martes, 5 de abril de 2011

No hay despedida mayor - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 211-212


En Sueño Profético hablaban de la muerte. Decían:

Si la muerte no existiera, no habría hombre bueno. La muerte es la que recuerda Gloria o Infierno. La muerte es la que te avisa –muerte que ya ves en otro–. Entonces es cuando piensas: La muerte viene para todos; la muerte no tiene hora. Esta muerte es la de la materia; esta muerte es por la que todo hombre se preocupa, sin pensar en Muerte Eterna, que ésta es la Muerte que para Dios es Muerte, no la muerte de la Tierra. Esto no lo valora el que tiene su materia creyendo que él es el dueño de lo que luego se entierra. Si no fuera por la muerte, siempre estaría el hombre en guerra.

Dijo uno:

El que tiene confianza en Dios, ya cuenta con Vida Eterna, y la muerte de la materia le sirve de enseñanza para buscarla, para buscar la Vida Eterna.

No hay cosa que dé más Paz,
que hacer las obras buenas,
y cuando llegue la muerte,
llorarás por el que queda.

No hay despedida mayor,
que abandonar la Tierra
en un contacto con Dios.

Desperté, oí:

¡Con qué naturalidad te hablan de las dos muertes!

Te hablan de las dos muertes y te hacen que razones.

¡Qué Palabras más del Cielo, estas que otra vez dictamos!:

No hay cosa que dé más Paz,
que hacer las obras buenas,
y cuando llegue la muerte,
llorarás por el que queda.

No hay despedida mayor,
que abandonar la Tierra
en un contacto con Dios.


***

2 comentarios:

  1. La muerte propia y ajena nos produce sufrimiento y temor. Nos consuela la Paz que da la confianza en Dios.

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  2. Es curioso el final del Mensaje, el que se va de este mundo y va a la Gloria, llora por los que se quedan aquí. Esto es para meditarlo.

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