domingo, 1 de mayo de 2011

Alegría que no se acaba - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 38-39-40


En Sueño Profético vi muchos niños; mayoría se reían. Dijo uno:

La alegría y la risa son el bienestar del espíritu, cuando la alegría y la risa son como ésta –y señaló a los niños–, sin pecado. Porque hay también risa y alegría diabólicas. Esta alegría y risa hay quien la encuentra cuando está haciendo lo que va en contra de Dios. Esto no es alegría, esto es vivir escandalizando al inocente, al niño y al que vive el Amor de Dios. Este Amor de Dios es muy semejante al del niño.

Dijo una mujer:

Yo siempre tuve alegría, y es que amé tanto a Dios, que hoy mis ruegos son para que salgan brotes en todos los espíritus de Amor de Dios, de Amor que cubre todo lo que puede quitar la alegría de Dios. Esta alegría es de Paz, es alegría de Fuerza, es alegría que no te deja sentir las miserias de esa Tierra. Esta alegría te hace que todo sea bello, todo lo que va de Dios. Alegría siempre ahí: Gloria segura Aquí. La alegría te viene cuando piensas en Dios. Esta alegría te la nota más el que también piensa y ama; el que no ama, la desconoce.

Desperté, oí:

Desea más el brillante que llevas, el que lo conoce, que el que no lo entiende.

El que no lo entiende, ni mira.

No sufras si no conoces el brillante, pero aprende a amar y tendrás alegría.

El brillante lo hereda otro. El Amor es tuyo y eterno.

Ama con tanta fuerza, que te pregunten cómo se ama.

Y ya tendrás alegría, alegría que va en tu cara, alegría que no se acaba.


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