viernes, 6 de julio de 2012

Llanto de desprecio al pecado

En Sueño Profético oí llorar, y uno dijo:

“Ese llanto es de suplica a Dios”. Ya siguió hablando Agustín de Mónica:

Yo quité a muchos de pecar por ver sus ojos llenos de lágrimas. Era lo primero que me hacía pensar cuando me paraban y les veía el llanto.

¡Es un llanto el del pecado, tan distinto a otros llantos...! Hay veces que el hombre llora con ganas de no pecar más. Éstos son los hombres nobles, que a pesar de haber pecado, hoy, no quisieran pecar. Esto se da igual en mujer que en hombre.

Había quien me oía hablar y su oír era muy pobre en querer rectificar el mal, no el que había hecho, sino el mal que aún hacía. Aquí, yo, no perdía el tiempo. Pronto esto le oían a Agustín:

“Si tú eres pecador sin querer salvarte, no robes mi tiempo, porque pecadores tengo a montones esperándome. Yo te oigo tus pecados y piensa que no los oye nadie. Pero sí ten por seguro que dos solos aquí no hay: está Dios, que es el que me lleva por donde quieran salvarse. Si quieres seguir pecando, no llores, no hay razón para que peques y digas que a Dios Lo amas”.

Yo creo que cuando piensas que pecaste, y que tú mismo pecaste porque quisiste pecar, si esto lo piensas siempre, tú mismo te culparás de tu mal.
  
Este es el arrepentido que llora
con derecho a llorar,
porque ya en este llanto,
desprecio al pecado da.

Yo estuve mucho tiempo
pensando en el Perdón,
aunque no hacía pecados,
por oír siempre su Voz.
No me creía ser digno,
sin dar mi publicación.

Desperté, oí:

Agustín pide el Perdón
con llanto de ser culpable.

Nunca le dio la razón
al que razón quería darle.

Había quien le decía:
¡Agustín, más pecaron otros antes!

Él contestaba diciendo:
“todo el que haga pecados,
tiene que sentirse culpable”.

“Mientras no sea un pecado,
que por la fuerza pecaste”.

No son todos los que lloran
los que quisieran salvarse.

Son los que miran al Cielo
diciendo: “yo fui culpable”.

AGUSTÍN DE MÓNICA


***

Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 44-45-46

1 comentario:

  1. El pecado,aunque se disfrace de alegria,siempre conduce al llanto.

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