad de la Vida

En Sueño Profético decían:

Es distinto sentir a Dios y que Aquí te den Enseñanza, a que tú hables por el sentir que tengas, por grande que sea. Tú lo sientes, pero no puedes pasar a otro ese sentir con Enseñanza, y a veces perjudica cuando tú quieres que ese sentir sea entendido. Esto perjudica al que tiene estudios materiales y sus estudios él pone primero.

Tú puedes enseñar a amar a Dios antes que a todas las cosas, pero no tienes palabras para dar respuestas, diciendo: “Esto no es mío. Esto lo dicen en Gloria y me mandan que lo publique”.

Si esto así no fuera, llegarían preguntas y no sabría el Instrumento respuesta, y ya quedaría como invento del hombre.

Aquí, a más profundicen, más Verdad ven. Que esta Verdad hace que el que no ama, no quiera saber lo que baja del Cielo.

Desperté, oí:

No quiere saber, el que no ama, por miedo a enfrentarse con la Verdad de la Vida, que es la Existencia de Dios.

El espíritu sin cuerpo que recibe esta Enseñanza, tienen más fuerza sus palabras.

Porque recibe sin el contacto del hombre que pueda poner o quitar.

Aquí ves Fuerza sin Imagen.

Aquí ves Sabiduría sin estudios, que es la Sabiduría Divina.

Saber, que no sabe el hombre corregir ni mejorar.

Puede cundir, y ya alaba a Dios.

Si tú Lo alabas, Él te da contestación.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 194-195-196

miércoles, 27 de febrero de 2013

No es la ciudad la que cambia, es el hombre a la ciudad

En Sueño Profético se vio el campo. Era sin camino y nada sembrado, que hubieran sembrado las manos del hombre.

Llegaron dos hombres, sin verse a distancia ni tampoco cerca. Es que Dios los pone como si estuvieran. Que un día estuvieron, cuando con el cuerpo vivían en la Tierra. Ninguno era viejo. Uno llegaba a los 40. Y el otro, dos más de los 60.

Dijo el mayor al más joven:

¡No es la ciudad la que cambia, es el hombre a la ciudad! Unas veces la mejora, y otras se equivoca al mejorar. Casi siempre en la mejora va dejando a Dios atrás. Esto es lo que no me gusta del hombre de la ciudad. Yo la visito poco, y menos la voy a visitar.

Cuando llego a mi campo, miro al Cielo, miro al monte, miro donde tengo los pies. ¡Que hay tantas plantas y tantas flores...! ¡Tantas hierbas que el ganado se las discute por sus exquisitos sabores...!

Aquí nada tiene cambio con el Cielo, con lo que nace sin manos y con el monte. ¡Si viera con la alegría que, cuando Dios manda el agua, baja por ese monte...! Porque sabe el bien que trae aquí y a la trepa del monte.

Yo no me siento viejo. ¡Es que llevo a Dios en mi mente igual que lo tuve de niño! Y la muerte, que me llegue antes de sentir el vacío, como el hombre de la ciudad, que hoy tiene.

Desperté, oí:

No podía contestarle
a aquel hombre
que cátedras llevaba
dentro de su misma sangre.

¡Era a Dios y a otra Vida
a lo que daba importancia!

Yo llegué a la ciudad
refiriendo sus palabras.

Y lo mismo que yo sentí,
sentía el que le hablaba.

“¡No es la ciudad la que cambia,
es el hombre a la ciudad!”.
Esto le salía con pena.

Este hombre culpaba al hombre
de que el hombre a Dios no quisiera.

Despreciaba a la ciudad
y amaba la Naturaleza.

Aquí, el cambio que había
es tener a Dios más cerca.

Me despidió diciéndome:
“Si yo fuera nube,
¡yo no bajaría a la Tierra!”.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 106-107-108

martes, 26 de febrero de 2013

El Elegido para enseñar, tiene que vivir sufrimiento

En Sueño Profético decían:

Si no estás convencido de que exista Dios,
haz por convencerte.
Porque Dios te deja la Libertad,
pero en todo se hace presente.

Si no estás convencido de que exista Dios,
haz por convencerte.
Que esto nadie te lo puede hacer
como tú a Dios Lo niegues.

Hay quien niega su Existencia
por algún sufrir que tiene.
Y no se hace el pensar
de que el sufrir de Dios
se lo deje para enseñar a sufrir
cuando el sufrir les llegue.

Pues sufrir siguiendo a Dios,
enseñas y te haces fuerte.
Y ya te llega pensar:
Si yo no paso sufrir,
¿cómo decir “yo a Dios quiero”?
Y si yo antes no sufrí,
de sufrimiento no entiendo
y Dios no puede elegir”.

Dijo uno:

Elegido para enseñar,
tiene que vivir sufrimiento
y que supere el amar.
Pues espíritu con materia
tiene que sufrir pasar.

Desperté, oí:

Tenle compasión
al que le oigas decir:
“no sé lo que es sufrir”.

Tenle compasión al que diga:
“yo no aguanto
como me llegue sufrir”.

Y busca y di que te enseñe,
el que vive en el sufrir.

Para que tu sufrir lleves
sin apartarte de Aquí.

Si sufres pensando en Dios,
tú vas pisando el sufrir.

Y ya queda sucio y pobre,
que es la Enseñanza de Aquí.

Si no estás convencido de que exista Dios,
haz por convencerte.

Que esto nadie te lo puede hacer
como tú a Dios Lo niegues.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pág. 9-10

lunes, 25 de febrero de 2013

¿Es falta de Fe el sufrir tanto?

En Sueño Profético yo decía:

“Señor, ¿es falta de Fe el sufrir tanto? Dame fuerzas Señor, para mantenerme siempre y refugiarme en tu Confianza”.

Ya dijo una voz, no como de la Tierra:

Él dijo: “A ser posible, pase de Mí este Cáliz”.

Y pidió Perdón al Padre para el que pecaba sin saber el grado de pecado que hacía: “Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen”.

Los pecadores y los pecados, siendo pecado y pecador este nombre, para todos lo mismo, para Dios puede no ser el hecho el mismo.

¡Quién dudar del porqué de Dios!

Y el sufrimiento, siendo la palabra “sufrir”, hay quien sufre por no creer remedio que Dios dé Aquí; y hay quien sufre de ver a otro sufrir, que no cree el remedio, que Dios le pueda quitar sufrir. Esto no es falta de Fe, esto es sufrir por querer quitar sufrir.

Desperté, oí:

¿Quién entendería estas Palabras?:

“A ser posible, pase de Mí este Cáliz”.

¡Dios Hijo pedir al Padre,
si podía ser no sufrir!

Cuando en Él vivía el Padre,
y Dos en un mismo Dios.

Ser posible,
es pedir clemencia.

¿Qué pensar haría
y hace un pensador
que olvida que es Dios?

El porqué de Dios es inmenso,
y para llegar a comprender
tendría que hacer un mundo nuevo.
 
Donde no existiera carne,
como pasa Aquí en el Cielo.

Y aunque la carne no existe,
el porqué queda en misterio.

Pero se oiría Amén,
a lo que Dios está diciendo.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pag. 78

domingo, 24 de febrero de 2013

Si creyeran en Esto como en el agua que moja

En Sueño Profético decían:

Si creyeran en Esto como en el agua que moja, que no se tiran con abrigo ni botas, todos estarían en fila esperando ansiosos con estas palabras: “¿Cuándo el servir a Dios a mí me toca?”. Y tendría gran pena el que viera a diario que a Dios servicio Le hicieran.

Si creyeran en Esto como agua que llueve, no vivirían tranquilos reservando sus bienes. Que los tienen de sobra para más sufrimiento el día de su muerte, de ver que no les sirven para pagarle a la muerte. Que puede llegarles tranquila, o con violentos dolores que rechacen medicina para que no dude muerte.

Si creyeran que Esto sale de la Gloria, no harían un cumplido reservando lo grande y ofreciendo lo chico, y quedando contentos cuando dejan el sitio y otro ya se encargua de hacer su servicio.

Si creyeran en Esto como aquí lo ven escrito, te quitarían sufrimientos que están por Dios permitidos, pero no son mandados, de los que el hombre no puede quitarlos.

El que cree en este Mandar, no tiene descanso para ir diciendo: “Dios aquí está hablando”. Y presenta razones donde ven los humanos que la torre es torre y la sube la piedra. Lo que no puede ser es una torre de arena, o de harina de trigo, o de serrín de madera. Si te hablan de la torre con esta materia, no puedes creer que haya torre hecha.

Desperté, oí:

Las comparaciones
que dan en la Gloria
tienen tanta fuerza,
que te sientes pobre
en dar la respuesta.

Era para que todos
pidieran, pudiendo,
servir a este Mando.

Que poder se puede,
si existe el queriendo
al poder mandarle.

Y si cierras los ojos,
ya verás al Dueño
que te lo permite
que le hagas servicios
o Le niegues Mando.

Ponte entristecido
el día que veas
que otro hace el servicio
que tú habías dejado.

Esto, pocas veces ocurre,
Al revés, que les da descanso
como grande peso
que hubieras dejado.

El que Dios elige,
siempre está pensando:

“Señor, que nadie sea más que yo
en recibir Mando”.

“Señor, que nadie,
más que yo Te quiera”.
     
“Concédeme esta petición
o enséñame a que así sea”.  


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pág. 172-173-174

sábado, 23 de febrero de 2013

Mundo material, torre de plumas

En Sueño Profético decían varios que en su vida con materia enseñaron de esta Gloria.

Dijo uno:

Es la mayor Enseñanza; debería ser el mayor respeto, el mayor premio y el mayor pago al que enseñara de este Cielo. Todas las enseñanzas son para un tiempo breve. Ésta de Gloria es Eterna, es de Salvación, es provechosa cuando vives con materia, y de grande renta, que luego Dios te la da cuando ya estás con los que Aquí vivimos. Pensar esto, adoras esta Enseñanza. ¡Grandes educadores del espíritu Dios mandó a la Tierra! ¡Y grande desprecio dio el hombre!

Hoy tiene el hombre estos abundantes Mensajes y claras aclaraciones que Dios da para el que aprender quiera.

El que Aquí Dios trae, Dios le da Sabiduría para que la administre y la empreste; para que el que la aprenda, la enseñe. Este préstamo Dios deja mientras vives ahí. Aquí, ya lo entregas y vives vida en Presencia de Dios sólo en espíritu, que ya es Saber que Dios da con Mando y sin Libertad; mandato que Dios manda y que tú velozmente comunicas; Arrobo que Dios manda sin haber fuerzas que pudieran parar, ni hombre que tachas pusiera por falta de enhilación, ni pobre en literatura. No hay literatura que iguale a ésta. Esto es Riqueza que mana, Venero que Dios vigila para que el hombre no ensucie su agua. Esta Enseñanza que el mismo hombre se veda, la llorará cuando la veda no obedezca a sus palabras. El que Aquí Dios le habla, ve el mundo material como torre de plumas, hombres que tardarían una vida para hacerla, para buscar las plumas, y luego un vaivén de un suave viento: torre que voló y ni dejó cimientos; porque a cimientos de plumas, no puedes decir cimientos.

Desperté, oí:

Si se nombraron cimientos,
fue por seguir el ejemplo
de la torre que comparan
con el mundo pasajero.

Con el mundo que es la noria
que te da vueltas y dice:
“Esto es repetir la historia”.

El hombre le da valor
a la enseñanza de paso,
a la enseñanza que sirve
como nube de verano.

Que unos sitios deja secos,
y en otros te forma charcos.

Que es agua que siendo lluvia,
más veces te hace daño.

¡Es pena que a esta Enseñanza
el hombre le dé de lado,
y que ponga en preferencia
lo que Aquí no esté mandado!

Estos hombres que dictamos,
ahí ya fuimos arrobados.

Hoy tenemos la presencia
del Reino que da su Mando.

Que es Mando sin Libertad,
que la quita al mandarnos.

Si dejara Libertad,
se resistiría la carne
y se acabaría el mandar.

La Libertad sí la deja,
cuando el Mensaje ya da.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 185-186-187

viernes, 22 de febrero de 2013

El que ve la vida corta, es el que mejor la lleva

En Sueño Profético hablaban de la muerte de la materia, de la muerte del espíritu, de la vida material y de la Vida Eterna. Decían:

Cambia tanto la explicación de la Vida de Aquí a la vida de materia.

El hombre no piensa nunca en la vida material lo pronto que se acaba, que hay a quien le parece corta y hay a quien le parece larga. Al que sigue lo de Dios, le parece corta; Al que ahí vive sin Dios, le parece larga. Al que vive lo de Dios, le parece corta y sus actuaciones son de obediencia a Dios.

Aquí se ve la creencia del que sabe que hay Dios y no quiere entregar cuentas. Éste quiere con Amor seguir la Vida Eterna, porque hizo lo que Él mandó.

El que vive haciendo pecados, éste cree que nunca le llegará muerte de materia. Cuando llegue este día, ya quedará su espíritu sin la protección de su carne pecadora, que fue la que a su espíritu echó a las tinieblas, por su espíritu no haber llevado a su carne por el Camino de Dios.

Estos dos personajes, en uno mismo, son los dos muertos: espíritu y carne. Espíritu que entierra a la carne, y carne que manda a su espíritu a sitio sin Dios, entierro perpetuo. Este espíritu y carne han creído en una vida larga, en una vida sólo para ir en contra de Dios.

Esta Vida Eterna respira y se alimenta con la Presencia de Dios, con la Paz de lo bien hecho, que Dios ahí te mandó, y tú ya Aquí venías buscando la Gloria de Dios. Que Dios te ofreció su Gloria como a todo el pecador que a Dios busca y a Dios encuentra.

Desperté, oí:

Bien te aclara este Dictado
el que piensa en Vida Eterna.

El que ve la vida corta,
es el que mejor la lleva.

Es el que vive la Paz,
el que nada le atormenta.

El que no vive con Dios,
este se cree que la vida
siempre tendrá el color
del cristal con que él la mira.

No da duda el pensar,
cuando creen en larga vida,
que es porque les falta Amor.

Si el hombre pensara en muerte
de la materia nada más,
vería corta la vida
y se pararía al pecar.

¡Estas frases de Agustín,
cuando ya no pecó más!

Ahora pienso por qué Dios
hizo esta vida tan corta,
para que el hombre al pecar
pensara: ¡Pierdo la Gloria!

Debía de ser tan corta
la vida para el que peca,
que antes de hacer pecado,
su carne quedara muerta.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pág. 228-229-230

jueves, 21 de febrero de 2013

Los buenos que son de Dios

En Sueño Profético decían:

El bueno no es bueno por ser bueno; es bueno cuando sea bueno y cumpla la Palabra de Dios, cuando sin trabajo lo vean que es bueno, cuando la caridad la haga como regalo a Dios, cuando enseñe a vivir amando a Dios, cuando el sufrimiento sepa recibirlo sin aumentar sufrimiento.

Dijo uno:

Hay quien es bueno y deja de serlo cuando le llega sufrir.

Hay quien es bueno para donde no cuenta ser bueno.

El ser bueno es sencillo cuando el bueno viene de Dios.

Cuando tú quieres que vean que eres bueno, cuesta trabajo, y al final ven que eres malo.

Los buenos que son de Dios,
son santos ahí pisando,
son hombres sin avaricia,
tan sólo en Dios pensando;
son hombres que llevan Paz,
que al paso van regalando;
son hombres de los de Dios,
con espíritu tan sano,
que son buscados por Dios;
son buenos sin preocuparse
del Mando que mande Dios;
son hombres siempre pensando:
¿cómo quitaría yo
al que vive en el pecado?

Éstos son los hombres buenos,
que pueden ser campesinos,
o pueden ser cortesanos.

Desperté, oí:

El bueno que dice el hombre,
muchas veces, para Dios,
no tiene puntos de Gloria.

Es bueno para unas leyes,
que al bueno leyes le sobran.

El bueno viene de Dios,
y sin trabajo ejerce:
Amor, caridad y perdón.

Para ser un hombre bueno
tienes que cumplir con Dios,
y ya vives en la Tierra
Discípulo del Señor.

Si fueras bueno de Tierra,
serías bueno sin Perdón.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pág. 161-162-163

miércoles, 20 de febrero de 2013

“Yo nunca diré Juan de Dios, yo diré que Dios es Juan”

En Sueño Profético vi un hospital, que por su pobreza, más se veía hospital. Había unas camas negras de hierro, y unos enfermos tristes; un letrero en la entrada de la puerta, que no podía pasar desapercibido, con estas letras: “Habitación contagiosa. Entrada sólo médicos y enfermeros”. Yo vi el letrero cuando salí. Cuando entré, no entré por puerta, me vi allí dentro sin extrañarme de cómo entré, me parecía normal.

Empezaron a hablar, y ya no veía nada, nada más que oír. Decían:

Aquí quita la tristeza Juan de Dios. Aquí entra y raras veces no dan un alta: unas veces a conocidos, y otras veces a enfermos que su nombre es conocido. Aquí, en este hospital, son recibidos la mayoría por Juan. Aquí, en esta misma sala, yo oí una vez a un enfermo ya curado de la lepra decir: “Yo nunca diré Juan de Dios, yo diré que Dios es Juan”.

Este mismo, dijo:

En este hospital se han visto, ya muertos, recuperar la vida de la carne; y morir carne y vivir espíritu, dando este espíritu gracias y contentos a Juan ya en su despedida. Aquí, en este hospital, yo vi llantos de contento a enfermos y familiares, sabiendo que no sanaba su carne. Yo he visto brechas en la carne y decir: “No me duele nada, es Juan que reza por mí, es Juan que viene a mi cama”.

Desperté, oí:

¿Tiene duda Juan de Dios,
cuando esto diga el enfermo?

A este hospital, el que entraba,
a Juan ya lo conocía.

Antes de pisar umbral,
el nombre de Juan se oía.

Juan de Dios, se lo pusieron,
porque Dios en él vivía.

JUAN DE DIOS


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 107-108

martes, 19 de febrero de 2013

El rudo que vivió para este Cielo

En Sueño Profético hablaban de entender las Palabras de Dios, no entenderlas, o entenderlas y no querer oírlas:

El que más las entienda no es porque tenga más estudios, más mando o más títulos. La Palabra de Dios no va a la inteligencia, como en el saber material. La Palabra de Dios va al espíritu.

Dijo uno:

Una persona, si su espíritu es de Dios, puede aprender toda la cultura que el hombre enseñe. Pero un intelectual, si su espíritu no está con Dios, no entiende el Lenguaje de Dios y queda analfabeto para todo lo Divino.

Una palabra que uno que esté en el campo, sin visitar la ciudad, le hable a un intelectual, de lo Divino, él no sabe contestar. Y ya lo miras y piensas: “debería empezar a estudiar, por si le llega el examen que en la Gloria le harán”.

Desperté, oí:

No tiene disculpa
el culto que muera
y esta asignatura
la deje en la Tierra,
sin haberla aprendido,
ni enseñar a que la aprendan.

Ahora llega el rudo,
con manos de tierra,
y dice:

“¡Dios mío!, antes de morir
ya vivía la Gloria,
porque Te tenía
siempre en mi memoria”.

“Cuando no había hombres 
que tu Nombre oyeran,
hablaba yo solo,
sin que nadie oyera”.

“Miraba los montes,
el tallo en la siembra,
bandadas de pájaros
casi a la altura
que salen las estrellas”.

“Los corderos,
me hacían pensar
y mirar al Cielo”.

“Con tu Mando sale hierba
y les das el alimento”.

“Con tu mirada, la lana,
que el calor lleva a los cuerpos”.

¡Así se presenta el rudo
que vivió para este Cielo!


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 60-61

lunes, 18 de febrero de 2013

No había noche para dar la Enseñanza, pero había Poder de Dios

En Sueño Profético decían:

Ya no hay noche. Pero está el Poder de Dios, invisible cuando hace el Arrobo en el sueño. Y el día hace de noche en este Mando.

La fuerza del espíritu del mal no puede impedir el Arrobo. A la carne enferma, Dios no le saca el espíritu, porque luego tiene que actuar espíritu y materia, y no daría fuerza, y estas palabras quedarían sin explicación. Que esto es lo que quieren los espíritus que están en contra de Dios, aunque viven engañando al bueno y al que parece bueno.

Dijo uno:

Si estos Mensajes ya estuvieran, si no en sus manos, en la vista de todos los hombres, se asustarían los espíritus que batallan para que Esto quede como fecha que pasó, que ya no vuelve.

Por eso ponen sufrir y quitan aquello que más le pueda dar servicio aquí. Ponen un sufrir injusto, fácil que lo remediara el que dice que a Dios quiere.

Desperté, oí:

No había noche para dar la Enseñanza,
pero había Poder de Dios.

¡Qué pronto se conocen
los espíritus que quieren ayudar
a los que están en contra de Dios!

Los que están en contra,
tiran del que pudiera
hacer servicio al Elegido,
que el servicio es a la Gloria.

¡Qué fuerza tiene lo malo,
si lo de Dios no lo abrazas,
aunque no vean abrazo!


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pág. 223-224

domingo, 17 de febrero de 2013

Pecado es todo lo que Dios quiere que no se haga y todo lo que manda y no se hace

En Sueño Profético decían:

Pecado es todo lo que Dios quiere que no se haga y todo lo que manda y no se hace.

Pecado es, poder quitar de pecar y no quitarlo.

Pecado es no perdonar, por tú juzgarlo.

Pecado es, los Mandamientos, no practicarlos.

Dijo un Discípulo de Jesús:

Él, siempre, sus Enseñanzas eran a enseñar cómo vivir sin pecar, y luego, ya podíamos buscar a los que estaban pecando. A los que Lo seguían y no pecaban –porque al seguirlo, pecar no podían–, Él ya les daba trabajo para perseguir al pecado.

Un día iba Jesús –y cuatro conmigo contando– y había dos discutiendo: uno, que nunca pecó; y otro, que estaba pecando. Cuando vieron al Maestro, el pecador quedó callado; y el que se creía más bueno siguió más fuerte chillando, para que viera el Maestro que él iba enseñando. Antes de llegar, dice el Maestro:

   –Si alguno de vosotros quisiera así enseñar, pecaría menos diciendo que no Me conoce. Porque mi Enseñanza es de humildad y Amor, y así no alborota al espíritu rebelde; que puede que con humildad y buen trato, reconozca el pecar que hizo o está haciendo.

Desperté, oí:

Fue llegar el Maestro, y uno no dejó las voces; el otro puso silencio.

Estando ya todos en grupo, se oye decir al Maestro:

   –Todo el que haya visto y oído como Yo, os ha juzgado como pecadores.

   –Y más a ti, por tus voces y amenazas, que por el silencio del que sé que no quiere seguir pecando.


Ya se oye voz sin fuerza:

   –Nunca oí darme este trato, y el pecado me seguía, ofreciéndome pecado.

   –Perdona si mi silencio, Maestro, Te ha molestado.

   –Aprende a no pecar cuando quieras hablar de Dios al que pecó o al que pecando está.

   –Porque, por que tú no peques, puedes no saber juzgar.



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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 103-104-105

sábado, 16 de febrero de 2013

Dios, Manantial de Sabiduría

En Sueño Profético decían:

Esto dijo Jesús a los Discípulos:

“Si queréis servirme, primero pedid a mi Padre Luz para comprender mis Palabras y mi Mando, que esto es querer, y entonces Yo os mando”.

“Si comprendéis, es porque lo habéis pedido con Fe y con ganas, y ya no habrá quien interrumpa mi Mando ni mis Palabras”.

“No cambiéis el camino que Yo os he trazado, que con hacer esto, ya estáis dando amistad a los espíritus que van en mi contra, porque están por Mí apartados”.

“Ved lo que Yo os digo, no lo que estáis viendo. Pensad que Yo al hablaros os estoy premiando, aunque vuestras manos no cojan premio”.

“Llorad cuando veáis que al nombrarme a Mí os dan desprecio, pero no por vosotros, que el llanto sea por ellos”.

“Porque teniendo a Dios en la Tierra, van a perder el Cielo”.


Desperté, oí:

“Dios, Manantial de Sabiduría” –despedían muchos al Maestro con estas Palabras.

El que no aprendía con el Maestro,
Luz Divina le faltaba.

Porque a Dios Padre no la pedía.

Al Maestro Le servían
los que decían: “Maestro,
la vida me da tu Mando”.

“Si algo no hiciera bien,
dame por un día el castigo
de que no oiga tu “Ve”.

“Que mi lengua quede muerta
si no sirve para alabar
el Mando que Tú me dieras”.

¡Qué cierto que el Mando cumples
cuando la Luz de Dios llega!

¡Pero tienes que pedirla,
y ya Dios no te la niega!


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pág. 193-194-195

viernes, 15 de febrero de 2013

¡Qué lástima que tus ojos no te sirvan para ver el pecado!

En Sueño Profético decían:

¡Qué lástima que los ojos no le sirvan al hombre para ver el pecado!

¡Qué lástima que la lengua no le sirva para ir a Dios alabándolo!

¡Qué lástima que los pies se cansen de seguir sus Pasos y cojan caminos que Él no tiene mandados!

¡Qué lástima que los hombres tanto quieran el pecado y cuiden tanto su cuerpo para entregárlo al diablo! Que es el que les está diciendo que no hagan lo que Dios tiene mandado, que hagan lo que en la Tierra hacen los que de Dios viven apartados!

¡Qué lástima, con más lástima, es que no te sirvan tus ojos para ver: esto es bueno, aquello es malo; aquí cogeré cosecha, allí siempre será el año malo, porque donde no está Dios, no esperes nada del año!

Dijo uno:

El que quiere oír al que Dios le da el “Ve”, ya está poniendo sus ojos para querer ver. Y ya le tiran a su lengua: “me tienes que obedecer a lo que digan mis ojos, que Dios me lo hace ver”. Y a sus pasos los llevará el espíritu detrás del que Dios le dio el “Ve”.

A éste se le cambia la lástima, por decir:

¡Dichoso y bienaventurado el que sabe lo que va de Dios y lo pone en práctica!

¡Dichoso el que conoció a Dios Hombre cuando Dios Hombre pregunta: “¿Y tú quién dices que Yo soy?”.

Desperté, oí:

El que conoció a Jesús y Lo siguió,
a éste no le iba a decir:
“¡qué lástima que los ojos no te sirvan!”.

Porque el pecado pisaba
y el sufrir le crecía.

En su lengua siempre estaba
la Palabra del Maestro.

Y sus pasos no se cansaban
por los llanos ni por los cerros.

Pues aunque iban cansados,
era tan sólo de cuerpo.

Que esto cuenta en la Tierra,
pero no cuenta en el Cielo.

En el Cielo dan el nombre
de cansancio al espíritu
que el “Ve” de Dios
no lo quieren y dan desprecio.

Y no conoce a Dios
en el que lleva el “Diciendo”:
“Me dice Dios”.

¡Bienaventurado
el que sigue lo de Dios
y todo lo deja olvidado!

Porque ya, siguiendo a Dios,
el sufrir lo vas cansando.


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pág. 65-66-67

jueves, 14 de febrero de 2013

Gran Publicación

En Sueño Profético decían:

Es más saber, el saber que ahí no puedes vivir vida que no sea de Dios, esto, el que quiera vida Eterna.

Dijo uno:

El hombre, para hablar de Aquí sin tener fallo, tiene que oír al que Aquí Dios trae, y este que oye al Comunicante, es el que justifica la Publicación de esta Gloria, tan despreciada por el hombre.

Ya es tiempo de que el hombre tuviera ansiedad de que le hablaran de esta Gloria. Ya es tiempo de juzgar con tu presencia y de no dar cabida al fariseo. Ya es tiempo de que el hombre vea normal el Arrobo, el Éxtasis, la Comunicación Divina. Ya es tiempo de que se acabe el calumniar al Instrumento de Dios.

¡Gran Publicación Dios manda para el hombre que ame a Dios! ¡Grandes libros quedaron en la historia de los Elegidos!

Estas Palabras, con estas Enseñanzas tan abundantes, que salen de Aquí para el hombre, no pueden compararlas con las de muchos que Dios eligió antes que a éste.

Otro dijo:

Sean estas Palabras recibidas sin ver ni pensar en el Instrumento; sean leídas con Amor, con ansias de que muchos amen, y también sirvan para alcanzar el Perdón. Esta Gloria es Eterna, y siempre habrá hombres hablando lo que Dios dice, y hombres que mueren para Dios por no amar a su Reino; hombres queriendo condenación por no oír la Palabra de Dios en otro Eco; éstos son hombres que viven vida, y al mismo Dueño continuamente están ofendiendo. Si estos Escritos no estuvieran, no ofendía a Dios tanto, la duda.

Desperté, oí:

Dios sabe lo que el hombre hace.

Dios sabe y deja al hombre que actúe como Él ya sabe.

Estos Escritos son “Sueños”, y luego “Dictados”.

Éstos son Escritos, son arrobos que han pasado.

Que han pasado en el Sueño, que espíritu han separado.

Que lo ha separado Dios, que es el que dicta el Dictado.

Estos Libros son de Dios, para que abunden cristianos.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 90-91-92

miércoles, 13 de febrero de 2013

Juguete con cuerda

En Sueño Profético hablaban de cómo educar al espíritu. Decían:

El espíritu llega a la materia virgen. El espíritu, cuando la materia va creciendo, es cuando él coge la Enseñanza Divina o enseñanza que quiere que aprenda diabólica. El niño no es responsable hasta conocer el mal y el bien. El pecado es de los mayores. La enseñanza del espíritu es muchas veces sin palabras. La enseñanza sin palabras es más provechosa cuando tus actuaciones, todas, las vea el niño con Amor a Dios; esto sí lo entiende el niño; después de la acción, ya le hace falta la palabra y explicación.

Son los menos, los espíritus enseñados a no pecar y que luego pequen, que los que están viendo el pecado y no siguen pecando.

Es la comparación en la enseñanza material: es más seguro aprender y luego ejercer, que querer ejercer sin haber aprendido.

El niño no hace nada mal hecho, si antes no lo ha visto en los mayores. El espíritu del mayor tiene comunicación con el del niño. Espíritu de Dios: Paz y enseñanza en el niño. Espíritu sin vivir en la Palabra de Dios: hace al niño sentimientos bruscos. El mayor ante el niño debe medir palabra y movimientos que no lleven a la caridad.

Desperté, oí:

¡Qué poco valor se da
a la Enseñanza del espíritu!

¡Qué poco Amor se demuestra
a la Enseñanza del hijo!
     
Del hijo o del que tenga
un menor siempre a su cargo.

Del educador que enseña,
diciendo: esto no es malo.

Del que enseña a pecar,
porque así a él enseñaron.

El niño debía de ser
como algo de Dios enviado,
pensando que tuyo no es.

Tuyo es tan sólo materia,
que ahí Él te permitió
como juguete con cuerda.

Que esta cuerda es la que acaba,
que su nombre es materia.

El hombre es responsable
de que el espíritu del niño
llegue a viejo sin mancharse.

Porque si manchas espíritu,
queda en sitio de la carne.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pág. 124-125-126

martes, 12 de febrero de 2013

Símbolo de Eternidad

En Sueño Profético vi una piedra muy alta y grande. Era tan alta que no se veía el final. Y una voz dijo:

Esto es el infinito. Esta piedra, por mucho que se escarbara, no se vería su empiezo, y por buena visión que hubiera y con ayuda de algún instrumento, no se podría ver el final. Esta Fuerza simboliza a Dios, Poder y Firmeza; simboliza Eternidad; simboliza una frontera de separación del Cielo y separación de Tierra; simboliza a Dios que manda y sus Palabras son roca; simboliza dejar todo a la altura de la Tierra; simboliza este símbolo, que es visto en Cielo y no en Tierra, lo que es habla de espíritu sin necesitar materia, lo que es un Poder hecho, que empieza en este Cielo y no termina en la Tierra. Esta piedra es montaña de tan grande fortaleza, que la humanidad escondida, toda la que hay en Tierra, quedaría como hormiguero chico, invisible y sin fuerza. Esto es Dios sin ver Hombre, pero ves a Dios de Piedra.

Desperté, oí:

A Dios Lo puedes mirar
en Grandeza y en Poder.

Esta piedra que ves piedra,
no es piedra hecha por nadie.

Es Poder de Dios y Fuerza,
comparando con el hombre.

¿Qué es un mundo de Tierra
con todos sus habitantes,
comparado con esta piedra?

Dios te dice: “Yo soy Dios”,
sin Voz ni Cuerpo de Carne.

Dios te dice: “Yo soy Dios
en Poder, en Amor y en perdonarte”.


El que a esto diga no,
no ve montaña delante.

Y si no ve la montaña,
Dios, piedra ya no le hace.

Porque son ciegos con vista,
sin querer a Dios mirarle.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 217-218-219

lunes, 11 de febrero de 2013

Extracto incomparable

En Sueño Profético me decían:

Esta Teología verás que no es para todos. Habrá quien la oiga, y al contarla a otro, la descomponga. Esto es hacer y deshacer. Estos Mensajes, de tanta envergadura, sólo tú sabrás quién esté su espíritu preparado para tú leérselos. Una cosa es hablar de Dios, y otra cosa es leer estos Escritos. Esta Teología es de un extracto incomparable, no pudiendo, por tanto, ser comparada con ninguna frase hecha por el hombre. Lo que Dios dicta, no hay humano que lo corrija.

Cuando desperté, oí:

El que oiga tus Escritos, si antes no ha creído, después de oírlos se inquieta.

Se inquieta porque donde desmintió tiene que rectificar.

Estos Escritos pueden ser estudiados por grandes teólogos, asegurándoles no verán que son copia de ningún libro.

Dios dicta como quiere y a quien Él quiere.

Si el hombre supiera que el Dios que no quiere oír ahí, tiene que juzgarle Aquí, el hombre oía a Dios ahí.

De tus Escritos salen Libros sin descanso.

Al leer estos Libros, muchos se harán buenos, y de estos buenos saldrán Santos.

La Palabra de Dios hay que publicarla.

Él dijo: “Donde dos nombraran mi Nombre y de Mí hablaran, Yo estaré con ellos”.

Pues si esto es por hablar, ¿qué será por publicar su Mensaje?

Esta Publicación hará que hablen muchos, no dos, sino muchos cientos.

El que sepa este Mensaje y lo calle, éste oculta a Dios.

Teología es hablar de Dios, es amar a Dios.

TOMÁS DE AQUINO


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 57-58-59

domingo, 10 de febrero de 2013

Hazte tú las preguntas

En Sueño Profético decían:

Se van a decir Palabras para que sirvan de examen y el profesor seas tú mismo:

Si vas haciendo el bien, te pagan mal y el bien sigues haciendo, di: “Dios está conmigo”.

Si la Palabra de Dios quieres llevarla y ves que te dan desprecio, di: “Dios está conmigo”.

Si la avaricia no sientes y la ira no te llega, di: “Dios está conmigo”.

Si pisas la envidia, levantas al caído y no le pides cuentas, di: “Dios está conmigo”.

Si el sufrimiento llegara y pidieras a Dios ayuda diciendo: “que sea tu Voluntad, Señor, no la mía”, di: “Dios está conmigo”.

Si te pidieran el perdón y perdón dieras, dale a Dios las gracias y pídele: “Señor, que yo nunca me vea fuera de esta Enseñanza”.

Desperté, oí:

Hazte tú las preguntas 
y tú mismo te pones las notas.

Si en todas te pones bien, 
ya tienes entrada en la Gloria.

Que puede que Dios te elija 
antes de que el cuerpo muera.

Y ya eres profesor 
de Enseñanza de la Gloria.

El hombre no ama a Dios 
y fracasa en estas notas.

Pon primero esta Enseñanza 
y después pon ya las otras.

Si estas notas las practicara el hombre 
con alegría y contento, 
escaseaba lo malo y abundaba lo bueno.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 185-186

sábado, 9 de febrero de 2013

El leñador santo

En Sueño Profético hablaba una mujer, y dijeron:

Esta mujer habla en la Gloria de Dios, pero quien habla es Dios. Esta mujer cuenta la vida de un leñador que vivió una vida tan santa, que Dios cogió de amigo al leñador y lo traía a esta Gloria para que enseñara a vivir como él vivía y contara la Vivienda Eterna, donde Dios esperaba al que ahí Lo quería y al que ahí Lo despreciaba.

Dijo el mismo que hablando estaba:

Yo sigo contando la historia de este leñador, que el que tuviera trato con él, se hacía santo viviendo la santidad, que de Aquí salen los Santos. Este hombre era casado con una mujer que perdió el nombre por éste: “La que paciencia enseña”. Tenía dos hijos, y con dos bestias, un hocino y un hacha, vivía esta familia, que también su sobrenombre tenía: “Los leñadores contentos que te transmiten la alegría”. A cada burro le habían puesto en la cincha unas campanillas, que sonaban según querían. Cuando venían con la leña, era un tilín lento. Y cuando iban subidos, el tintín era contento. Un día, me contó el padre –que era el primero que fue bueno, y ya siguieron los hijos adornándolo como ángeles del Cielo–, que cuando cortaba la leña, veía doblar el tronco sin él haber hecho esfuerzo. Se paró y casi, casi sintió miedo. Miraba el hacha y el tronco, y antes de que mirara el hacha, el tronco ya estaba con su largura en el suelo. Un día cogió al mayor de los dos hijos –con doce años– y le dio el hacha señalándole dónde tenía que golpear. Fue dar el segundo golpe, y el mismo muchacho decir: “¡Padre, tengo hasta temblor! Ya está cortado el eucalipto. Esto me viene pasando hace días. Se lo conté a madre y me dijo: “reza y da gracias a Dios, que eso eso lo que yo Le pido a Dios, que cortéis con su ayuda”. Desde ese día, era el rezo de los tres juntos, cuando llegaban al campo; y cuando terminaban, en su casa, ya eran cuatro dando gracias. Este leñador llegó a ver a Dios entre la leña y el monte, y su hijo lo firmó. Siempre contaba el leñador alguna Visión que Dios le hiciera.

Desperté, oí:

Cuando nació el leñador,
al poquito de nacer,
dicen que dijo la madre:
“Señor, si mi hijo va a ser tuyo,
ya empiezo gracias a dar”.

“Pero si va a ir en tu contra,
ya te lo puedes llevar”.

¡Cuánto amaría esta madre
para hacer este rogar!

¡Y qué Dios pagando al hombre
este pagar sin igual!

Si piensas, no fue el primero
el leñador en amar.

Fue la madre que lo ofrece
antes de poder pecar.

¡Cuánto puede este Amor,
Amor de la Eternidad!


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Libro 14 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo II - Pag. 133-134-135

viernes, 8 de febrero de 2013

Reformar no es de Dios, si Le reformas a Él

En Sueño Profético decían:

Estará más cerca de Dios, el que más cumpla sus Palabras y las cumpla por Amor. Estará más cerca, el que más sienta la necesidad de sus Palabras, porque el amarlo te hace buscarlo donde Él se comunica.

Dijo uno:

Si el hombre pensara adónde va su cuerpo y adónde va su espíritu, no cabe duda que daba preferencia a la Enseñanza que Dios manda para el espíritu. Dios manda sus Palabras como el día y la noche, aunque ayer fue día y luego noche. Pero Él manda el día y la noche para dar vida y que tú digas “ayer y hoy”, aunque el día sea igual y lo mismo la noche.

Pues eso son sus Palabras: unas fueron ayer, otras son hoy. Es la vida que Dios manda para el espíritu, como para el cuerpo la noche. Es todo igual lo de Dios, como el día y la noche; como la hembra y el varón, que nunca pueden ser iguales, porque también es de Dios. Uno nace para madre, y otro nace para padre. ¿Quién haría aquí reforma, y vieras al hijo nacer del padre? Pues todo, si lo comparas, le verás la misma lógica, porque Dios, cuando hizo al hombre, ya lo hizo admitiéndole reforma, pero reforma con tope, siempre yendo de esta Gloria.

Todo lo que no es de Él –de su Evangelio dicho entonces, dicho ahora–, ponlo en sitio de demonios, que no entran en la Gloria, por enredos y razones que el que no ame te ponga.

Desperté, oí:

¡Qué sería de ese mundo
si Dios al hombre
no se comunicara?

Si el hombre pensara esto,
sufriría de ver
al que a Dios no amara.

¡Qué cierto,
que comprensión es Amor!

¡Y aceptar, es creer!

Reformar no es de Dios,
si Le reformas a Él.

Porque miedo da el pensar:
“¡Dios, no has hecho esto bien!”.

Esto, si quitas Amor,
que si el Amor lo dejas,
todo lo entenderás,
con alegrías o con penas.

Tan sólo con el pensar
si Dios lo quita o lo deja,
¡Él sabrá de su final!

El hombre quiere vivir
apartando lo del Cielo.

Y no sabe que esto es Vida
para los vivos y los muertos
que entierro les dan ahí.

Aquí hay vivos
que sus cuerpos ahí enterraron.

Y ya están muertos muchos
que los ven ahí andando.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 86-87-88-89

jueves, 7 de febrero de 2013

El Amor va delante

En Sueño Profético decían:

Hay quien pasa por la casa, estando la puerta abierta, y no entra. Y luego, que está cerrada, llama y entonces no contestan, porque la casa ya vacía se encuentra.

Dijo uno:

Yendo un día Jesús a predicar a la montaña, salieron unos y se acercaron a Jesús, y Le dijeron estas palabras:

   –Maestro, sin en vez de pasar hoy, pasas mañana, nos hubiéramos ido contigo a oír tus Palabras, que tanto escándalo tienen formado en todos los terrenos de Israel. Pero hoy tenemos una cita con otros propietarios que sus fincas lindan con la nuestra, y ya hemos quedado en sitio y hora.

   –Mañana, si pasas, nos vamos –esto se oyó de otro, pero el Maestro contestó a todos:

   –Si Yo para que oigan mis Palabras tengo que pasar delante del que quiere oírlas pero le falta Amor, ya no era Dios de Hombre, era Hombre, pero no Dios Hijo, que mi Padre en Mí manda. Hoy he pasado para que mis Discípulos aprendan que el Amor a mi Padre y el seguirme a Mí tiene que ser pudiéndole el Amor a todo lo de la Tierra. Si así no fuera, nadie seguía al Maestro, porque mi seguir es duro camino de piedras, puestas de punta por el hombre para que nadie lo siga. Mañana te tendrá la tierra otra faena para que no Me sigas, porque Amor no va delante. Ya, con haber pasado por tu puerta, tendrás siempre que recordarme cuando hablen del Maestro con deseos de conocerlo.

Desperté, oí:

Había dos de los Discípulos que varios días Le decían al Maestro:

“Maestro, si pasamos por la plaza,
quieren unos conocerte,
y se vendrán a la montaña”.   

Esto, varios días lo dijeron,
y el Maestro quiere
darles allí la Enseñanza:

Que si aman a Dios Padre,
al Maestro Lo buscaban.

No se dan por elegidos
cuando por su puerta pasa,
y se atreven a decirle:
“¡Si puedes pasar mañana...!”.

Si esto hacían con Él,
¿cómo cumplir sus Palabras?

Dios busca al hombre
que Lo quiere conocer
y pregunta sus Pisadas.

Y busca al pecador
que llora y no se atreve
a pedirle su Perdón.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pag. 43-44-45

miércoles, 6 de febrero de 2013

Las cosas tienen su tiempo

En Sueño Profético decían:

Las cosas tienen su tiempo,
su altura, su color y su peso,
un valor y un desprecio.

La fruta hay que dejarla
que se madure en el árbol.

Al pino deja que crezca
con sus ansias de llegar
donde el olivo no llega.

Y a la cordera no la pintes
de amarillo, verde o rojo.
Ni quieras que el elefante
pese lo mismo que el zorro.

Tienes que darle valor
al oro y a los brillantes.
Y desprecio al que persigue,
sin motivos, insultándote.

Pues si esto es así,
es razonable que Dios
llegue a decirles a los hombres:
“Vuestro tiempo se acabó”.
Y que al Instrumento llamen
cuando el espíritu se niegue
a darle vida a la carne.

Dijo uno:

¡Sí que han tenido lento este contestar a la Llamada de Dios! Es no querer mirar ni querer saber y, además, cerrar los ojos para tener la disculpa: “¡Es que yo no supe nada!, ¡Además, no era mío para que yo orientara!”.

Con esta gran falsedad se querrán salvar muchos, sabiendo que no es verdad aquello que están diciendo.

Desperté, oí:

Esto, ya se pasó el tiempo
de decir: “yo no sé nada”.

La Verdad aquí la vieron,
porque si no, no se callan.

Una vez que al Instrumento
lo desprecian y quisieran
que bien de él no se hablara.

Era para que todo el que oyera
hablar de esta Gloria,
con pruebas, como aquí pasa,
no pudiera estar tranquilo
ni en la calle ni en su casa.

Y delante del crucifijo
se le cayeran las lágrimas,
de pensar: “Así Te quiero,
pero Vivo me da rabia”.

Las cosas tienen su tiempo,
su altura, su color y su peso,
un valor y un desprecio.

Pensando esto despacio,
verás el poco interés
que el hombre tiene en saber
lo que en Gloria están hablando.

Todo lo que Aquí se dicta,
ahí debería ser escandalizado.

Y no dejar el camino
tan ancho para el pecado.


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pag. 115-116-117

martes, 5 de febrero de 2013

El Pregonero es el mismo que mandó decir Pregón

En Sueño Profético decían:

Si el hombre pensara en la insistencia que el Elegido tiene para que lo reciban, vería que actuaba Dios. El hombre no hace nada gratis; regala y recibe ofensas cuando él no tenga que implorarle a nadie. Esto lo haría, sin perfección, un demente en distintos momentos, con aspavientos no normales, que el mismo hombre haría su retirada de esta persona.

El que Dios le manda que publique su Palabra, es infalible, es Palabra Sagrada que jamás borraría el Comunicante, por no ser suyas estas Palabras.

Si el hombre se parara en estos Mensajes, aceptaba sin demora. El hombre que vive en la Tierra, no implora y suplica para que le acepten los millones y brillantes. El hombre, casi siempre –fue y será–, a más poderoso, menos va detrás del que no tiene para él regalarle. Esto es actuación del hombre, que el de clase inferior lo acepta sin enfado. Pues comparando actuaciones de estos Elegidos, los verás mendigando para que acepten la Gloria.

Desperté, oí:

Si coges estas Palabras
y las copias escritas en un cuaderno,
te darán frases tan justas,
que un sí ya sientes por dentro.

Oirás que de este Elegido
siempre fue el mismo lamento:
“No quieren saber de Dios,
ni ricos, ni pordioseros”.

El pecado los sujeta,
y a Dios Lo van desmintiendo.

Quieren que este Dios se ajuste
como hombre pregonero.

Que el alcalde le dio un bando,
y voceó el pregonero.

Voceo sin quita y pon,
porque lo oye el alcalde
y se le acaba el pregón.

Este Dios manda el Mensaje
siempre con la misma Voz,
siempre con el mismo Mando,
de muerte o resurrección.

Y el Pregonero es el mismo
que mandó decir Pregón.

Es todo el mismo Dios,
el que va detrás del hombre
hasta que dice que no.

Si esto quieres estudiarlo,
tú tendrás resurrección.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 153-154-155

lunes, 4 de febrero de 2013

Extracto de la Salve

En Este Sueño Profético hablaban del extracto de la Salve. Decían:

Estas frases emborrachan al gran literato. Y el poeta se descubre como siervo a su señor. Y el teólogo coge apuntes de frases que nunca vio.

Escribe frase por frase para que estas frases sean besadas por el humilde, y ante ellas se cuadre el intelectual.

Desperté, oí:

Para el Hijo fue Sagrario. Este Sagrario era el Vientre Inmaculado que el Padre eligió.

Para el mundo fue Madre. Fue Madre porque concibió.

Pero el Hijo no podía ser puesto, era Obra del Espíritu Santo.

Éste era Dios hecho Carne, sin intervención de materia ni de pensamiento.

Era el Mismo Dios Padre hecho Hombre a la vista del hombre.

Éste era Hombre con la Divinidad del Padre.

Que luego, más tarde, esta Divinidad volvería al Padre, de donde fue mandado.

Éste es Dios Hijo y Dios Padre.

Que por Ser Dios, no fue hijo.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 63-64

domingo, 3 de febrero de 2013

El carril que va a la Gloria

En Sueño Profético vi mucha gente; se iban aquéllos, y más acudían.

Dijo uno:

Éstos son los que aún viven en la Tierra. Éstos y todos los que viven en la Tierra son poquísimos comparados con los que viven sin materia. Ahí van pasando una vida trabajosa, esperando luego ésta, que unos ya la practican, aunque aún tengan materia. 

Todo el que sabe de esta Vida, de esa que vive se aleja, pero contento y con Paz, porque todo su vivir es puerta que está esperando: uno abre y otro cierra.

¡Qué absurdo sería pensar que la puerta fuera un final: sólo cerrar o sólo abrir!

Pues hazte tú mismo un pensar, y piensa que el vivir ahí es puerta que un poco tiempo está cerrada, que por fuerza hay que abrir, que el abrir es tu materia, y el espíritu salir.

Con este pensar hay mil cosas que se pueden comparar y a ti te pueden servir.

Dijo otro:

Hay personas con tanto pensar, de pensar de Aquí del Cielo, que de todo lo que a ellos les pasa, la importancia desconocen. Esto es vivir, vivir a sabiendas de que Aquí vienes. Es que pensándolo bien, debes vivir ahí como el que va caminando por un estrecho carril, que sabe que hay que pasarlo, pero llegando al final, la Gloria te está esperando. Ahora vuelve sin volver, pero sí vuelve pensando: ¿qué trabajo es el carril, si Dios te está esperando?

Desperté, oí:

Todo el afán de la Gloria es, 
que aquel que salió, entre.

¡Qué cierto que Aquí se cuentan 
a millares más que ahí!

A millares, 
por una cifra decir.

Son incontables los vivos 
que vivos viven Aquí.

Y por muchos que Dios traiga, 
porque quisieron venir, 
más caben en esta Gloria.

¡Es sencillo el seguir 
el carril que va a la Gloria!

Cuando pienses: 
“hoy aquí; 
mañana tal vez ya vaya 
por el final del carril”.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pag. capitulo 2

sábado, 2 de febrero de 2013

Con todo lo que me hacían, no se iba mi alegría

En Sueño Profético decían:

Amando a Dios, siempre tendrás alegría de la que Le alegra a Dios. Amando como yo amé, nunca se acaba este Amor. Amando sin ocuparte de las cosas de la Tierra, te va creciendo el Amor, y se hace compañero con la alegría de Dios. El Amor, hasta en el sufrir, sientes el sufrir contento, cuando te manda sufrir aquel que quiere inventar que Dios no te trae a su Reino. Yo, con muchos discutí, y en algunos casos tuve que mirar al Cielo pidiendo a Dios que me diera Palabras, sin que notaran lo que pensaba por dentro, que Aquí lo digo ya en Gloria. Éste era mi pensar:

Señor, mándale castigo, que lo dejes sin hablar, el que persiga al que diga: “Dios me arroba, o Él viene a mi lugar”. Llámale como Tú quieras, pero déjalo sin que vuelva del camino cuando van por la mitad.

¡Cuántas veces me cansaba de tanta preocupación! Ya que iba caminando con mi alegría de Dios, otra vez todo el convento, con un toque de tristeza, obediencia y separación, ya no me daban palabras hasta toque de Oración.

Desperté, oí:

Con todo lo que me hacían,
no se iba mi alegría.

Era mi Amor que tiraba,
despidiendo a las penas
que el que no amaba me daba.

Era el Amor que podía
con las murallas de fuera
y con los noes que había dentro.

Cuando ponían silencio
para que yo no contara 
la intimidad de este Reino,
la alegría me llevaba
allá, al rincón del convento.

Y ya veía que Dios
me mandaba la Visión
que nadie estaba viendo.

¡Ay alegría o Amor!
¡Ay Amor o alegría!
¡Ay Dios, que sin tu Amor,
la noche sería día
sin alegría de Dios!

No hay cosa que dé más pena,
que no tengas alegría
y estés de noche despierta.

Yo dormía y despertaba,
o me dejaba despierta,
pero siempre en mi compaña
la Visión del Cielo a Tierra.

La alegría, el Amor,
el sufrir y algunas lágrimas,
siempre veían en mí.

El que entendía de Amor,
no le llamaba sufrir,
decía: Ya va Teresa
repartiendo su sentir.

No hay quien ame y la oiga,
y se quede sin sentir.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 173-174-175

viernes, 1 de febrero de 2013

Iglesia y Cielo no pueden vivir indiferencia

En Sueño Profético hablaban de cosas distintas, pero todas giraban al Amor a Dios. Decían:

Amar a Dios es conocer lo que es de Dios.

Si no conoces, no amas. Y si no amas, hasta te molesta que otro ame.

El que lea estos Dictados y ame, no necesita a la Iglesia para saber que Aquí los han dictado. Pero Dios sí manda que la Iglesia sea la que debe cundir al mundo lo que a diario baja del Cielo para que sirva de Enseñanza.

Iglesia y Cielo no pueden vivir indiferencia. La Iglesia es bóveda de la Palabra de Dios. Esta Palabra estará siempre viva y sin reforma.

Desperté, oí:

Es la Iglesia 
la que puede llevar cerca y lejos.

Es la Iglesia,
la que vale más un sí o un no
para Dios y para el hombre.

Si es un caso verdadero,
pudiendo justificar 
con Documentos del Cielo,
es la Iglesia la que,
en forma de relámpago,
se debe de enfrentar con el mundo.

Que este “Alimento espiritual”
lo precisa el mundo entero.

El espíritu del mal 
frena al que puede hacerlo.

Pero está el Poder de Dios,
Creador y Dueño del Universo.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pag. 146-147