miércoles, 26 de septiembre de 2012

No hay quien ame y no tenga tiempo para este Amor

En Sueño Profético decían:

Cuando quieres querer de amar,
buscas querer poder.

No hay quien ame y no tenga
tiempo para este Amor,
siendo Dios dueño del tiempo.

Para amar a Dios,
no hace falta profesor,
ni que te acompañe nadie,
lo que sí tienes que amar
con fuerzas, pero incansables,
porque el Amor, al amar,
a veces se hace pesar,
que siempre te ponen el peso
los que el Amor no sintieron.

Aquí sí hace falta ya,
que te hable de Enseñanza
uno que fuera Lugar
que Dios mande sus Palabras,
no para enseñar a amar,
y sí para que en el sufrimiento,
más tiempo te mande Dios,
por ser Dios dueño del tiempo.

Siempre, el grande sufrimiento,
procura ir persiguiendo
para ser ladrón del tiempo.

Yo, cuántas veces lloraba
por querer seguir a Dios
en lo que a Dios le gustaba,
y me ponía, el no querer,
trabajos para hacer cargas.

Había veces que me quedaba
mirando fija en el Cielo,
y estas palabras decía:
¡Dios mío!, mándame tiempo,
que yo quiero Tu vivir,
vivir en el que está sufriendo,
vivir llevando tu Gloria
a sitios que no te oyeron.

Más pronto que el tiempo corre,
más pronto me daba tiempo.

Desperté, oí:

Ya me iba yo corriendo,
con faena terminada,
por montes y por senderos.

Ya me veía contenta
el que enfadada me vio;
ya me veían volando,
mariposa oliendo flor:
aquí sigo, allí paro.

Esto, el que a Dios le pida,
Dios manda ayudar trabajos.
Dios manda al “no querer”,
camino por otro lado.

Yo siempre llamé a mi Dios,
por querer a mi Dios tanto,
que Lo llamaba queriendo,
queriendo, pero de amarlo,
queriendo como mi Dios,
que yo vivo para amarlo.

¡Ay Dios, que te quiere el hombre,
mayoría de los hombres,
cuando ya van a morir,
por si les quitas la muerte!

El querer es más querer
cuando más quieres en muerte.

Porque la muerte con Dios,
es bajar Dios a quererte.

TERESA DE ÁVILA


***

Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 193-194-195

1 comentario:

  1. Dios da el tiempo para la Vida. Sin Dios no hay Vida. Con Dios no hay muerte.

    ResponderEliminar